Capítulo XXXI: Blanco y negro.

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—¿Es una maldita broma? —preguntó Jimin sonriendo, pero al ver que Hoseok no le devolvía el gesto, su expresión cambió drásticamente.

—No, Jimin, no lo es.

—Hobi, no estoy capacitado para ese puesto, tú lo sabes, yo lo sé, estoy seguro de que Jeno también se ha dado cuenta. —Jimin se agarró la cabeza con ambas manos, visiblemente frustrado. —No estoy a la altura del trabajo.

—Jimin, no me jodas. Si hay algo de lo que estás, es capacitado. —Hoseok se acercó a el, quitandole las manos de la cabeza y besando su frente. —Estás tan capacitado como también  jodidamente loco.

—Pero...

—Nada de peros, hermanito. Lo harás. —Hoseok le sonrió enormemente pero con algo de tristeza en la mirada. —Tú lo sabes, yo lo sé, y el maldito Jeno posiblemente también se haya dado cuenta. Harás cualquier cosa que el Amo Jungkook te pida.

—¿Amo Jungkook? —preguntó Jimin levantando una ceja.

—¿Acaso no eres su esclavo sexual? —Hoseok se cubrió el rostro cuando Jimin le lanzó una almohada. —Tranquilo, maldito loco. Todos en esta mansión sabemos que eres un ninfómano y que de esclavo no tienes ni un pelo.

Jimin pareció dudar un poco de sus palabras y luego sonrió de manera dulce hasta que sus ojos desaparecieron tras sus mejillas.

—Soy un maldito loco ninfómano, y ahora seré algo así como tu jefe así que.... —Jimin se acercó a él. —¿Quieres pelear conmigo, "hermanito"?

Hoseok se sorprendió ante la cercanía del pelinegro y lo empujó apoyando las manos en su pecho.

—Deja de juntarte tanto con Taehyung, pequeño idiota. 

Ambos jóvenes rieron a carcajadas hasta que unos ruidos en la puerta de la enfermería los tomaron desprevenidos.

¿Qué es ese maldito alboroto?

Hoseok tomó su arma rápidamente y ambos se dirigieron a la salida, pero a medida que se acercaron distinguieron una voz que resaltaba.

Era Wonho.

Y estaba jodidamente enojado.

—...espero no tener que cruzarme contigo, imbécil. —escupió Wonho al terminar la frase que no habían escuchado completamente.

Al llegar a su lado, Jimin alzó una ceja sintiendose desconcertado: nunca había oído a Wonho faltándole el respeto a alguien, mucho menos insultando.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó Jimin poniendo una mano en el hombro de Wonho, quien no había notado su presencia.

El guardaespaldas se tensó en cuanto sintió el peso extra en su hombro. Cuando se giró para verlo, Jimin notó algo extraño en sus ojos.

—¿No vas a presentarme, Wonho? —dijo el chico al que había estado insultando anteriormente, deslizando su nombre entre su afilada lengua.

 Su prepotencia se notaba a leguas de distancia.

Jimin le prestó atención por primera vez: era alto, increíblemente apuesto y destilaba un aura peligrosa que lo pusó alerta de inmediato.

El joven guardaespaldas bufó antes de mirar a su superior. 

—Señor Park, él es Park Seonghwa.—Wonho suspiró y se alejó del recién llegado. — Él era mi... compañero. El cual por cierto, creí que estaba en China... Así que Seonghwa, dime una cosa... ¿Qué mierda estás haciendo aquí?

El altanero joven ignoró completamente a Wonho y miró fijamente a Jimin, escaneandolo.

Pero el pelinegro ya no era el chico transparente que solía ser, ni quedaban rastros de él. 

The Hills 📍 GANG AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora