Capítulo XX: Por él.

1.8K 200 34
                                    

Tan pronto abrió los ojos, Jimin sintió una pesadez extrema. Su cuerpo entero ardía, quizás por la fiebre o quizás estaba desarrollando algún tipo de infección.

El dolor era insufrible, por lo que tuvo que declinar mentalmente la idílica idea de poder dormir un poco más.

Olas de dolor lo golpeaban intensamente, desde su hombro herido hasta el resto del cuerpo.

Con todo el cuidado que pudo , Jimin intentó enderezarse contra el respaldar de la cama, y notó que sólo llevaba puesto un pantalón de pijama negro de una seda muy fina, que se deslizaba perfectamente por su piel. Supuso que después de desmayarse, lo habían limpiado y vestido, para luego acostarlo.

Cuando miró hacia un lado, no se sorprendió al ver que sólo lo acompañaba Taehyung en aquella enorme cama.

Se veía tan puro, tan pacífico, como un ángel caído que sólo había estado en el lugar y momento equivocado.

A veces Jimin no podía entender la dualidad de Taehyung, y otras veces esas dos personalidades eran lo único que tenían sentido. El aniñado, coqueto y dulce Taehyung quien lo acompañaba día a día, de quién sabía que estaba desarrollando sentimientos un poco peligrosos y el Taehyung desquiciado y salvaje que lo consumía todo cuando se derramaba la primer gota de sangre.

Ambos lo estaban quemando por dentro, como si se tratara de un incendio.

El cual sólo podría verse amedrentado por hielo puro, como la fría mirada del joven halcón.

Así se sentía Jimin, sin saber si era producto de la fiebre o no.

En un vaivén constante de emociones entre aquellas dos personas que lo habían cambiado todo.

—Hmm. —Se desperezó Taehyung.

Sin poder contenerse, Jimin alargó su brazo sano para poder acariciar el cabello del moreno, terminando así de despertarlo.

—Jimin... —El peliverde sonrió aún con los ojos cerrados. Jungkook tenía razón, él poseía la habilidad de dormir por muchísimo tiempo, igual que un oso. —¿Cómo te sientes?

—Bien. —Mintió Jimin haciendo una mueca parecida a una sonrisa. —¿Tú?

—Vivo. —Taehyung abrió los ojos y se incorporó suavemente. —Gracias a tí. —Besó su frente con ternura. —Oh, cariño, estás ardiendo. ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?

—Ya no siento nada, no te preocupes.—Jimin le quitó importancia. —¿Qué hora es? Siento que no como nada hace una semana.

—Es temprano todavía, tranquilo. —Taehyung se levantó de la cama, quedando totalmente desnudo, deslumbrando a Jimin con la exquisita vista. —¿Quieres que bajemos a desayunar? Si no, puedo traerte algo aquí.

—No, quiero decir... —Jimin sintió como sus mejillas se ruborizaban inexplicablemente. —Quiero verlo.

Taehyung levantó una ceja, divertido.

—¿A Jungkook o a Hoseok?

A ambos. —Jimin aguanto la risa al ver la expresión de burla en el rostro del moreno, si no tuviera medio cuerpo inmovilizado, le hubiera lanzado una almohada.

Jimin entró tambaleándose al gigantesco comedor, mientras Taehyung lo ayudaba a caminar, encontrándose con una escena bastante peculiar.

Jungkook estaba tranquilamente sentado comiendo su desayuno mientras que en el otro extremo de la mesa de roble, Hoseok tomaba un café y con la otra mano miraba a su celular.

The Hills 📍 GANG AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora