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¿Qué mierda había hecho? Ahora mismo se encontraba recostado en su cama con un trapo húmedo en la frente y un dolor insoportable de cabeza, al parecer su padre lo había llevado a su antigua casa una vez lo encontró llorando en las escaleras frente a la gran construcción.

- Aquí tienes agua, cuando quieras bajas a comer algo - Dijo Zeff dejando una bandeja a su lado con un par de pastillas, una jarra llena de agua y un vaso de cristal.

Los recuerdos de la noche anterior estaban algo borrosos, solo recuerda haberse despedido de Nami-swan antes de que ella se fuera, caminar sin rumbo fijo, estar frente a Zoro y ... Solo eso recordaba, ni siquiera recordaba lo que habían hablado o si al menos lo habían hecho.

Tomo aquel par de pastillas y se las tomo con ayuda del agua, pero el mayor malestar que ahora mismo sentía era aquel dolor en el pecho que por días lo atormento ahora pareciera que se hizo más grande, se ha generado un nudo en su garganta y las punzadas en el corazón son cada vez más profundas.

Definitivamente algo había hecho anoche pero no recuerda claramente el que hizo, sin lugar a dudas fue algo terriblemente malo, tanto como para ocasionarle aquel sentimiento de culpabilidad en todo su ser.

Mientras aquel chico se obliga a sí mismo a recordar lo que hizo la noche anterior, un joven de cabellos verdes se encuentra sentado al borde de la gran piscina en su casa.

Después de regresar a la fiesta, contando la infinidad de veces que se perdió y volvió al mismo punto sin atreverse a pasar, decidió retirarse, agradeció como era debido - Me alegro que este proyecto comience con la aceptación de cada uno de ustedes y es por eso mismo que les pido su apoyo para volvernos fuertes. Salud - Palabras que copio de alguien más.

Tenía un discurso planeado, había practicado incluso la postura y la cara que pondría pero aquello que sucedió no estaba en sus planes, ni siquiera en sus más locas ideas. Se despidió de los que ahora serían sus socios y emprendió un camino de vuelta a casa.

Sentía su corazón cada vez más pequeño, más débil y roto, pero dentro de sí, deseaba no haberlo escuchado, deseaba que aquello fuese solo una mentira de alguien borracho, aun sabiendo que era todo lo contrario, conocía a Sanji, no hacía falta que se engañara.

- Solo estaba borracho, no sabe lo que decía - Se repetía a si mismo tratando de conversarse a si mismo sobre aquel comportamiento de anoche - Solo fueron palabras.

- Un borracho y un niño nunca mienten.

Aquella voz, de entre todas las personas que tenían acceso a su casa con total libertad como él, de entre un puñado de personas, tenía que hacer presencia justamente él.

- ¿Y lo dices por experiencia?

- Tú más que nadie sabe la respuesta - Se sentó en una silla reclinable bajo la sombra de aquel gran árbol - ¿O te has olvidado de aquella cena?

- Deberías superarlo - Se puso de pie - Fue hace más de 3 años ¿Podrías intentarlo, padre?

- Jamás - Arrugo su ceño y apretó aquel bastón entre sus manos - No sé qué diría tu madre de saber la aberración que eres ahora mismo.

- Tal vez estaría mas orgullosa de lo que estás tú de mi - Miro su reflejo en el agua - ¿Qué haces aquí?

- Me entere que tu proyecto fue todo un éxito.

- Pero no esas aquí para felicitarme ¿Me equivoco?

- Garp me contó que no seguiste las indicaciones - Soltó un suspiro - Hasta cuando dejaras de hacer lo que tú quieres y comenzaras a hacer lo que debes hacer.

TENIAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora