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- No conocía a Sanji-san de esa forma

Hablo después de un largo rato, después de salir del Restaurante, Robin había llamado a Zoro - La familia D solicita vernos de forma urgente - Sabía perfectamente que no podía negarse, había olvidado hacer esa importante junta, llego a casa y empaco lo primero que encontró, la ira y lamolestia le impedían hacer las cosas con calma.

Llevaban más de 10 horas de vuelo, la familia D vivía al otro lado del mundo, en todo ese tiempo Zoro se dedicó a hablar sobre aquella comida, entiende que fue inmaduro irse de esa forma, fue totalmente cobarde el ponerse de pie e irse, pero ¿Que podría hacer? En cada tiempo libre Sanji le recordaba que estaba casado, tal vez no lo hacía de forma consiente pero lo hacía y Zoro lo tenía presente.

Parecía un pequeño adolescente hormonal platicando la peor cita/no cita que había vivido en toda su vida, entendía que en parte había sido culpa suya por haber aceptado en primer lugar, también lo ridículo que se veía ahora mismo pero tenía que desahogarse con alguien y ese alguien era Robin, jamás lo juzgaría y solo escucharía hasta que haya terminado de hablar, porque eso hacían ambos, esperaban, no sentían la necesidad de apresurar las cosas, estarían para el otro hasta el momento en que el otro hable - ¿Sabes?... - Porque solo esa palabra era suficiente para entender el concepto de todo.

Pareciese que ambos se habían puesto de acuerdo para hablar de amor, porque Robin también lo hizo, hablo de los insoportables celos que se presentaron de manera espontánea al percibir aquel aroma, pero habían sido tantas las ocasiones que se guardó esa molestia que simplemente no pudo contenerse más, además, Robin no era una mujer orgullosa por lo que le era fácil aceptar sus errores, definitivamente el amor no estaba del lado de ambos en esos momentos.

- ¿Franky sabe del aroma?

- Lo sabe, pero parece que se ha olvidado.

Ambos conocían a Franky hace un par de años, sabían por experiencia que podría llegar a ser un tanto extraño en ocasiones, teniendo en cuenta de sus extrañas vestimentas que portaba día a día, también eran conscientes de lo olvidadizo que llegaba a ser con relación al trabajo, pero no en otro aspecto - ¿Puedo hablar con él? - Se ofreció esta vez Zoro, odiaba ver esa faceta de Robin, tan decaída y de alguna forma culpable.

- No, no es necesario - Soltó un suspiro - Esto lo arreglare entre él y yo, en parte es mi culpa... Solo es un simple aroma.

- A decir verdad a mi también me molesta ese aroma - Zoro se inclinó un poco para ver la cara de Robin.

- Gracias.

Ambos se entendían, conocían lo que les gusta y lo que no, lo que era agradable y lo que era molesto para el otro, tal vez deberían de ser pareja como la gente dice, serían perfectos, lástima que cada uno está enamorado de otra persona. A veces Zoro pensaba en un futuro con Robin, tal como lo está ahora mismo, cuando la veía tan serena dormida o cuando estaba concentrada en algo.

Tal vez no sería tan malo, se entendían sin necesidad de palabras, solo una simple mirada, un gesto o una acción y podían comprender la situación del otro, podían ponerse en el lugar contrario y ayudarlos. ¿Cuantas veces Zoro no quiso cambiar su amor? Sentir algo más que una simple amistad con Robin, verla de forma romántica, que le guste de gustar, solo así su corazón no dolería tanto en estos momentos. Sería demasiado fácil hacerlo de esa forma, vivir con la persona a su lado.

El resto del viaje, Zoro se limitó a mirar la inmensidad del cielo nocturno, se sentía tan pequeño, tan indefenso entre toda esa oscuridad, pero realmente no era diferente, después de enterarse del casamiento de Sanji y Nami, sus días se tornaron de esa forma, fríos y oscuros. A veces llegaba a pensar que en parte se lo merecía, jamás creyó en dioses o en personas superiores a los demás e incluso que él, aunque ahora mismo se cuestionaba. El Karma existe, siempre le repetía su papá.

TENIAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora