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Él me miró de igual manera.

-¡Wow _____!, ¡Pero qué bien luces!-expresó Ryan

-¿No es así Justin?-dijo dirigiéndose a su acompañante.

-Ryan, ¿puedo hablar contigo un momento?-musitó serio. Parecía sorprendido de saber que yo era su "cita" y molesto por eso. Pero no sé porqué la sorpresa, debió suponerlo al estar parado justo en mi puerta y yo debí saber que Andrea no conseguiría a nadie sino el mismo hermano de Ryan. Se retiraron un poco para que yo no alcanzara a escuchar lo que decían pero aun así, pude percibir un "Hazlo por mí" suplicante de parte de Ryan, y vi cómo Justin después de haber refunfuñado algo que no entendí, aceptó con un profundo suspiro de resiganción. Esto resultaría un desastre... lo sospechaba.Andrea salió a los pocos minutos y vi cómo los ojos de ryan desprendieron una cálida luz; ¡estú*pida sensación de vacio! ¿Porqué no te vas? Antes de dar un paso para subir a la camioneta de Ryan, tomé del brazo a Andrea impidiéndole caminar.

-No sé si te has dado cuenta; pero no creo agradarle mucho a Justin-susurré.

-Estás loca, él es un ángel-me aseguró. Ryan, como todo un caballero, mantuvo la puerta del copiloto abierta hasta que subiera Andrea; eso significaba que yo viajaría atrás junto con Justin, quien al igual que Ryan, esperaba con la puerta abierta a que mis pies se dignaran a caminar. Lentos, llegaron hasta donde estaba él, podía percibir su gran disgusto, puesto que sólo espero a que yo subiera y azotó la puerta con fuerza. No pude evitar formular en mi cabeza un insulto para el... Idio*ta, era de todas la palabra más pronunciable que pensé. Estaba a punto de tomar mi celular y llamar a Chris pidiendo auxilio; pero para hacerlo, al menos tenía que esperar a que transcurriera un poco más aquella pesadilla que llamaban cita.Ryan y Andrea no dejaban de hablar y reír, era más que obvio que esos dos gustaban uno del otro; mientras que Justin mantuvo todo el camino su mirada en la ventanilla polarizada de su lado.A los veinte minutos llegamos a un restaurante; parecía lujoso, con cierta suntuosidad... ¡vaya lujo para una primera cita! Bajé por mi misma de la camioneta, Justin ni siquiera se molestó en abrir la puerta como lo hizo Ryan con Andrea; la entrecomillada caballerosidad que me había mostrado al principio había desaparecido ya.

Deseaba fervientemente estar en algún otro lugar, cualquiera era mejor que estar contemplando el perfecto rostro disgustado de Justin. Entramos al restaurante, el ambiente era bastante fausto; lujo por doquier... manteles de seda, candiles gigantes y violines tocando... mis ojos estaban maravillados con la hermosura de aquel establecimiento, pero a decir verdad, no se comparaba con la belleza en el rostro del joven que tenía a lado. Apostaría cualquier cosa, a que la majestuosidad de todo esto, era opacada por la belleza de su sonrisa.

-Dos mesas para dos, por favor-ordenó Ryan. Todos le miramos con los ojos abiertos de par en par; Andrea sorprendida, Justin molesto y yo desconcertada. ¿Pensaban dejarme a solas de nuevo con Justin? ¿Qué clase de amigos hacen una cita doble para separarlas al final?

-Por aquí, por favor-Nos escoltaron hasta una mesa donde Ryan y Andrea se quedaron; y a una distancia considerable, nos sentaron a Justin y a mí. De acuerdo, esto era demasiado incómodo; tenía una cita con una persona a la que no le agradaba. Creo que en toda mi vida, no había pasado situación más incómoda que esta. Tomé la carta que se encontraba sobre la mesa y la puse frente a mi cara para ocultar la impresión de incomodidad que se apoderaba de esta. Miré el menú... ¿qué es toda esta comida rara?... Sentí una penetrante mirada sobre mí, miré hacía todos lados mientras la carta seguía escondiendo mi rostro... nadie me observaba... quizá empezaba a alucinar... Bajé la carta y vi cómo la mirada de Justin bajó rápidamente a la mesa...

-¿Van a ordenar?-preguntó el mozo cortésmente.Le miré. ¿Hacía cuánto tiempo que estaba allí? Tomé la carta y la observé de nuevo.

-Amm... quiero esto de aquí-señalé una comida cuyo nombre me era imposible pronunciar.El pelirrojo y rizado joven anotó en su pequeña libreta.

-¿Señor?-se dirigió a Justin. Este me miró por un par de segundos y después miró al mesero.

-Lo mismo que ella-dijo serio, sin siquiera saber lo que yo había ordenado.

-¿Algo de tomar?-preguntó el pelirrojo.

-Un té helado, por favor-musitó Justin con toda la elegancia propia de el.

-¿Señorita?

-¿Ah?-dejé de mirar el encanto de Justin y reaccioné a la voz del pelirrojo -Lo mismo...-musité.

En realidad, el té helado era una de las bebidas que no tomaba usualmente, pero en este caso era lo único que conocía.

El pelirrojo que antes había pedido nuestra orden, había llegado con ellas, impidiéndome a mí articular palabra.

-Provecho-dijo amable y volvió a desaparecer. Miré mi plato... ¿qué era lo que había ordenado? parecía apetitoso, pero... ¿y si no lo era?

-Es carne de pollo en salsa irlándesa...-musitó Justin adivinando quizá las expresiones de mi rostro.

-Parece que sabes mucho.

-¿Tenemos que hablar?-frunció el ceño.

-Tú empezaste a hacerlo-enarqué una ceja- Y si no hablamos, sería muy incómodo que sólo estemos sentados uno enfrente del otro... al menos finjamos que nos agradamos ¿de acuerdo?

-No recordaba que hablas demasiado-dijo mientras picoteaba con su tenedor el buen pedazo de pechuga que tenía en su plato.

-Entonces dejaré que hables tú-mi voz sonó retadora.

-¿Qué quieres que diga?

-No sé... quizá el porqué te comportas así conmigo...Su rostro se tensó, contrajo sus rosados labios y cerró los ojos mientras tenía la cabeza ligeramente inclinada en dirección a su plato.

Simplemente no quiero extrañarte esta noche (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora