Capítulo XXVII: Arma letal.

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Jimin cargó el arma y sonrió satisfecho: esto sería divertido. Al escuchar unos pasos a sus espaldas, dio un giro de 180° inmediatamente y logró dispararle en la cabeza luego de apuntar durante menos de un segundo.

El entrenamiento extra que Jungkook y Taehyung le habían proporcionado mientras entrenaban a Hoseok luego del ataque a la cafetería había resultado fructífero. 

Habían terminado de pulir a Jimin como un arma letal.

Jimin sintió como una poderosa electricidad recorría su espina dorsal cuando sintió el peso de un cuerpo contra su espalda, no tenía ni que voltearse, sabía que se trataba del heredero.

—Apunta hacia los lados, Honey —Jungkook ordenó con una voz grave y rasposa —. Yo intentaré darle al imbécil de la ametralladora.

El sujeto que tenía la ametralladora se encontraba en uno de los balcones, totalmente atrincherado en su escondite. Necesitaban llegar a él y asesinarlo para dejar de poner en riesgo a los pocos sobrevivientes que habían logrado encontrar algún refugio en aquella ensangrentada estancia.

Necesitaba abrir un camino hacia ese condenado balcón.

Otro hombre enmascarado apareció y antes de que pudiera reaccionar, Jimin ya había disparado,  incrustándole una bala en el pecho.

En ese corto instante, el pelinegro pudo sentir como su propio corazón se detenía: sólo podía escuchar un zumbido en sus oídos y su vista se volvía algo borrosa.

Antes de ser baleado, el joven había llevado su mano hacia la mascara, para intentar quitársela antes de asustar a Jimin, así que mientras el sujeto se desplomaba, su antifaz cayó al suelo ante los llorosos ojos de Jimin, permitiendo por fin, ver de quien se trataba.

No era un enemigo, sino un miembro del escuadrón andromeda. 

Y lo reconoció al instante.

El pitido en sus oídos era cada vez peor.

¿Qué mierda es ese sonido?

Reconocía ese cabello rosado y ondulado como uno de los chicos del escuadrón que se encargaban del armamento pesado.

El de voz dulce y mejillas sonrojadas.

Byun.

—Jimin, ¿qué demonios? —La voz de Jungkook sonaba tan distante, casi opacada totalmente por sus certeros disparos.

Byun, Byun, MIERDA, ¿¡CÓMO ERA SU NOMBRE!?

Ese maldito ruido me va a volver loco.

El joven seguía mirándolo fijamente, rogándole por ayuda con sus ojos, mientras se quitaba rápidamente el chaleco antibalas. 

El pequeño pedazo de plomo había entrado justo por debajo del brazo.

El pobre chico abría y cerraba la boca, tal como un desesperado pez fuera del agua, intentando respirar mientras la sangre empezaba a brotar de su garganta. 

Byun Baekhyun, eso es. Ese es su nombre.

—Mierda, Jimin... —El heredero había volteado la mirada unos segundos, logrando observar que era lo que había atrapado la mirada de Jimin. —Cúbreme.

Cállate, maldita sea.

El pelinegro apuntó el arma hacia un hombre que estaba vigilándolo desde uno de los balcones con un fusil.

El sonido que siguió al apretar el gatillo, el arma siendo disparada nuevamente, logró disipar el pitido que amenazaba con arrastrarlo hacia el lugar oscuro de su mente, devolviéndolo completamente a la realidad.

The Hills 📍 GANG AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora