Capítulo 14 - Cartas sobre la mesa

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◆AXL◆

05 DE MARZO DEL 2011

El desayuno es silencioso, todo lo que se puede oír es el ruidito de las tostadas francesas mientras las masticamos. Estamos comiendo en la encimera, uno junto al otro. Nos separan centímetros que se sienten como kilómetros.

Anoche fui al grupo de apoyo aunque era viernes, me sorprendió darme cuenta de que ir allí no es algo tan malo como parecía al principio. A veces es bueno escuchar a extraños o que ellos te escuchen a ti. Cuando alguien no está involucrado directamente en lo que te ocurre, es posible que pueda ayudarte a ver las cosas en perspectiva.

He comprendido que tratar de complacer en todo a las personas que quieres, incluso en cosas que sabes que no están bien, es otra forma de dañarlas.

Prometerle a Shay que seríamos nada más que amigos solo porque parecía desesperadamente necesitada de oírlo no fue lo correcto, tendría que haberle pedido explicaciones de verdad. Cierto es que he estado preguntándole desde entonces, pero nunca he sido firme. Todo ha sido cuestión de dejar en sus manos la decisión de si merezco que me cuente lo que pasa o no, cuando la verdad es que lo merezco a todas luces.

Si tiene motivos reales para terminar lo nuestro, si esas razones nunca le permitirán dejar que pase algo entre nosotros, ella debe explicármelo con claridad. De lo contrario pasaré el resto de mi vida esperándola, porque habrá dejado el ciclo abierto para mí incluso si para ella ha cerrado mucho antes.

—¿Tienes partido hoy? —murmura, sin voltear a verme, y enseguida le da un mordisco a su tostada.

—Eh, no. Es mañana al medio día, saldremos a las cinco hacia Columbia.

—Ah.

Le miro, ideando una manera de abordar el tema.

—¿Irás?

—Um, no lo sé —tímidamente sus ojos color miel se encuentran con los míos—. Acordé con Tony ir mañana a trabajar, la verdad es que tienen un caos con los documentos y debo apresurarme porque la próxima semana llega el auditor.

—Pero vas solo por dos horas, podría acompañarte cuando regresemos. Ya sabes, tendrías un par de manos extra para ayudarte...

Con el codo sobre la encimera, apoya un lado de su cara en la palma de su mano y me observa.

—Será domingo por la tarde. ¿No tienes planes con tu novia? Ella se podría molestar.

Baja la mirada y frunce un poco el ceño, un muy leve tono carmesí le cubre las mejillas.

—Creo que la que está molesta eres tú.

—¿Yo? —objeta, enarcando una ceja y viéndome directo a los ojos—. No estoy enojada.

Me giro hacia ella, pongo las manos en los lados de su banquillo y la arrastro más cerca de mí. Mis rodillas están a los lados, las suyas en el centro.

Parece algo acobardada.

—¿Segura? —insisto, enarcando una ceja, ella se limita a mantener la cabeza en alto y los labios sellados—. Te conozco desde los ocho, Shailene. No puedo leerte el pensamiento, tampoco puedo jactarme de estar en lo cierto en todas las corazonadas que tengo contigo, pero mayormente sé cuando estás mintiendo. Últimamente me parece que lo haces un montón.

—No vamos a tener esta conversación, Axl.

—¿Por qué no? Necesitamos sincerarnos, está claro que no puedo obligarte, pero al menos te pido que me escuches y hagas el intento. Pongamos las cartas sobre la mesa, Shay.

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