The Hills 📍 GANG AU

Capítulo XIII: La ducha.

Jimin abrió los ojos y rápidamente se sintió algo mareado y confundido. Tenía demasiado calor y eso que sólo estaba tapado con las suaves y finas sábanas de seda.

Al abrir los ojos lo primero que vió fue una preciosa araña de cristal colgando del techo y tuvo que entrecerrar los ojos para entender un poco la situación, ya que él no tenía una araña de cristal.

Al girar su cabeza hacia atrás lo recordó todo.

A su espalda tenía a Taehyung abrazándolo por la cintura, totalmente dormido, y cuando se giró hacia el otro lado vió la nuca de Jungkook.

Su cabello revuelto y ondulado se encontraba desparramado por toda la almohada y Jimin tuvo que contener el impulso de acariciarlo.

Su espalda desnuda subía y bajaba al ritmo de sus calmadas respiraciones.

Ojalá estuviera de frente a él...

Jimin sólo en sus mejores sueños podía imaginar el rostro de jungkook estando dormido. 

Los hombres así de bellos, al estar dormidos, tomaban una apariencia tranquila y relajada, casi aniñada, en paz.

¿Jungkook se vería así?
¿Se vería angelical?

Como por arte de magia o si algún ángel piadoso lo estuviera escuchando, Jungkook se volteó y se acomodó un poco más en la almohada.

Jimin tuvo que contener el aire ante tal imagen.

¿Cómo demonios un ser humano podría lucir así?

Era condenadamente perfecto, tanto que cualquier modelo temblaría tan solo de verlo.

Cuando abría los ojos, Jungkook tenía la mirada más fría e intimidante que había visto en su vida, pero con los ojos cerrados parecía otra persona.

Jimin no pudo resistir más el impulso de tocar su cabello, así que alzó la mano para retirar un mechón que caía por su frente tapando sus ojos.

Tampoco pudo resistirse a deslizar sus dedos por la majestuosa cara del heredero.

Se sobresaltó mucho cuando sintió la mano del menor cerrándose con fuerza alrededor de su muñeca y cuando lo miró, su mirada chocó contra la del, como siempre indescifrable.

—Yo... Lo siento. —Dijo Jimin avergonzándose en el acto mientras retiraba su mano.

—¿Después de lo de anoche te sigues ruborizando? —Preguntó Jungkook, mientras elevaba una de las comisuras de su boca, otorgándole una de esas preciosas sonrisas de costado.

—Shhh, me despertaron. —Taehyung enroscó sus manos en el pecho desnudo de Jimin. —Cariño, deja de asustar al niño, es muy temprano.

—No es mi culpa si se asusta cada vez que abro los ojos. —Jungkook comentó indignado mientras se levantaba de la cama.

Jimin se acomodó entre los cálidos brazos de Taehyung y observó a Jungkook mientras se dirigía al baño.

Su cuerpo tenía proporciones perfectas, aunque bastante musculoso.
Su tez era muy blanco, lo que hacía un contraste perfecto con su cabello oscuro y la tinta del tatuaje del halcón.

—Taehyung... —Jimin se giró entre las sábanas hasta quedar frente a él, sorprendiéndose de que tenía los ojos cerrados de nuevo.

—Mmh...

—Ya debería tatuarme el halcón, ¿verdad?

— Si, debes hacerlo. —Comentó el moreno mientras se desperezaba. —Aunque va a ser una pena, tu piel virgen es preciosa.