Capítulo XXI: Como si se fuera a morir mañana.

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Dos semanas habían pasado desde que Hoseok había jurado unirse a Gangcheol Mae. Desde ese mismo día, las cosas en las colinas habían cambiado estrepitosamente.

Hoseok había llenado de luz esa oscura mansión. Todo tenía una extraña sensación de felicidad y realmente, más que una mafia, últimamente parecían una verdaderamente una familia o simplemente cuatro jóvenes siendo amigos y disfrutando de su compañía.

Hoseok y Taehyung habían generado una conexión empática inigual desde el primer momento, convirtiéndose en amigos muy cercanos.

Planeaban con extrema emoción la fiesta de cumpleaños de Taehyung, por más de todos los intentos que Jungkook había hecho para que al menos considerara cancelarla.

Pero Taehyung había suplicado para hacerla y Jungkook no podía negarse a sus maneras.

Dejando eso de lado, las heridas en la pierna de Hoseok habían sanado totalmente, y casi su entrenamiento estaba llegando a su fin.

Jungkook estaba totalmente impresionado con sus habilidades con las armas, y varias veces había insinuado que lo pondría en el prestigioso escuadrón Andromeda.

Las heridas en el cuerpo de Jimin no habían sanado del todo, ya que lo que menos había hecho últimamente era quedarse quieto.

Hoseok ahora vivía en su antigua habitación, por lo cual el se había mudado permanentemente a la habitación de la pareja, siendo cada noche una peligrosa prueba de fuego para su hombro.

Es que verlos así como ahora...

Jungkook apretaba con fuerza la cadera de Taehyung, hace poco tiempo habían salido de la ducha.

Sus cuerpos chocaban con fiereza contra la pared de la habitación. Sus bocas perfectamente unidas hipnotizaban a Jimin, quien los miraba atentamente desde la comodidad de la cama, sintiendo como su entrepierna comenzaba a latir fervientemente.

Luego de unos segundos, Jungkook rompió el beso y le murmuró algo en el oído a Taehyung.

—Babe, ve por él.

Jimin sonrió libidinosamente al ver a Taehyung avanzar hacia él con ese caminar tan felino y a Jungkook sentándose cuidadosamente frente a la cama.

Taehyung se trepó encima suyo y se acercó a su boca, esperando indicaciones para proseguir.

Amaban jugar  los juegos del jefe.

—Besalo.

Y vaya si lo hizo.

Jimin sintió un terrible tirón en el apretado bóxer cuando sus caderas se golpearon con fuerza, a la vez que los sabrosos labios de Taehyung comían su boca.

Jimin tuvo que ahogar un grito cuando sin querer movió demasiado su hombro, cosa que no pasó desapercibida por Jungkook.

—Honey, Babe, vengan a mí.

Ambos se separaron y se acercaron al heredero, quien rebuscó algo en el bolsillo de su pantalón.

Con calma, sacó un pequeño frasco que contenía unas píldoras que Jimin conocía a la perfección, y su boca se hizo agua de inmediatamente al verlas.

—Abran la boca, ahora.

Ambos chicos abrieron la boca y sacaron la lengua seductoramente, sabiendo que eso le encantaba.

El heredero sonrió y colocó una pastilla en la boca de Jimin, para luego cerrar su mandíbula con un dedo. Jimin tragó desesperado y miró a un lado para verlo repetir el proceso con Taehyung, sólo que después Jungkook besó al moreno desesperadamente.

The Hills 📍 GANG AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora