EPILOGO

514 36 1
                                    

Se estipula que el joven empresario y arquitecto Roronoa Zoro se encuentra en una relación romántica con una socia cercana a él, además de un supuesto embarazo. Volvemos a reiterar que hace menos de un mes el joven Roronoa desapareció para después ser visto entrado a una tienda de anillos. Hace unos momentos, fue visto portando un anillo en la mano izquierda justo en el dedo anular... ¿Será que llevo a cabo su boda en privado?

Con molestia apago el radio que se encontraba a su lado, alrededor suyo se deprendía una aura que provocaba frio y escalofríos, si tan solo se pudiese ver se notarían el rojo, azul pero sobre todo el negro, su corazón ya no dolía como antes pero ahora lo que le causaba problemas era su mente - Me gustas - Esa estúpida frase solo era un distracción nada más que una mentira, según sus propias palabras.

- Sanji - Escucho a su lado pero lo único que pudo apreciar fue un Sanji en voz gruesa y profunda - Sanji - Volvió a escuchar y sus mejillas se tiñeron de rojo - Sanji - Sintió una pequeña mano, pero su mente le estaba jugando una broma. Sobre su delgado hombro se encontraba una enorme mano, de tez morena, fría pero cálida a la vez - Sanji - Sonrió, se giró a ver a aquella persona pero lo único que encontró fue un chico de nariz larga detrás de él.

- ¿Zoro? - Pregunto al aire para después buscar alrededor suyo.

- No Sanji - Respondió con franqueza - Soy Ussop* - Respondió con un poco de tristeza, no esperaba que fuese recibido con rosas y una alfombra roja, pero el ser reconocido era más que suficiente - ¿Ha pasado un tiempo? ¿3 años?

- ¿Qué haces aquí? - Volvió a preguntar con un toque de desilusión en su voz - ¿No deberías estar trabajando? - Se atrevió a preguntar, en primera para olvidar la pequeña confusión de hace unos segundos pero sobre todo, era para saber de Zoro, aunque esta ultima la trataba de ignorar tratando de convencerse en que solo le interesaba la presencia del chico frente a él.

- Eso estoy haciendo - Miro alrededor suyo, sentía miradas asesinas por parte de los trabajadores. Pero como no las iba a recibir, si el jefe estaba siendo distraído por un intruso en su cocina - ¿Podemos salir? Platiquemos, hay mucho que contar.

Sanji solo susurro un débil si para después aventar su delantal a quien sabe dónde y salir de esa cocina, su mente estaba confusa ¿Cómo confundió a Ussop con Zoro? Eran totalmente diferentes, su tez era más oscura, más pequeño en estatura y menos musculoso, ni qué decir de su cabello, no era de color verde musgo, era negro, era normal, entonces ¿Por qué pensó que era Zoro?

- ¿Cómo te ha ido? - Pregunto el chico de nariz larga una vez se sentaron en una mesa frente a una pequeña cafetería.

- Muy bien - Miro alrededor, la misma cafetería en la que le fue vaciado un café por andarse insinuando a cuanta joven se encontraba - ¿Y qué tal el trabajo?

- De maravilla - Respondió el otro de forma inmediata - Tengo más oportunidad de hacer mis propios planos y trabajar con más gente, ahora que Zoro decidió dejar por un tiempo la compañía, todos tenemos un poco más de libertad. Es el trabajo de mis sueños, Sanji.

- Espera - Frunció el ceño un poco ¿Acaso había escuchado mal? - Zoro... ¿Zoro dejo de trabajar?

- Sí, aunque casi nadie lo sabe - Pronuncio recargando su espalda contra la silla - Es una pena que se vaya de esa forma - Llevo su cabeza para atrás para después volver a su posición inicial, solo que esta vez su rostro estaba adornada con una enorme sonrisa - Pero no es permanente, eso sí que no - Tomo un sorbo de café - Estoy ansioso por verlo en televisión muy pronto.

TENIAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora