The Hills 📍 GANG AU

Capítulo IIX: Ride or die.

Las piernas de Taehyung temblaban tanto que tenía miedo de caer o resbalar en cualquier momento, debido a la cantidad de agua con jabón que había en el piso del cuarto de baño.

El joven halcón literalmente lo había sacado de la ducha para estamparlo contra el fregadero, doblando su espalda para que su cara quedara pegada contra el gran espejo.

El menor estaba enojado y Taehyung no necesitaba escuchar una confirmación, ya que la fuerza con la que lo apretaba con sus manos demostraba su estado anímico perfectamente.

A pesar de la fuerza exagerada del agarre, Taehyung no podía contener sus gemidos al sentir la base del miembro de Jungkook chocar contra sus muslos, ya que lo estaba penetrando demasiado fuerte y profundo. 

Justo como le gustaba.

—Demonios, Babe. Grita para mi. —gruñó Jungkook y Taehyung obedeció sin dudarlo.

Su espalda se arqueó bruscamente al sentir una ola de placer recorriendo todo su cuerpo y sin poder aguantar más comenzó a gritar sin importarle nada más que él y Jungkook. 

Sólo eran ellos dos. 

Lo único que importaba en el mundo.

—¡Dios mío, Jungkook, me voy a correr!

—Hazlo para mí, babe. Haz sido bueno.

Los dedos de Jungkook se hundieron fuertemente en los cabellos rosados y goteantes de Taehyung y dejó escapar un gruñido grave cuando llegó al clímax, eyaculando dentro del piel canela.

Jungkook se quedó así unos instantes, todavía dentro de él, y con una mano le acarició la entrepierna para confirmar que el moreno también se había corrido.

—Vas a tener que ducharte de nuevo, bebé, también vas a tener que vestirte rápido, tenemos que encargarnos de algo. —Jungkook depositó un suave beso en su hombro y luego salió del baño.

Taehyung observó su reflejo en el gran espejo con las manos apoyadas a ambos lados del lava manos, todavía estaba intentando regular su respiración por el fuerte orgasmo que había tenido, estaba exhausto pero feliz. Le sonrió a su doble y se volteó para volver a entrar a la ducha.

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—¿A dónde vamos, cariño? —preguntó Taehyung mientras se colocaba bien los guantes de cuero negro.

Al no obtener respuesta, se volteó a ver al menor, quien estaba totalmente concentrado manejando.

Se veía jodidamente bien, en ese traje completamente negro, hasta su camisa era de un negro precioso.
Sus manos enfundadas en cuero sujetando el volante le hacía recordar a cuando apretaba su cuello con esas mismas manos.
Taehyung tragó saliva al imaginarse la situación, no era momento, más tarde se lo pediría.

—Lo siento, Taehyungie. Vamos a ocuparnos de un idiota que mató a una prostituta cerca de Incheon. El muy enfermo la prendió fuego. —Jungkook pisó el acelerador del Audi todavía más. —La mujer tenía tres putos niños.

—¿Es eso lo que te preocupaba? —Taehyung posó una de sus manos enguantadas en el muslo del menor. —Nos ocuparemos, le devolveremos el doble de violencia, cielo.

—No, no es eso. —Jungkook suspiró notablemente frustrado. —Es ese estúpido niño que llevamos a casa. Todavía no ha respondido. 

—Oh, pero lo hará, estoy seguro. Vi sus ojos, Jungkook, él es como nosotros. —Taehyung apretó un poco su mano, y luego subió lentamente hasta llegar a su entrepierna. —Al momento que pruebe la sangre, le encantará.