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- Zoro-san, por favor - Suplico por enésima vez aquella joven de tez morena - Por favor, solo responda, por favor.

- Déjalo - Hablo aquel chico de sombrero de paja - Solo volvamos abajo - Pidió en un susurro, aquella sonrisa que alguna vez estuvo plasmada en su rostro ahora solo era sustituida por una línea totalmente recta.

- Pero, Luffy - Volvió a tocar la puerta en espera de una respuesta o un simple sonido que le indicara que aquella persona seguía viva o que siquiera era consciente de su presencia - Solo...

- No - Hablo de nuevo esta vez mas fuerte - Vayámonos.

Y como si de una canción se tratase, esta volvía a sonar con una sonata triste, el silencio inundaba aquella habitación, la casa estaba totalmente fría y sola, los trabajadores habían dejado de presentarse hace un par de semanas atrás, la única puerta que permanecía cerrada era la correspondiente a la habitación de Zoro.

Aquella boda que es el mismo joven había mencionado, había sido pospuesta debido a la ausencia del joven peliverde, 3 semanas más de lo planeado, y ahora mismo no podían agregar una más, 2 días quedaban para que aquella gran celebración se llevase a cabo, 2 días tenía aquel chico de cabellos negros y aquella chica alta para poder sacar a aquella persona de la habitación en la que se encontraba.

Las ideas una por una se iban acabando, y las esperanzas con ella, solo una última oportunidad quedaba y era la que menos esperaban utilizar, sentados frente a la barra de la cocina con el teléfono en espera y los nervios de punta.

- ¿Mocoso?

- Eso quisiéramos - Respondió Robin - Nosotros... Nosotros no sabemos que más hacer y...

- Necesitamos que venga - Completo Luffy totalmente molesto - Él... él es un idiota... Acaso... ¿Acaso no piensa en nosotros? - Preguntó al borde del llanto, le lastimaba la actitud que su mejor amigo había comenzado a tomar, le dolía saber que estaba dentro de aquel cuarto solo pero sobre todo le enojaba el simple hecho de estar sentado sin poder lograr algo - No sé qué hacer... No...

- ¿Sigue dentro?

- Desde que lo descubrimos por primera vez. Hemos estado a la espera de una respuesta o del más mínimo sonido pero nada, no hemos escuchado nada.

- Voy para allá - Respondió - Pero una vez llegue, ustedes esperaran en la sala.

Y sin más la llamada se cortó, ambos se sentían totalmente mal, no querían llegar hasta tales extremos, no querían pedir ayuda y menos a él, nada bueno traía cuando él se enfrentaba a aquella bestia de cabellos verdes pero si con ello lograban sacarlo de aquella habitación valdría la pena aguantar la culpa y remordimiento.

Los minutos pasaban y los nervios y tensión se iban haciendo cada vez más presentes en la sala de aquella gran casa, ningún sonido más que las respiraciones de ambos se podían escuchar, ninguno de los dos se atrevían a mirarse, no por miedo si no por tristeza, querían llorar y gritar estaban molestos consigo mismos por haber dejado que todo llegase hasta ese punto, en donde un sonido es suficiente.

Antes de que la culpa y la frustración los siguiera carcomiendo por dentro, el timbre de aquella casa sonó, la primero que vieron es ese singular color de ojos dorados seguido de una cara seria, no necesitaron mediar palabras con el invitado, simplemente se hicieron a un lado dejando el paso libre.

- Estaremos en el patio - Dijeron ambos antes de retirarse, sabían que solo estorbarían aun cuando Mihawk les pidió permanecer en la sala.

TENIAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora