The Hills 📍 GANG AU

Capitulo XXXII: El principio del fin.

La gran mansión de las colinas nunca había estado tan abarrotada. 

Sus magníficos y emblemáticos salones estaban repletos de sobrevivientes de la ya famosa masacre, de la que la gente hablaba en voz baja y la llamaba "La Mascarada Negra". 

Los increíbles patios en donde ahora crecía una pequeña y hermosa pantera negra llamada Deiji también estaban siendo ocupados.

En todas partes había gente entrenando, preparándose, organizando tácticas de defensa.

Cuatro días habían pasado desde la llegada de los miembros restantes del escuadrón y la fuerza élite. Las valientes personas que conformarían el equipo de defensa en el viaje a Japón.

Los que defenderían orgullosamente al segundo halcón a cargo. El que se encargaba de administrar todo lo que sus familias conocían; el emporio, las acciones de las empresas y  compañías pertenecientes a la mafia coreana, el reconocido Kim Taehyung.

Kim Taehyung, la persona más leal de Gangcheol Mae, quién siempre había estado a la derecha de Jeon Jungkook, pero nunca detrás.

Siempre a su lado.

Como su igual.

Porque el heredero lo había elegido, quedándose sólo con él.

Desde que Taehyung tenía memoria , Jungkook lo significaba todo para él.

Ambos jóvenes habían crecido juntos, siendo el heredero su primer compañero de juegos y cómplice de aventuras.

 En cambio, sus padres, si bien habían sido descendientes de los primeros Jeon, siempre habían estado bajo su sombra.

Por eso, siempre habían puesto demasiado peso en los hombros de su hijo.

El joven Taehyung era el primogénito, el último heredero de la familia Kim, quien estaba destinado a continuar brindándole gloria al apellido de la segunda familia más peligrosa de Corea. 

Condenado a portar ese mandato como si fuera una corona de espinas.

Cómo su estigma.

Todavía podía escuchar las palabras de su padre, como el sonido que haría él mismísimo anticristo si pudiera susurrar en su oído.

"Kim Taehyung, debes mantener la sangre pura.

Kim Taehyung, debes casarte.

Kim Taehyung, debes tener hijos"

Pero Taehyung, a medida que crecía codo a codo con el joven heredero, siendo su mejor amigo, nunca hubiese podido evitar enamorarse de él.

Ni aunque quisiera.

A pesar de que su padre lo hacía trizas cuando lo oía hablar de él, aún por más mínima que fuera la mención, Taehyung nunca pudo deshacerse de sus sentimientos.

Y lo tuvo que pagar, con su cuerpo.

Hasta que un día, el ya casi adolescente Jungkook vio los moretones que tan encarecidamente Taehyung intentaba ocultar.

Porque sabía que si los descubría, Jungkook perdería los pocos rasgos que aún conservaba de aquél dulce e inocente joven que alguna vez había sido.

Pero Taehyung no contaba que en esta vida... Todo se convertía en lo que debía ser.

Ese era el destino de toda persona desde el preciso instante en el que mencionaba las palabras del juramento a Gangcheol Mae.

Las palabras que prometían dinero, influencia, poder.

Era como tener un jodido control remoto con el que podías elegir qué demonios hacer con tu vida.