◆AXL◆
14 DE MARZO DEL 2011
Curvo mis dedos en los hombros de Shay, oprimiendo y aflojando a modo de masaje, mientras caminamos por los laberintos del campus. El hormigón brilla intensamente a causa de los rayos del sol que se extienden sobre todo como un manto tórrido. Shay suelta un suspiro.
—¿Qué clase tienes? —le pregunto.
—Geometría descriptiva —vuelve a suspirar mientras detiene su paso, obligándome a hacer lo mismo, y se gira hacia mí frunciendo el ceño en su típica pose de mandona—. Debes regresar a desayunar tranquilamente, yo puedo hallar el aula por mi cuenta.
—Estoy acompañándote a clases tranquilamente, luego volveré por algo de comida.
Le sonrío de lado mientras le doy un guiño, lo que hace que ella eche la cabeza hacia atrás en medio de una sonora carcajada.
—No flirtees conmigo, Jones.
—¿Qué? ¿Flirtear? —replico, fingiendo inocencia, hecho la seriedad—. Nunca haría tal cosa, Miller.
—¿Solo "Miller"? ¿No hay más sonrisas coquetas y guiños para mí?
Hace el intento de guiñar un ojo, lo cual estoy en mi deber de admitir que le sale pésimo, y ahora soy yo el que se desternilla a sus costillas. La boca se le frunce en un puchero mientras me da una mala mirada, por lo que le pongo las manos en la cintura y la halo hacia mí para robarle un beso a sus labios.
—¿Algún día aprenderás a guiñar? —le pregunto, riéndome todavía.
—Soy la única jodida persona en el mundo entero cuyo chip prenatal no fue programado con la cosa de los guiños, ¿verdad?
—Probablemente. Pero me gustas de esa manera.
Shay arquea una ceja mientras aprieta mis mejillas entre sus manos, levantando un poco la cabeza para mirarme a los ojos. Mientras parece entretenida acariciando el rastro de barba que he olvidado eliminar en estos días y analizándome con la mirada, me tomo la libertad de detallarla de la misma manera. Antaño, cuando éramos niños y nos conocimos, ella era más rellenita, sus mofletes saltaban a la vista de una manera que a mí me parecía fascinante. Todavía lo hace, aunque podría considerársele delgada y sus encantadoras mejillas no sobresalen igual que antes, cuando sonríe todavía se perciben. Shay no es esquelética como para que se le marquen los huesos, pero tampoco es rellenita de más, a decir verdad creo que tiene un par de kilitos extra que le son favorecedores porque le dan buen volumen a sus piernas y trasero, y no es que me fije.
—¿Estás tratando de ser lindo diciendo que te gusto a pesar de mis defectos?
Le frunzo el ceño, poniendo cara de meditabundo.
—En parte —acepto después de un buen rato.
—¿En parte? —repone, su ceja se enarca más.
—¿Quieres que sea sincero? —le pregunto, a lo que asiente con una mueca de obviedad—. Que no puedas darles guiños coquetos a otros chicos me deja bastante a gusto.
—Idiota —me acusa, golpeándome en el pecho.
—Pero soy tu idiota —digo para molestarla.
Ella esboza un mohín que me encargo de borrar de sus labios con un beso que, me doy cuenta, la toma por sorpresa. Mi lengua pide permiso para explorar, mismo que le es otorgado. La recorro con avidez, reconociendo cada espacio, la suavidad y la calidez mientras ella se mueve de la manera correcta también. Me deleito con su labio inferior y ella juega con el mío superior, haciéndome soltar un gruñido bajo de frustración por el hecho de estar en un lugar demasiado público.
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Plan B
RomanceTras descubrir un inesperado secreto, la tranquila vida de Shailene Miller se convierte en un desastre que ella no está segura de poder -o querer- manejar. Shay no soporta el drama, y, sin embargo, ha terminado en el medio de uno. His...