Esa mujer, esa maldita mujer. Era obvio que había inventado su molestia hacia él, sino ¿por qué más estaría comprometido con ella en esos momentos? eso era lo que la hija menor de los Ansset quería. Mientras más los vieran juntos, la posibilidad de que el duque de Ansset pidiera un matrimonio aumentaba, lo único que esa mujer deseaba era amarrar a un hombre, como todas las de su clase, era simplemente desagradable.
Es que nadie estaba en su sano juicio, no deseaba casarse con ella, tenía una mala reputación y era bonita, pero no hermosa. Ella se había metido con quién no debía y se lo iba a cobrar caro, no iba a dejar que disfrutará de una vida de casados como esperaba; haría que cada momento, cada minuto que estuviera junto a él, fuera un verdadero infierno. Buscaba un matrimonio, pues ahora le daría la experiencia de lo que era uno no deseado.
— Tu mirada es desagradable — Patricia lo había estado observando unos segundos en silencio, habló.
— No creo que deba importarte mucho — respondió él, estresado por la situación. La pelea con su padre no le había caído nada bien, en los últimos dos días los altercados eran mayores. Y ya no tenía intenciones de comportarse bien con la mujer que lo había abandonado.
— Claro que me importa, eres mi hijo — susurró la mujer acercándose.
Eso fue un detonante para aumentar su mal humor, se acercó a ella mirándola fijamente, sin perder un solo detalle de su rostro: — Hasta ahora he sido todo, hasta un amante — dijo con la voz cargada de rabia — Pero nunca fui tu hijo. Y tú nunca serás mi madre... Lo que yo siento por ti no es algo que se deba sentir por una madre.
— Jamás te pedí que me amarás — respondió ella con los ojos llorosos.
— Claro que sí... — la pegó a su cuerpo, ambos respirando agitados, y con el ambiente volviéndose más pesado — ... Rogabas por algo de amor, rogabas porque alguien te tocará, rogabas por sentir placer, me rogaste a mi para que cumpliera tus deseos... Aquellos deseos que mi padre no te podía cumplir...
Tomó su barbilla acercando más a ese rostro que tanto le gustaba, los centímetros que los separaban eran muy pocos, sentían perfectamente el calor del otro y él sin esperar más, la besó. Era intenso y apasionado, a ambos les faltaba esto, la adrenalina y el delicioso sabor del otro. El joven empezó a acariciar su cintura; necesitaba de ella, la necesitaba como a nada en el mundo. Ella era todo lo que quería y el destino se negaba a entregársela.
— Te amo — susurró Lucas entre besos.
— Yo...
El vidrio chocando contra el suelo y quebrándose en mil pedazos llamó la atención de ambos. Maíra, la sirvienta estaba frente a la puerta con una obvia expresión de sorpresa, la cuál se convirtió en vergüenza y asco. Lucas sin perder tiempo la obligó a entrar a la habitación.
— Escúchame bien — colocó su antebrazo en el cuello de la joven mientras ponía una expresión ruda — Sí hablas, o llegas a decir algo sobre lo que viste — apretó un poco más cortando la respiración Maíra — No solo serás despedida, sino también, que te haré vivir las peores pesadillas que jamás imaginaste, me convertiré en tu peor enemigo ¿Entendido?
Asintió repetidamente asustada, y tratando de hacer que aunque sea un poco de aire llegará a sus pulmones, su rostro se rostro se tornaba de un rojo asfixiante a un morado, e incluso un par de venas brotaron de su piel.
— Ahora lárgate de aquí y limpia todo el desastre que acabas de causar.
La dejó en libertad bajo la atenta mirada de Patricia, que a pesar de sentir lástima por todo lo que Lucas le había dicho, era lo mejor. La joven asustada y aún confundida salió de aquella habitación, quería llorar, un horrible nudo se había formado en su garganta. Tener que mentirle al hombre que la había acogido de la calle desde que era una infante, la hacía sentir como una mera traidora; y aún así, lo que menos deseaba era tener al joven Lucas cómo un enemigo. Con cuidado y perdida en sus pensamientos recogía todo lo que estaba roto. Se alejó, cerrando la puerta a sus espaldas para que nadie más tuviera que ver la asquerosa y horrible escena que sus ojos presenciaron. Solo podía repudiar en silencio aquellos actos que la esposa del duque y su propio hijo cometían en la casa, para Maíra era un atrocidad. El solo hecho de imaginar cuántas veces habían estado juntos de esa manera la hizo estremecer.
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Tentaciones
Historical FictionTaalia Ansset es una jovencita rebelde y que siente desagrado por las reglas que le impone la sociedad, apesar de esto, ella es una dama amable y llena de vida, su carisma la ha hecho sobresalir más de lo que cree. No le importa demasiado estar en b...