Capítulo 33

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Pude controlar las lágrimas en el camino a casa. El viento golpeando mi cara fue suficiente para que dejara de preocuparme por un futuro incierto.

Christian abre la puerta del departamento y voy directamente al sofá a acostarme.

— Deberías dormir un poco, ¿O quieres ver una película?

— Bueno, no tengo sueño y me encantaría ver una película, ¿Quieres verla conmigo?

Levanto la cabeza para mirarlo, está en la cocina bebiendo una botella de agua fría.

— Si vas a poner una película de chicas, olvídalo.

— ¡Soy una chica! ¡Quiero ver películas de chicas!

Antes de que él pueda responderme, el sonido de la puerta nos distrae. Deja la botella sobre la encimera para ir a abrir, así que lo observo en silencio.

— ¿Qué mierdas quieres? — lo escucho gruñir.

— Quiero hablar con ella, la vi salir del restaurante contigo.

Ay no. No puede ser cierto. ¿Otra vez?

— Ella no quiere verte.

— Que me lo diga ella misma y me iré. ¡Annie!

Mierda.

Me levanto del sofá para ir a la puerta, dónde Christian tiene el ceño fruncido hacia Luke. Me escabullo por debajo de su brazo para ver a mi molesto ex esposo.

— ¿Qué? — digo con enojo.

— Hola Annie, que hermosa te ves — él señala mi pequeño vientre redondo.

— Es porque lleva a mi bebé — le gruñe Christian.

Luke aparta la vista de mi para verlo y lanzarle una mirada de odio. Un movimiento extraño en mi estómago me pone en alerta.

— ¿Qué es eso olor? — chillo antes de tapar mi boca y mi nariz.

— ¿Annie? — Luke da un paso más cerca y ese olor desagradable que me revuelve el estómago se hace más intenso.

— ¡Voy a vomitar! — me giro para correr hacia el baño a vaciar mi pobre estómago.

Entre el chorro de agua escucho la voz de Christian, quien sigue de frente a la puerta.

— ¿Ves? Le das asco, largo.

Y la puerta es cerrada con un fuerte azote. Termino de limpiar mi boca y refrescarme el rostro antes de salir del baño.

— ¿Estás bien?

— Si, mejor. Creo que estoy susceptible a su perfume.

— Eso es genial — se ríe — Debiste vomitarle encima, eso habría sido un gran mensaje.

— ¡Ja! Ni lo digas porque siento las náuseas regresar.

Doy un paso hacia él, quedando de frente a sus ojos grises que brillan con diversión. Luego su expresión cambia y supongo que se debe a mi apariencia.

— No te ves bien — Pasa sus brazos por mis hombros para abrazarme — ¿Necesitas galletas saladas o algo así?

— Estoy bien.

Cierro los ojos para disfrutar de su cálido abrazo, el aroma de su colonia se mezcla perfectamente con su olor corporal y...

— ¿Llevas puesta tu colonia?

— Si, siempre, ¿Por qué?

— Huele muy bien.

— Oh mierda — susurra — ¿Vas a vomitarme encima?

— No, tu aroma es bastante agradable.

— ¿Ah sí?

Se aparta un poco para verme, esa expresión divertida en su cara. Voy a extrañarlo. Mierda, no quiero perder esto que tenemos y ahora tengo ganas de llorar de nuevo.

— ¿Christian?

— ¿Si?

— Llévame a tu habitación.

Él me mira confundido, luego el reconocimiento brilla en sus ojos. Si, le he pedido sexo y ojos grises no tarda en tomar mi mano para llevarnos hacia su puerta.

Me detengo junto a la cama, esperando que él se desvista pero solo me observa. Tomo su camiseta para quitarla de mi camino, pero sus labios sobre los míos me hacen detener.

— Déjame hacerlo — Dice entre el beso, pero no sé a qué se refiere.

Se aparta para sacar mi blusa por encima de mi cabeza y su camiseta. Lanza sus tenis a algún rincón de la habitación y se agacha para quitar los míos.

— Puedo hacerlo yo misma.

Aún de rodillas en el piso, levanta sus manos para desabrochar mi pantalón, pero se detiene a ver el listón gris que los sostiene como si fuera un cinturón.

— Es que ya no me cierran — me justifico.

Deshace el lazo y baja el pantalón hasta sacarlo de mis piernas. Cuando se incorpora, hace lo mismo con el suyo. Empiezo a impacientarme, así que me lanzo a besarlo cuando termina de sacar sus jeans.

Lo besó con fuerza, sintiendo la calidez de su cuerpo desnudo junto al mío. Como aún llevo ropa interior y sostén, se apresura a retirarlos.

— Luke tiene razón — susurra — Te ves hermosa.

— ¿Tienes que mencionar a Luke justo ahora?

— Lo siento, nena — se ríe — Haré que te olvides de él.

— ¿De quién? — ahora yo bromeo, volviendo a besar sus labios.

Con delicadeza me guía hasta su cama para recostarme, luego él se recuesta a mi lado para mirarme.

— Nunca tuve sexo con una mujer embarazada.

— ¿Y no quieres hacerlo? — digo con algo de decepción en mi voz.

— Si, solo que no sé cómo hacerlo sin lastimar al bebé.

— El bebé está bien, Christian.

— ¿Y si lo aplasto? ¿Y si lo hago sentir incómodo? ¿Qué tan adentro está el bebé en realidad?

— ¡Christian! — chillo con más impaciencia — El bebé está bien, no verá tu pene, ¿quieres dejar de preocuparte?

— Bien. Confiaré en ti.

Se coloca sobre mi con sumo cuidado, tratando de encontrar un ángulo cómodo como su mi vientre fuera enorme.

— Me detendré si te lastimo.

— ¡No me lastimas! ¡Hazlo ahora!

— Dios, que ansiosa... — susurra.

Se desliza dentro con lentitud, haciendo que mi cuerpo se estremezca de anticipación. Me aferró a sus brazos extendidos a mis costados, mientras se empuja suavemente.

— Oh, mierda, me encanta... — jadea.

Abro la boca para hablar pero solo gemidos salen de mi boca. La presión de su cadera sobre la mia hace que un hormigueo placentero me recorra completamente.

— Si, Christian... — lo aliento a continuar con su tarea.

Mis palabras hacen que sus movimientos sean más profundos, embestidas fuertes que me llevan rápido a la cima. Presiono mis labios para no gemir ruidosamente mientras mi cuerpo se estremece de placer y éxtasis.

Christian se inclina un poco más sobre mi, apoyado en sus codos para poner la cabeza en la curva de mi cuello. Sus jadeos acarician mi piel, sus movimientos son lentos y continuos hasta que gruñe mi nombre.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora