CAPITULO 37. Es más complejo que eso

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Dos meses después

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Dos meses después.

—Llegaremos tarde—gritó Gabriel una vez más y yo corrí por el departamento saltando en un pie mientras me colocaba el otro zapato.

—¡Ya estoy lista!—mentí con descaro.

Rámses estaba parado en la puerta junto a Gabriel. El primero llevaba en la mano un café para mí y un emparedado que me había preparado para el camino; el segundo llevaba mi bolso con los libros.

¡Los amo!

Salimos de la casa con el típico apuro de todas las mañanas.

—Desayuna—dijo Rámses y abrí la boca cuan grande podía y la picardía apareció en su sonrisa torcida—, así me gusta, practica para la noche.

Y antes de que pudiera avergonzarme, metió el pan en mi boca y abrió la puerta de copiloto para que subiese.

Gabriel se deslizó en el asiento trasero y sacó su computadora para continuar estudiando.

Había comenzado la pasantía con Mike, así que su tiempo de fiestas se había acabado. Estaba esforzándose al máximo, entre las clases y la pasantía. ¡Y le iba genial!. Mike lo ayudaba muchísimo en las pasantías para que no se retrasara con las clases, colocándole en casos que sabía que le serviría para sus estudios. Lo llevaba vigilado muy de cerca, no quería ser el responsable de que tuviese bajas calificaciones.

Más de una noche salió tarde porque se quedaba estudiando con Mike o con Ryan.

Hoy tenía un examen muy importante y además era la presentación de los alegatos que ayudó a redactar para un caso de Mike.

—¿Te acostaste muy tarde?—le pregunté a Gabriel con la boca aun llena de comida.

—Bastante, pero nada que un redbull no me quite. O dos...

—Te escuché discutir otra vez—Rámses lo miró por el espejo retrovisor.

Gabriel suspiró profundamente y cerró la laptop al tiempo que recostaba la cabeza del espaldar del asiento.

—No me queda tiempo para más nada. Las pasantías son fuertes, Mike me respira en el cuello por los estudios y las clases solo empeoran con los días. Tenemos poco más de dos meses sin vernos, no sé cuándo podré ir, ella no puede venir y como si no fuese poco me quedo dormido en la mitad de todas las llamadas...

—¿Y esta... chica misteriosa, con la que estás saliendo, no lo comprende?—Gabriel no había dicho con quién estaba saliendo y cada vez que tocamos el tema el portugués sonreía y se volvía esquivo. Estaba caminando en hielo delgado si quería obtener más información.

—Lo comprende tan bien que me irrita. Creo que tiene a otro. Y tiene que ser alguien de su círculo de amigos, porque su geo localización no me da una ubicación distinta a la de sus amigos, y sube fotos con su grupo...

No Juzgues La Portada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora