Capítulo X: Llévanos con él.

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Hace un par de semanas que Jimin le había jurado lealtad a la Mafia Surcoreana, mejor conocida como "Gangcheol Mae", los Halcones de Acero. 

Tal como Jungkook había dicho, el entrenamiento había empezado al otro día. Y fue terriblemente duro.

Se despertaba todos los días muy temprano, salía a correr por las colinas con un entrenador físico, luego iba al gimnasio y hacía una pesada rutina de dos horas y media, y luego al campo de tiro a practicar su puntería con distintas armas.

Todos los días tenía una agenda de entrenamiento bastante apretada, ya que no sólo lo entrenaban físicamente, sino que estaba aprendiendo lo básico de varios idiomas, había aprendido primeros auxilios y cosas bastante particulares como aprender a sacar una maldita bala del cuerpo humano.

Se había mudado a la mansión Jeon, pero a pesar de vivir en la misma casa, era poco el tiempo que compartían juntos, o que siquiera se cruzaban.

 La habitación de Jimin estaba en el otro extremo que la de ellos e incluso los separaba un patio interno.

Pero al que si veía bastante más frecuentemente era a Taehyung, quien se escapaba de sus asuntos para colarse en los entrenamientos de Jimin, llevandole café o dulces y cómo todos tenían que obedecerlo, lograba que sus entrenadores le dieran unos minutos para descansar y charlar con él. 

Taehyung constantemente le decía que se aburría y en varias ocasiones le había dicho entre pucheros que lo extrañaba. Jimin había dejado de temerle y ahora notaba que el moreno estaba siempre risueño,  era muy amable y atento, casi rozando lo infantil. Le había contado que Jungkook estaba trabajando demasiado y pasaba mucho tiempo en la oficina, arreglando ciertos asuntos que andaban mal en Gangcheol Mae y que por eso él estaba pasando mucho tiempo sólo.

En cierto punto Jimin lo agradecía, porque sin el apoyo de Taehyung ese mes hubiera sido insoportable.

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Jimin esperaba bajo el marco de la puerta de la habitación de Taehyung y Jungkook luego de haberla golpeado varias veces. Luego de un mes de convivencia, seguía poniéndose nervioso cada vez que se encontraba con el heredero, y si lo llamaban a su habitación, incluso más.

Cuando Taehyung apareció abriendo la puerta con su usual sonrisa cuadrada y vió su atuendo supo perfectamente por que lo habían llamado; hoy era el dia.

Entró a la habitación y saludó a Jungkook con una reverencia sutil. El menor estaba sentado en el borde de la cama, colocandose perfectamente unos guantes de cuero negro que combinaban  con el resto de su traje. Se veía completamente genial, como sacado de una película.

—Jimin, hoy veremos  cuánto aprendiste. —Jungkook se levantó hacia él y le tendió unos guantes de cuero similares a los que tenían él y Taehyung pero en la muñeca pudo observar sus iniciales bordadas en hilo dorado, seguramente de oro. Eran bellísimos. —Pontelos.

—Vamos. —Taehyung se enganchó en su brazo, como si estuvieran por ir de compras o al parque. —Dios, esto va a ser genial.

Jimin caminó siguiendo a Jungkook y siendo arrastrado del brazo por Taehyung. Cuando llegaron al garaje, Jimin tuvo que contener el aire porque era la primera vez que entraba. 

Era un espacio gigantesco, lleno de automóviles de lujo y superdeportivos. Había muchísimos automóviles negros y otros de colores brillantes. Jimin pudo adivinar sin problema a quién pertenecía cada uno.

Los dos se dirigieron a una pared donde colgaban todas las llaves, y Jimin vió con gracia como Taehyung estaba rogándole con un puchero a Jungkook.

—Por favor cariño, vayamos en uno de mis bebes, tengo ganas de conducir. —Taehyung lo vió llegar así que de pronto tomó fuertemente su mano. —Además Jimin no sabe como manejo.

Jungkook rodó los ojos y le hizo una seña para que eligiera una llave, a lo que el moreno dio un breve saltito y eligió una llave que no tardó en hacer sonar.

Jimin casi se atragantó con su saliva cuando vio el auto que estaba haciendo luces por la alarma; era un Ferrari 458 Spider, totalmente cromado y de un tono entre dorado y rosáceo que gritaba por todos lados Kim Taehyung.

Luego de unos cuarenta minutos, Jimin se bajó del auto pensando en que si había sobrevivido el viaje desde las colinas hasta el centro con Taehyung, era capaz de sobrevivir cualquier cosa. 

Y milagrosamente ya no tenía tanto miedo por lo que seguramente harían, sino que tenía las venas cargadas de adrenalina.

Tomó conciencia de lo que estaba pasando cuando vió hombres armados, con gafas de sol y vestidos con trajes negros hacerles una reverencia y a un par más de hombres vestidos de manera similar bajando de unas camionetas SUV a un par de metros.

Los dos hombres trajeados se pusieron a ambos lados de una gran puerta de cristal de una tienda. Jimin observó a sus costados y notó que estaban en la parte más exclusiva del centro de la ciudad, la zona de los ricos. 

Eran un par de manzanas exclusivamente dedicadas a locales de diseñador, marcas de lujo y alta costura. 

Él antes sólo soñaba con poder comprarse algo en esos lugares y ahora estaba vestido de pies a cabeza con un traje hecho a medida, especialmente para él, de una de las mejores casas del lugar.

Cuando entraron a la tienda, todos los empleados hicieron una profunda reverencia denotando el respeto que les tenían. 

Taehyung ingresó y se quedó mirando una estantería. Cuando Jimin se acercó a él, notó que estaban en una joyería, ya que la repisa estaba repleta de anillos de diamantes.

Jungkook se dirigió a hablar con una hermosa joven, la que supuso que sería la encargada, así que Jimin se limitó a observar una vidriera hasta que lo llamaran.

Cuando lo vió, fue como amor a primera vista. Una gargantilla de diamantes lo estaba llamando a gritos desde su maniquí de terciopelo negro, rogando silenciosamente que rompiera aquel maldito vidrio y lo pusiera sobre su piel de su cuello.

—Jimin, ven. —Jimin se alejó del precioso collar y se dirigió a ellos, notando que la mujer lo observaba llena de curiosidad. —Ella es Irene. —Jimin la saludó con una cordial reverencia. —Querida, llévanos con él, ahora.

The Hills 📍 GANG AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora