Capítulo 41: Te amo

1.3K 95 25
                                    

Advertencia:

Este capítulo contiene descripciones de sexo entre los protagonistas, si no es algo de su agrado, será mejor que pasen al siguiente capítulo, y los que gusten de las escenas +18, disfruten.

***

El cansancio la lleno, dejo que sus párpados se cerrarán y se dejó llevar por el mundo de los sueños.

Ella corría por un extenso campo de flores, el aire era fresco y el calor del sol agradable, el delicioso aroma llenaba las fosas nasales de la joven. En la lejanía era observada por su querida doncella, que platicaba con su hermana mayor. Se recostó en el suelo y observó el cielo, las nubes tenían bonitas formas. Si, era un día maravilloso. Pero la extraña sensación de alguien mirándola pronto apareció, al levantarse un poco, notó que no se trataba de Eli o de Erika. El bosque se notaba cercano y de algún modo, no pudo resistir acercarse para averiguar de quién se trataba, al estar a unos cuantos pasos de la arboleda, el viento empezó a soplar y las nubes blancas en algún momento se volvieron oscuras, tapando por completo la luz del sol. La figura estaba tras un árbol, apenas se asomaba su cabeza y su torso, gracias a eso pudo descubrir que se trataba de un hombre.

— Lucas — el nombre del rubio salió inconscientemente de sus labios.

No hubo respuesta y entonces la ansiedad hizó aparición, creciendo muy lento dentro de ella.

— L-Lucas... — volvió a llamar está vez con la esperanza de que fuera el oji-azul quien respondiera — ¿No eres tú?...

Y entonces aquella persona negó con la cabeza, esa presencia aterradora era un claro indicador de peligro. Fue el indicador de que debía alejarse y pronto. La respiración de Taalia se aceleró casi de inmediato, su corazón bombeaba a niveles inimaginables. El desconocido decidió que ya era momento de salir de su escondite, y empezó a caminar hacia ella.

— Jack... — murmuró cuando la luz por fin tocó su rostro haciendo que cada facción fuera reconocible — No... — dijó con un temblor en la voz.

El hombre siguió avanzando, y con cada paso que daba, el miedo de la mujer seguía aumentando.

— No... — sus piernas pesaban mucho, estaba haciendo el esfuerzo de moverse, no fue hasta que lo tuvo casi en frente que le pareció que su vida se iba al suelo.

Trataba de gritar, y no salió nada, parecía haberse quedado sin voz, ahora el temor era completo dueño de su cuerpo. Rogó piedad y fuerzas, y entonces sus piernas por fin cedieron, empezó a correr como si estuviera desquiciada, lo único que quería era alejarse de ese horrible monstruo.

Trataba de regresar con su hermana y con Elizabeth, cuando estuvo a solo pasos de ellas, apuntó de encontrar un refugio, desaparecieron ante sus ojos.

Y tuvo que detenerse, no sabía que es lo que estaba pasando.

— Tengo miedo...

La calidez de sus lágrimas la recordó que la perseguían, regresó para mirar hacia atrás y extrañamente, no encontró a nadie. Debía avanzar, encontrar un lugar seguro, sentía como si la acecharan desde las sombras. Intentó de correr, y como en un principio, ya no funcionó.

Jack estaba frente a ella y esta vez la distancia era aún menor.

El hombre solo sonrió, acercó sus manos a ella y acarició su mejilla.

— Eres mía... — la voz parecía distorsionada, era demasiado gruesa y tenía ecos como si muchas personas hablarán al mismo tiempo.

Al instante apretó el cuello de Taalia, llevó su otra mano al mismo sitio y empezó a tomar la vida de la joven. Luchar no servía, por más que golpeara o pataleara, no funcionaba contra ese hombre. La respiración comenzaba a faltarle, y cada intento que hacía, por tomar algo de aire, era peor.

Tentaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora