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Todo sería más fácil si no se conociera realmente, pero no se confundan, no se refiere a no conocerse nunca porque eso sería llegar a extremos, solo desearía no conocerlo completamente porque solo de esa forma no se enamoraría hasta tal grado de necesitarle constantemente.

Porque todo sería tan fácil si ambos tuviesen control sobre sus emociones, pero aun si lo tuvieran las cosas serían incluso mucho más dolorosas para ambos.

Después de aquella apertura, Roronoa Zoro se mantuvo fuera de los reflectores, como si fuese una estrella mundialmente famosa, se encerró dentro de aquellas enormes rejas que rodeaban su casa, se encerró dentro de aquella oficina justo en la cima de su gran edificio, se encerró como hace años no hacía.

Tenía miedo, había pasado tanto el solo, y aquellos miedos se hicieron presentes aquella noche, ahora que se habían vuelto una realidad le aterraba la idea de ser un blanco fácil para cualquiera que se acercase a él, pero lo que más miedo le causaba era saber la verdad.

Mientras que aquel cocinero, día a día se revuelve en sus sabanas cada mañana, su pecho sigue doliendo pero esta vez con más insistencia, los días pasaron de ser - Buenos días amor -, - Te ves realmente hermosa hoy-, - Que fue lo que hice para merecer tanta perfección- a ser - Buenos días-, -Llegaré tarde hoy-, -Estaré en el Restaurante-

¿Cómo había cambiado todo tan radicalmente en su vida? Porque de ser besos a medias y abrazos apenas recibidos ahora son saludos secos y horas fuera de casa, cualquier persona normal estaría preocupada por tan repentino cambio, pero en cambio para su amada esposa es algo que agradece, pero eso es otro tema.

Últimamente aquel cocinero tiene la mente en las nubes y estas son de un peculiar color verde, se cuestiona una y otra vez que es lo que tiene aquella alga parlante, no es una persona particularmente linda pero es sumamente atractiva, su voz no es del todo suave pero te produce ese confort que buscas, es tosco y tonto pero sobre todo es amble y agradable, es como aquel libro de portada nada llamativa pero con apenas leer el primer capítulo te engancha y te hace querer más.

Ahora se abría un nuevo debate en su mente, su mente se inundaba de las miles de cualidades que tenía Zoro mientras que de su esposa solo veía lo mismo una y otra vez, una figura envidiable, una sonrisa encantadora, una habilidad de lograr lo que quiere, esa fascinante sonrisa y su peculiar color de pelo, aquellos ojos que contrastan a la perfección con su tatuaje y solo eso, por más que buscase algo mas solo lograba traer a su mente cosas superficiales que cualquiera nota, no había nada más.

Pero está seguro que le gusta, adora su sonrisa y su risa, le gusta su apariencia y lo que es, pero solo eso, no siente aquella calidez y confort que sientes cuando estas con la persona indicada, no sientes esa calma ni aquella descarga de adrenalina al estar a su lado, solo se siente bien pero eso con cualquiera puede suceder.

- Me estoy volviendo loco - Coloco sus manos sobre su cabeza - Solo es una confusión.

Una confusión que estaba causando más estragos en su vida que cualquier incógnita que exista, se prometió a su mismo dejar de lado aquellos pensamiento infantiles y llenos de dudas y temores a un lado y seguir con su vida, hasta cierto punto lo cumplió, encontró una buena chica con quien casarse, hizo realidad su sueño aunque a menor escala, solo faltaba una linda familia feliz y tendría aquello que se prometió a sí mismo.

¿Por qué no todo es como lo planeo? Quería ser feliz y sentir aquel cariño que por tanto tiempo le gusto tener, quería aceptar aquellas dudas y dejar de atormentarse con su propia mente, pero no podía o más bien no quería hacerlo, no quería perder aquella estabilidad que por tanto tiempo busco, no quería saltar a un vacío y no saber si habrá algo al fondo de este para amortiguar su caída.

Mientras aquel cocinero emprendía camino de vuelta a casa, una mota verde podía apreciar en medio de toda esa oscuridad, el incesante tic tac de aquel reloj de pared era todo lo que escuchaba, las hojas desde hace tiempo pasaron a estar en el suelo y la luz se hizo innecesaria en aquella oficina, solo la Luz de la luna se lograba colar entre los espacios de aquella cortina.

- Se lo diré - Dijo una voz en medio de toda esa oscuridad - Le diré todo.

Estaba decidido, lo afrontaría, vencería sus miedos y dejaría que lo demás tomara su propio rumbo por sí solo, dolería pero al menos con el tiempo ese dolor desaparecería al igual que aquellas inútiles esperanzas.

- Le diré todo - Se puso de pie - Sabrá la verdad antes de la boda.

Y no era una decisión que pudiese atrasar más tiempo, duro días enteros con esa idea en mente, después de todo guardar la verdad solo le había causado mucho más dolor del que supuso, así que decir la verdad puede ser igual o menos doloroso que ahora.

Realmente no tenía nada que perder, aquella boda estaba cerca y no la detendría, dirá la verdad aun si no fuese lo correcto, arreglara las cosas o al menos hará el intento con el único fin de ser feliz, porque el merece ser feliz aun si no es a su lado, aun si eso le cuesta perderle para siempre, buscara esa felicidad.

- 3 semanas - Marco en su calendario - Solo necesito 2.

¿Para qué posponerlo más? Tarde o temprano se enterara de todo y será más difícil. Necesita hacer las cosas bien por primera vez,hacer las cosas por si mismo y para el mismo, sin miedo al posible futuro incierto que le espera.


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TENIAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora