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Los preparativos estaban listos, pero no por eso Zoro regresaría, aunque fuese la idea original, asigno a Ussop en la supervisión de la maquinaria, añadiendo a su trabajo el estudio y preparación del suelo, en cambio, a Brook le asigno toda la construcción, no era tan complicada ni mucho menos semejante a las de él, por lo que una advertencia si le hizo - No quiero modificaciones en el diseño, si algo sucede mal, solo llámame - Sabía perfectamente que corría un riesgo al dejar la construcción en sus manos o más bien huesos, pero esta vez quiso ser un poco egoísta y alejarse de todo el ajetreo que siempre lo rodea.

Lleva 5 días lejos de casa, del trabajo, de la rutina, del estrés, pero sobre todo, lleva alejado más de 3 días de Sanji y no ha sentido la sensación de morir por dentro, es cierto, los primeros dos días su mente era inundada por pequeños fragmentos de recuerdos y en todas y cada una su figura se hacía presente, ahora mismo, cada que eso sucede se le hace un poco ¿Molesto? ¿Por qué inundar su mente de esa forma cuando se encuentra tan feliz?

Tal vez era cierto que lo único que necesitaba era un tiempo alejado de él, creando la mayor distancia entre ambos para que así fuese posible olvidarlo, o en su defecto simplemente intentarlo.

Ahora que lo piensa con detenimiento, no había tenido esa idea al menos no con tanta firmeza y determinación que a simple vista podría parecer una decisión definitiva en vez de una sola idea, sonrió ante tal descubrimiento, tal vez pueda ser feliz sin el cocinero.

- Zoro - Escucho a su lado, era la voz de aquel pequeño doctor*.

- ¿Dime? - Respondió sin quitar la vista del frente, ver aquel jardín frente a él, lleno de árboles tanto frutales como de adorno, ver todas esas flores, incluso en el piso, era un paisaje que quería seguir viéndolo con detenimiento hasta cansarse.

- ¿Qué es el amor?

- ¿Perdona? - Se giró solo un poco con el rostro hecho un lió - ¿A qué viene eso?

- Doctorine dijo que te preguntará a ti, porque ella no tenía tiempo para cosas como esas - Bajo un poco la mirada - ¿Que es el amor?

- No lo sé - Volvió su vista al frente - Tal vez deberías de preguntárselo a Robín o Perona que llegaran en un par de horas.

- No puedo - Respondió con firmeza alzando el rostro - Doctorine me dijo que tú eras el indicado porque tienes en el rostro escrito "Soy un estúpido mocoso enamorado.

- ¿Eso dijo?

- Si, Doctorine dijo que el amor es una enfermedad que lastima si no es correspondido... ¿Pero porque es una enfermedad y no un virus o infección?

- Bueno, la anciana tal vez no lo dijo correctamente - Soltó un suspiro ¿Por qué él? - El amor es más como una infección, como una simple gripe o resfriado que capturas cuando estas débil – Se giró a verlo - Es cierto que a veces el amor duele, incluso más que un golpe, te lastima pero no deja alguna herida visible. Todo está aquí - Señalo el pequeño corazón del niño - El amor es una infección.

- Entonces si es una infección - Sonrió complacido, posicionándose frente a Zoro - Yo mismo la curare, si Zoro esta enfermo, yo me encargare de curarlo. No hay enfermedad que no se pueda curar.

Ojala fuese así de sencillo pensó Zoro - El amor no es algo que tenga cura o algún tratamiento médico - Volvió a hablar ganándose una mirada llena de confusión - El amor es algo que sucede y que no se puede prevenir hagamos lo que hagamos. Tarde o temprano acabaremos enamorados, unos más que otros, lo único que debemos hacer es aceptarlo y esperar lo mejor de ello.

- Entonces - Sus ojitos comenzaron a llenarse de lágrimas - ¿Zoro morirá? Si no encuentro la cura ¿Zoro morirá? - Se abrazó al cuerpo frente a él - No quiero que Zoro muera.

Tal vez no se había explicado correctamente, al fin y al cabo tan solo es un niño curioso, tal vez sea demasiado inteligente pero aún tiene su inocencia - No, no moriré - Correspondió el abrazo y comenzó a revolver aquellos cabellos castaños, tirando de paso aquel sombrero - Es cierto que el amor no tiene alguna cura, pero no por eso significa que voy a morir - Se detuvo un poco para decir lo siguiente - Existen casos en el que sucede, pero eso solo es cuando la persona está muy mal. Cosa que no lo estoy - Separando al pequeño de él, comenzó a limpiar esas pequeñas lagrimitas del rostro ajeno - Con el tiempo el amor simplemente se va de nosotros, aunque no podemos estar seguros de que si volverá o no - Sonrió un poco - Solo necesitamos mucho apoyo de las personas a nuestro alrededor y ese proceso se vuelve mucho más fácil.

- Si es así - Se acomodó sus cabellos y se colocó su distintivo sombrero - Yo seré el apoyo de Zoro, te sanarás hasta que el amor deje de doler y se vaya de una vez por todas.

- Será un camino bastante largo - Se puso de pie - Espero ser atendido por usted, Doctor Chopper.

- Maldito - Comenzó a balancearse de un lado a otro con las mejillas sonrojadas - No pienses que me alagas.

El resto de la tarde pasó más lento de lo que Zoro quisiera, deseaba que acabase lo más pronto posible, que terminase en un simple pestañeo, quería dormir y despertar al día siguiente como si nada hubiese sucedido, lástima que el tiempo no hace lo que uno quiere.

Después de escuchar aquellas palabras de Chopper, su pecho comenzó a doler como en un principio, pero esta vez sentía una calidez que contrarrestaba aquel dolor.

Si pudiésemos describir el dolor de Zoro, simplemente nos faltarían definiciones para hacerlo correctamente entonces ¿Cómo te lo explicó? Imagina un corazón del tamaño que tú quieras, imagina que está en aquel coliseo Romano en el que se llevaban a acabo peleas a muerte, frente a él se encuentran todo tipo de bestias, animales e incluso personas, todas y cada una con armas capaces de dañarlo, pero el pequeño corazón solo tiene un pequeño escudo viejo a punto de romperse, tiene marcas visibles algunas de hace tiempo, otras aún sigue frescas ¿Cómo se supone que vaya a ganar?

Necesita armas de cualquier tipo para salir vivo de aquel enfrentamiento, necesita armas para defenderse y no morir en el intento, ahora mismo su única esperanza es Zoro, si tal solo él se animara a dar el primer paso tal como lo ha hecho estos últimos días, su corazón se volvería más fuerte, siendo capaz de vencer a todos sus contrincantes, ganándose la libertad y dejando de lado todas esas angustias, miedos y dolor que sentía.

No era imposible, tan solo debía alejarse como lo ha estado haciendo, dejar todo de lado e irse a un lugar donde no lo dañe, pero eso era en cierta parte cobarde, no podía simplemente decir - Me voy - No era imposible pero si era descabellada aquella decisión, considerando la situación sería perfectamente fuera de lugar.

Sabía que no podía alejarse tan fácil, tenía una empresa propia y en ella trabajadores que dependen de él, y en su defecto familias enteras dependientes de todos los trabajadores y él mismo de forma indirecta, además de que no sería tan fácil irse sabiendo que tendrá un cocinero detrás de él insistiendo por una explicación.

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