Lucas esperaba en su despacho a que llegara el encargado con los papeles del divorcio, era bastante temprano, aunque el ruido de una mudanza empezaba a aparecer y con eso, sus esperanzas se desvanecían.
En unos momentos preparían los carruajes y los llenarían con las cosas de Taalia.
Ellos dos realmente... se iban a separar... se había terminado, todo llegó al punto final...
Estaba bien ¿no? Dejando de lado la excusa de que habían muchos enemigos y todos ellos podrían tratar de herir a Taalia, él le había hecho mucho daño, la trató mal cuando se conocieron y fue incluso peor cuando se casaron, en varias ocasiones se desquitó con ella y hasta le rompió el corazón cuando hablaron de sus sentimientos, rechazó todas las formas de cariño que ella ofrecía. Lucas se veía así mismo como el mayor problema en la vida de Taalia.
— Duque, ha llegado el señor Rick — el mayordomo habló mientras ingresaba el mencionado.
Al verse, ninguno de los dos tuvo reacción, casi no habían cruzado palabra desde la última vez que Rick Damm estuvó allí, acosejandole que se separe de Taalia y luego pidiéndole que no entregara a aquella niña a un orfanato. Lo poco que conversaban se centraba en la fábrica y otras cuestiones que solo incluyeran el trabajo, más nada. Se podía decir con facilidad que su amistad estaba desapareciendo. Algo más que estaba perdiendo, aunque no creía que fuera una mala decisión, tanto Rick como Lucas tenían personalidades muy diferentes.
— ¿Qué es lo que necesitas? — preguntó Lucas. No quería demorarse en este asunto, aún habían cosas que hacer y el poco tiempo que quedaba parecía ir más rápido.
— He traído el informe de los empleados de distribución — Rick parecía algo avergonzado, si lo pensaba bien, la última vez no había dicho las cosas de forma correcta; no era su asunto el matrimonio de Taalia y Lucas o el como fuesen a castigar a esas personas; estaba presionando a Lucas y anteponiendo sus ideas propias por sobre las de su socio, aunque el orgullo no le hacía difícil el poder disculparse. Se acercó al escritorio y entregó los papeles — Parece que los pedidos aumentaron en la zona sur.
— Bien — el rubio recogió las hojas y las leyó con rapidez — Gracias por traer esto, puedes retirarte.
Rick asintió, aunque no era capaz de hablarle a Lucas, decidió preguntarle al mayordomo sobre lo que sucedia. Marcus un poco dudoso, terminó por platicsrle toda la situación que había pasado su amo en las últimas semanas.
Al bajar se dió cuenta de la inusual cantidad de baúles que habían en la entrada, al parecer era cierta la poca información que obtuvo del mayordomo; la familia de Taalia regresaba a Valle Cristal y ella se iba con ellos.
Una figura llena de vida y con una gran sonrisa entro por la puerta, tenía un ramo de jazmines en la mano, casi parecía ir saltando. Pronto entró en cuenta del invitado que estaba junto a Marcus, pues jamás había visto a esta persona, o al menos hasta donde ella sabía.
— ¡Oh! No sabía que habían visitas — murmuró algo sonrojada, no le gustaba ser ignorante de lo que sucedía en la mansión donde se hospedaba, más que nada porque no quería cometer equivocaciones frente a extraños, estaría bien si eso pasara en su propia casa, pero no en un lugar que no era propio — Es bueno que el señor Lucas tiene a alguien aparte de nosotros que lo venga a ver. Casi no sale de la mansión, y siempre está trabajando.
Rick no supó como actuar, según Marcus, por órdenes de Lucas, todos debían tratarla y hablarle como si ella fuera una visita en la mansión, ninguna persona debía hacer o decir algo que le diera un indicio de la posicióne que en realidad le correspondía, es decir, que era la duquesa de Michelena.
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Tentaciones
Ficción históricaTaalia Ansset es una jovencita rebelde y que siente desagrado por las reglas que le impone la sociedad, apesar de esto, ella es una dama amable y llena de vida, su carisma la ha hecho sobresalir más de lo que cree. No le importa demasiado estar en b...