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No me cambié de ropa, debido a la presencia de hombres en la cabaña; especialmente de Justin, Chris no me molestaba en lo absoluto, la confianza era prácticamente desde que nacimos. Además me gustaba desayunar en pijama. Salí al gélido aire de la mañana, el día estaba un poco nublado; con un ligero atisbo de que más tarde seguro llovería. Le suspiré al cielo, negándome a la idea que había conseguido formular anoche. ¿Yo, enamorada de Justin? No podía estar enamorada, ya no. Me lo había prometido y llevaba cumpliendo aquel pacto durante tres años sin problema alguno, en mi futuro no figuraba la idea de enamorarme de nuevo, la primera vez fue un completo error. Pero eso me había dejado una lección por aprender, estaba plenamente convencida de haber cerrado mi corazón a posibilidades como esta… pero entonces llegó él, y destruyó por completo aquellas paredes que yo creí bien cimentadas para que se opusieran como barreras ante lo que ahora estaba sintiendo; mis refugios resultaron débiles e insignificantes, al parecer, él pudo destruir todo tipo de barrera que yo me había planteado. Tenía ganas de llorar, había caído de nuevo en aquel abismo del amor; sufría menos que la primera vez, pero ¿quién me aseguraba que no sufriría más tarde? Cuando Justin me dijera descaradamente que no me quería. ¡Por Dios! No más tarde, me lo había estado diciendo desde el principio; con esa actitud hostil y odiosa que siempre tenía hacía a mí. ¡Maldita sea! ¡Me había enamorado de nuevo de un patán! Gemí ante la idea, me estremecí ante el recuerdo y una lágrima resbaló por mi mejilla. Me había enamorado.Me la limpié rápidamente al ver a Ryan y a Andrea acercarse. ¿Podía fingir por un rato que nada pasaba? Quizá después me encontraría sola y eso resultaría perfecto para ponerme a gritar como loca y a llorar como ánima en pena.

-Buenos días, _____.

-¿Cómo amanecimos hoy?-preguntó Ryan después del saludo de Andrea.Ambos lucían radiantes, con una sonrisa que desprendía alegría y de alguna manera la contagiaba.

-Buenos días. Gracias a ti, Andrea, amanecí mucho mejor-le di la mejor sonrisa que tenía en ese momento.

-Me alegro, _____-me sonrió igual.-Bueno, yo también me alegro, _____. Ahora vayamos a ver qué están preparando allá aquellos dos-dijo Ryan introduciéndose a la cabaña seguido de Andrea. Ambos me habían creído mi “amanecí mucho mejor”, recordé entonces mi “habilidad” de fingir con personas que no fueran Chris. Di un último suspiro, agobiada ante la idea que de ahora en adelante tenía que enfrentar, y que de la cual desconocía el cómo iba a soportarla. Me introduje a la cabaña y en tan corto tiempo, Chris y Justin habían preparado ya un desayuno al que sólo le faltaba un par de minutos terminarse de coser. Este día iba a ser largo, sin duda. Chris quería hablar conmigo sobre algo que yo deseaba en realidad evitar: Justin. Así que no quería ver cumplido su “Hablaremos más tarde”, quería estar sola, agobiarme sola con mi pena; sin que me metieran ideas en la cabeza, suficientes con las que ya tenía, innecesarias. Miré que Lola aun dormía, y una chispa de inteligencia golpeó mi cerebro. ¡Pero claro! La única manera para que Chris pospusiera su charla conmigo era si Lola y él estaban juntos. Caminé de prisa hasta la cama de mi amiga y me arrodillé para despertarla.

-Lola-la moví ligeramente-Despierta.

Ella comenzó a moverse y a abrir lentamente sus verdes ojos para mirarme.

-Despierta…-dije con suavidad a pesar de la agonía que ocultaba 

-¿_____?-parpadeó un par de veces.-Sí, despierta ya. Es hora de desayunar. Suspiró y comenzó a levantarse. Antes de que se pusiera de pie completamente, me senté a su lado en la cama.

-Lola, ¿me haces un favor?-susurré.

-Dime…-¿Podrías pasar el día entreteniendo a Chris?

-¿Para qué?-sentí en su voz no una nota de desagrado, al contrario. Pero si una nota de cierta curiosidad.

Simplemente no quiero extrañarte esta noche (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora