Han pasado dos días desde que Zoro está fuera de casa, las cosas al parecer marchan bien, después de tantos años ha podido tener ese enfrentamiento que solo había pospuesto por un largo tiempo, se sintió libre de nuevo, toda aquella carga de angustia, estrés y preocupaciones se esfumaron cuando realizo el primer corte, aunque no fue muy certero como antes.
- Haz perdido practica - Guardo su espada - Si piensas que es un juego no pienso seguirlo.
- Solo es cuestión de tiempo... ¿O acaso tiene miedo?
- Tan arrogante como siempre.
Y tenía razón, perdió la concentración por tan solo un simple sonido, algo rompiéndose, si tan solo hubiese hecho caso omiso a aquel sonido, si tan hubiese puesto toda su concentración en su oponente, ahora mismo no tendría un nuevo corte en el abdomen, no tan profundo pero ahí estaba, de nuevo un error que cometió por haber flanqueado en tan importante momento.
En su rostro se veía una sonrisa, aquella que por tanto tiempo guardo y que incluso había olvidado donde la había dejado, en su mirada de nuevo estaba aquella chispa, esa sed que había perdido y que envidiaba del pequeño niño de sombrero.
Volvía a ser él mismo y los presentes eran conscientes de ello, se alegraban en cierta manera, añoraban esa imagen del joven de cabellos verdes ¿Dónde se había ido? Siempre se lo preguntaban cuando lo veían, incluso si era en un simple periódico o en algún artículo respecto a él, solo era necesario mirar sus ojos vacíos y tristes.
Las noticias no se hicieron esperar - El arquitecto Roronoa Zoro ha vuelto más vivo que nunca, hace una horas, un video se hizo viral en el que se muestran a él junta a Dracule Mihawk en una... - *
Apago aquel pequeño radio con fastidio, Roronoa Zoro era tendencia ¿Cómo alguien tan serio se podía ver de esa forma? Todo el mundo se lo preguntaba, tal vez lo tenía demasiado guardado, tal vez era una faceta suya que la gente no conocía, tal vez...
Y como si alguien hubiese escuchado sus plegarias aquellas preguntas que por días inundaron su mente fueron respondidas en cuestión de minutos, mientras él se preguntaba donde podría estar, creándose miles de situaciones en las que el cabeza de alga se perdía, este mismo estaba al otro lado del mundo disfrutando y divirtiéndose sin él.
¿Ese era el asunto importante por la cual se fue? Debe ser una broma, porque no simplemente le dijo que se iría de vacaciones, porque dejarlo solo aquel día y con la palabra en la boca para irse a otro lugar, aun con el descaro de no avisar.
Había llamado múltiples veces a su teléfono pero solo era mandado a buzón, comenzó a mandar mensajes, se sentía como una novia psicópata, pero poco le importaba, quería una explicación y la iba a obtener sí o sí, después de un tiempo ni los mensajes ni las llamadas lograban entrar.
- Maldito cabeza de alga - Murmuraba por lo bajo mientras cocinaba uno de los tantos platillos del día.
- ¿Se encuentra bien? - Pregunto un pequeño chico a sus espaldas.
- Perfectamente - Respondió o más bien grito, se había girado de manera brusca provocando que aquel plato cayera al suelo - Que alguien limpie esto.
La gente a su alrededor comenzaba a murmurar ¿Qué diablos le pasa? No era la primera vez que rompía un plato, incluso había arruinado ollas llenas de comida apenas terminada, algo no estaba bien y lo sabían, pero poco les importaba realmente, mientras su sueldo siga llegando a sus cuentas bancarias, ellos se harían de la vista gorda y seguirían con su trabajo.
Fastidiado y molesto decidió salir de aquel restaurante para dirigirse a la parte trasera del mismo, saco uno de sus tantos cigarros y que para su mala suerte, aquel encendedor no sacaba chispa.
-Genial.
Volvió de nuevo a guardar aquel cigarro a su caja y se dejó caer contra la pared, sus manos se movieron por inercia hacia sus cabellos y comenzó a jalarlos con una fuerza moderada, estaba molesto, no más bien tenía un berrinche como su padre solía decirle.
Oculto su rostro contra sus piernas y soltó un suspiro, esto no era normal en él, hace unos meses se encontraba perfectamente bien en compañía de su hermosa esposa y de Zoro, tal vez eso era, la ausencia del último lo estaba dañando más de lo que quisiese.
Miro hacia el frente y se encontró con aquella pared de ladrillos, cuantas veces no la había visto, pero esta vez era diferente a las anteriores, porque en esta ocasión no lo tenía a él, no estaba a su lado burlándose de sus cejas y de lo tierno que se veía haciendo su berrinche, no lo tenía cerca para escuchar su risa y ver aquel brillo en sus ojos que aunque quisiese negarlo, le encantaba, esta vez era diferente, porque no estaba con él.
-Como si falta me hiciera – Volvió a hablar lanzando pequeñas piedras contra aquella pared.
Cualquiera que lo viera de esa forma podría decir que estaba completamente loco por hablar solo frente a una pared vieja, se rió, pero no por un chiste o por el recuerdo alguna que otra experiencia graciosa que haya vivido, se rió de si mismo y de lo patético y ridículo que se debe de ver ahora mismo.
Cuando alzo la vista al frente, es cierto, observo aquella pared vieja, pero su vista bajo un poco más, casi para llegar al suelo y lo vio, lo primero que vino a su mente fue una palabra, más específicamente un nombre y por ende una imagen.
Roronoa Zoro estaba de nuevo inundando sus pensamientos ¿Por qué no lo podía ver con enojo y molestia? ¿Por qué tenía que ver lo lindo y guapo que es? Porque aún tiene presente aquel día en el que se apareció vestido completamente diferente de lo habitual.
Se puso de pie, esta vez más calmado que antes, algo había cambiado en él, con tan solo ver aquella mata verde de musgo, tal vez no se dio cuenta, tal vez quiso ignorarlo, pero tenía un leve sonrojo ante tal recuerdo.*
-Solo lo extraño, eso es todo – Dijo tratando de convencerse a si mismo.
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TENIAS QUE SER TÚ
Fanfiction- Si tan solo fuese tan fácil odiarte, si tan solo no te amase, todo sería completamente diferente - Roronoa Zoro, un arquitecto y socio corporativo en una de las mejores empresas, Sanji Vismoke dueño del mejor restaurante del Nuevo Mundo, ambos so...