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-Sólo para evitar malos entendidos-se apresuró a decir mi buen amigo de cabellos rubio y ojos azules

-¿Nos vamos?-dijo poniéndole sutilmente un punto final a la conversación. Me limité a asentir torpemente, esta noche me esperaba una larga charla con mis pensamientos. Veía a Ryan no quería hablar más pobre el tema, incluso parecía que había hablado de más debido al rostro cauteloso que ahora se apoderaba de su cara. No hubo mucha conversación durante el camino a casa, pero al menos los prolongados silencios no eran incómodos. Había pasado la mayor parte del día uniendo todas las palabras de Ryan para encontrarles algún sentido, alguna explicación. Pero nada.Volví una vez más a intentarlo, a pesar de que la noche ya marcaba una hora apremiante. Quería encontrar el misterio que Justin guardaba dentro de sí, el misterio que lo hacía actuar de forma tan arrogante pero que, de alguna manera me tenía ciegamente encantada.Pero entonces, otra duda asomó a mi cabeza; ya no era sólo el por qué del actuar de Justin, sino el gran por qué de mi terco interés. Desde que conocí a Justin, me he dedicado ha pensar el por qué de su actitud; normalmente yo no soy así, pero algo había dentro de Justin que me obligaba a estar allí, intentando descubrir su gran misterio. Entre pensamientos y cavilaciones fallidas, logré quedarme dormida.

Bajé del auto. No quería discutir con Chris. Entramos casi de la misma forma en la que yo bajé por las escaleras esta mañana, habíamos llegado un minuto antes de la hora.Me introduje a clase de Biología y me pareció raro notar una banca vacía a mi lado… ¿dónde estaba Lola? Jamás faltaba. ¿Estará enferma? El último de mis compañeros se metió al aula seguido por el señor Gibson y después la puerta se cerró. En realidad era extraña la ausencia de mi amiga de ojos verdes… me preocupé. Las tres horas pasaron y no había ni una señal de Lola; Chris me alcanzó en el almuerzo con una extraña expresión en su rostro, parecía una rara combinación entre la alegría y la preocupación.

-¿Supiste la noticia?-dijo mientras nos dirigíamos a la mesa.

-¿Cuál noticia?-pregunté curiosa.

-Lola y Jared… rompieron-pude notar la nota de emoción en su voz al pronunciar la última palabra.Si hubiera estado tomando algo, lo hubiese escupido como suele pasar en algunas películas.

-¿Rompieron? ¿Cómo?-pregunté no en busca de un chisme, sino porque en verdad me sorprendí.

-En realidad, no lo sé-hizo una mueca-Pero de que rompieron, rompieron-aseguró. Me sorprendí tanto como Chris parecía estarlo, sin contar claro su felicidad de que Lola sea una chica libre. ¿Cómo es que una pareja tan unida como la de ellos había terminado su relación? Jared parecía querer a Lola; y Lola, ¡uff! Ni se diga. Ahora sé porqué Lola había faltado a clases; seguramente, la estaba pasando mal. El día terminó sin otra noticia más que la de Lola y Jared. Esta vez decidí dormir temprano para no darle el paso libre a las malas interpretaciones de Chris. El día me brindó su mañana y los tenues rayos de Sol atravesaron mi ventana.Por muy raro que parezca, jamás me aburría ver a Chris en las mañanas esperando por mí en su mustang negro; como pasaba con la rutina anterior a ello, eso si que me mataba de aburrimiento. Pero Chris me alegraba las mañanas con comentarios torpes típicos de un chico de diecinueve años.No me sorprendí el ver a Lola un tanto deprimida. Pero si me inquietó; después de todo, ella era mi amiga y aunque no la conocía del todo, le tenía un grande aprecio. Hice unos cuantos exámenes que sinceramente me parecieron sencillos. La última hora decidió compadecerse de nuestras almas y darnos el tiempo libre… Me senté en una de las bancas del jardín que adornaba el exterior de la escuela mientras esperaba a que Chris saliera de su clase. A lo lejos divisé a Lola que poco a poco se acercaba a mí… Dios, estaba completamente destruida, la roja hinchazón de sus ojos me decía que había estado llorando por horas; me aterré en verla así.

A lo lejos divisé a Lola que poco a poco se acercaba a mí… Dios, estaba completamente destruida, la roja hinchazón de sus ojos me decía que había estado llorando por horas; me aterré en verla así.

-¿Estás bien?-Era una pregunta realmente estú’pida, pero no sabía cómo iniciar la conversación. Lola se acercó más, se sentó junto a mí en la pequeña banca y negó ligeramente con su cabeza agachada. Su castaña cabellera color ocre caía sobre su rostro impidiéndome verla a la cara.

-¿Qué pasó?-pregunté queriendo quitarle los mechones de su rostro. Sabía perfectamente lo que le pasaba, y no sabía si hacerla hablar de ello era buena idea. Si se quedaba callada, no iba a insistir más; pero entonces comenzó a hablar con una voz tan temblorosa y quebrada que se notaba que le costaba trabajo.

-Jared…-dijo y le dolió. Y entonces vi cómo una lágrima estalló en su falda de mezclilla. Esperé a que continuara.

-Terminamos…-musitó queriendo reprimir las lágrimas.No iba a preguntar porqué, se notaba a leguas que le costaba hablar; así que sólo la abracé. Pero ella continuó.

-Sabía que iba a suceder, pero jamás me preparé realmente para ello… Jared se mudará al terminar el ciclo… este sabado…

-Por eso terminaron- no era una pregunta pero Lola asintió. Me dolía verla así, tan indefensa; derramando todo su dolor en las cristalinas gotas de agua que escapaban de sus verdes luceros… la abracé con más fuerza. Me sentía impotente por no poder hacer algo que la alegrara.

-Hagamos algo ¿quieres?-le sugerí y ella me miró

-Yo te doy mi sonrisa, tú me das la tuya; si no podemos sonreír por nosotras mismas, tendremos la sonrisa de la otra. Me sonrió entre lágrimas y con una delicada voz, susurró “Gracias”. Me quedé abrazándola durante un buen rato; dí gracias a Dios de que aquello hubiese funcionado tan bien; ya que Lola parecía calmarse… En realidad no sabía ni que decirle; en el tema del amor no era para nada una experta. Al menos ella tuvo un rompimiento limpio, yo ni siquiera el comienzo; y puedo asegurar que dolió más.Vi a lo lejos que Chris caminaba hacía nosotras.

-¿Quieres que te llevemos a casa?-pregunté a Lola.

-Gracias-asintió.La ayudé a pararse y con un gesto le indiqué a Chris que Lola vendría con nosotros. En momentos como este agradezco que Chris me conozca tan bien y no haya necesidad de usar palabras. Lola y yo nos sentamos en el asiento del copiloto, ambas cambiamos bien. Nadie dijo nada en el camino; Lola sólo miraba hacia abajo y de vez en cuando volteaba a la ventanilla, Chris la miraba por la colilla del ojo sin apartar totalmente su vista del frente; y yo, justo a medias, miraba a ambos. Llegamos a su casa, una casa grande y azul celeste con puertas y ventanas blancas. Lola bajó del auto.

-Gracias por todo _____. Eres una gran amiga-me dijo.

-No tienes que agradecer. Sabes que aquí me tienes cuando me necesites-le sonreí.

-Gracias Chris-lo miró y le sonrió de una manera tan dulce que pude notar el color rojo que se coloreaba en las mejillas de mi mejor amigo

-Por traerme-agregó.

-De nada-logró decir con dificultad.-Necesito descansar… los veré mañana. Gracias de nuevo chicos-sonrió por última vez y fue a su hogar. Chris arrancó el auto.

Simplemente no quiero extrañarte esta noche (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora