Capítulo XXVI: Masquerade pt. IV

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Un pequeño niño lloraba arrodillado en un rincón de la enorme mansión en las colinas, no tendría más que seis cortos años de edad.

—¿Jungkook? —Una grave voz retumbó en la estancia — ¿Eres tú? 

El niño llevó ambas manos a sus oídos, tapandolos.

—Soy yo, Minwoo. —El joven se acercó lentamente. —¿Puedo sentarme contigo?

—S-sí. —Susurró el pequeño.

—¿Qué ha pasado, pequeño? —Minwoo acarició el castaño cabello del niño que lloraba sin consuelo alguno.

—Papá me ha golpeado de nuevo, aquí. —El niño señaló su colorada mejilla. 

—¿Por qué razón? —El moreno acarició suavemente la mejilla del  niño. —¿Que ha pasado?

—F-fue una prueba del entrenamiento... —El pequeño Jungkook elevó su mirada, chocando con la de Minwoo. Los ojos del niño parecían de cristal al estar rebosantes de lágrimas. —... yo fallé, Min. No pude hacerlo.

—¿Qué tenías que hacer, Jungkookie? 

—Tenía que elegir qué hacer con un asesino... si debían matarlo rápidamente o hacer que sufriera un poco. —El niño escondió la cabeza en las manos. —Yo no puedo hacer eso, Min, aunque sean malos. No quiero que la gente sufra, ¿por qué debo elegir estas cosas?

Minwoo sintió como su corazón se encogía viendo a aquel niño que conocía desde su nacimiento.

El pequeño era tierno, suave, bondadoso. Había heredado el carácter de su madre.Pero Minwoo sabía que esa personalidad no le serviría en su vida, en su futuro predestinado.

—Jungkookie, mirame. —El joven tomó la barbilla del pequeño. —Esta es la vida que te tocó, ¿entiendes? Ojala fuera distinto, ojalá pudieras estar jugando con los demás niños, pero no lo es. —Jungkook sorbió por la nariz. — Este es tu futuro, tu vida. Algún día heredarás todo esto, y yo estaré a tu lado para festejarlo, ¿si?  

El niño asintió mientras se limpiaba las lágrimas.

—De ahora en más yo estaré a tu lado en los entrenamientos, ayudándote a cada paso. —Minwoo tomó la mano del pequeño, ayudándolo a levantarse. —Lo haremos juntos. —Jungkook le sonrió, alumbrando toda la estancia. —Por Gancheol Mae.

—Por Gangcheol Mae. —repitió el pequeño heredero.

....

—¿Ese es... Minwoo? —Preguntó Jimin.

El heredero de Gangcheol Mae parecía una estatua de piedra mirando el cadáver que yacía en el suelo.

El hombre que lo había acogido como a un sobrino desde que había comenzado su entrenamiento.

Quien había limpiado tanto sus lágrimas como la sangre de sus primeras heridas.

Jungkook miraba su estaticocuerpo, estaba acribillado.

No había ninguna manera de que hubiera sobrevivido a aquello.

Estaba muerto.

Jungkook sintió como sus manos empezaban a temblar.

—¡JUNGKOOK! —La aguda voz de Jimin lo devolvió a la vida.

En menos de un segundo, Jimin lo estaba empujando detrás de una pared para que se cubra, ya que los disparos estaban resonando en la estancia. 

Estaban volviendo a atacar.

The Hills 📍 GANG AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora