Capítulo 20

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Kate.

— ¿El aniversario de tus papás? ¿Cuantos años tienen juntos?

— 32, ¿Puedes creerlo?

— ¡Vaya! Eso es asombroso. Espero que lleguemos a ese número.

— Verás que si.

Elliot besa mi mejilla y lleva los platos hasta el comedor, así que me encargo de las copas y la botella de vino que puse a enfriar.

— ¿Cuándo será la fiesta?

— La próxima semana.

Mi esposo gira su cabeza hacia la puerta y eso me desconcierta un poco.

— ¿Esperas a Alguien? – le pregunto.

— No.

Me levanto de la silla para ir a asomarme a la ventana, por donde puedo ver el convertible de mi cuñado.

— Yo abro – le digo cuando se va a poner de pie – Hola Christian, llegas justo a tiempo para la cena.

— Hola Kate.

— ¿Estás bien? Te ves... – observo su ropa algo aterrada – ¿Qué te pasó?

— Una pelea.

Giro hacia mi esposo, que no quita la vista de su hermano menor. Le hace una seña para que se acerque a la mesa, así que voy a la cocina a servir otro plato.

— ¿Una pelea, Christian? Pensé que ya no te metías en problemas.

— No lo hice, el tipo fue a buscarme pleito afuera del restaurante.

— ¿Por una mujer, no?

Christian se queda serio ante la mirada inquisitiva de su hermano.

— Déjalo en paz, Elliot. Termina tu cena y deja que Christian también cene.

Pongo el plato frente a él y vuelvo a sentarme en mi silla para rellenar mi copa.

— Qué bueno que nos visitas – Digo para romper el silencio incómodo.

— Traje algo para ti, lo envía Mía.

— ¿Qué es?

Christian revisa en los bolsillos de su chaqueta y extiende un sobre hacia mi que dice Ana Steele.

— ¿Qué hago con esto?

— No lo sé, Mía dijo que te lo trajera para que se lo enviaras a Ana.

— ¿Por qué? ¿Dónde está Ana? – pregunta mi esposo curioso.

— Se fue a Georgia.

— ¿Qué? – Christian me mira confundido.

— Está mañana fue a buscarme a la oficina para despedirse y no dijo mucho, solo que debía regresar para que su mamá le ayudara.

— ¿Ella a su mamá? ¿O su mamá a ella?

— Su mamá a ella – corrijo a mi esposo – Creo que no tiene a nadie de confianza que le ayude con el bebé.

Elliot deja caer la cuchara sobre el plato, golpeando el cristal. Miro hacia Christian, que me mira con los ojos muy abiertos y pálido.

Mierda. ¿Qué era lo que no debía decir? ¿Qué se iba a Georgia? ¿O lo del embarazo?

Christian sigue inmóvil en su silla y Elliot lo mira fijamente. Luego vuelve su mirada hacia mi.

— Kate, cariño, ¿Cuál bebé?

— Yo... Ahh... Lo siento, creo que no debí haber dicho eso.

— ¿Cuál bebé? – gruñe Christian.

— Ana está embarazada – Ambos me miran esperando a que continúe – Yo también estoy sorprendida, no sabía que Ana salía con alguien, ¡Mucho menos que no se estaba cuidado!

— Pero... Ella dijo que... – balbucea mi cuñado.

— Yo no lo sé, no me dijo nada. Solo que se iría un tiempo a Georgia, supongo que el bebé es de su ex esposo y regresa a buscarlo.

— No... Él está aquí. Él...

— ¿Christian? ¿Qué ocurre? Maldición, ¿Qué está pasando?

Mi esposo golpea la mesa, sobresaltándome.

— ¿De qué hablas, Elliot? – le grito – ¿Por qué tendría él que saber sobre Ana?

— Ana se fue esta mañana, lo supe cuando Mía me entregó el sobre con su último cheque. No le creí, así que volví al departamento pero el suyo estaba vacío, al parecer salió muy temprano.

— ¡Oh! Cuando fue a verme llevaba su camioneta llena de cajas, supongo que conduce de regreso.

— Su ex esposo está aquí hace varias semanas, lo sé porque ellos han peleado muchas veces en el departamento.

Christian sigue balbuceando mientras mi esposo lo mira con atención, y eso no me gusta. ¿Sabe algo que yo no?

— ¿Entonces el bebé es de su ex esposo o no? – gruñe Elliot.

— ¡Que importa! Cariño, ¿Cuál es el problema? Ana tendrá sus razones y no la vamos a criticar por eso.

Christian se levanta rápido de la silla y camina hacia la puerta sin decir nada, parece furioso. Mi esposo se levanta detrás de él para seguirlo, así que voy hasta la puerta que dejaron entreabierta para escuchar.

— ¿Qué mierdas te pasa? – le gruñe Elliot.

— ¡Nada! ¡Déjame en paz! ¡Solo...vete!

— Christian, dime qué pasa, ¿Por qué te pones así? ¿Qué te importa a ti sí ella está embarazada de su ex?

— ¡No lo está! ¡Tú no sabes nada! ¡Ella no está embarazada de Lukie!

— ¿Lukie? ¿Quién mierdas es Lukie?

— Luke Sawyer, su ex esposo.

— ¿Y como estás seguro que no es el papá del bebé?

— ¡Porque lo sé! Mierda – gruñe pasándose las manos por el cabello – Ella no se acostaba con Luke.

Mi cuñado apoya las manos en su cadera y sacude la cabeza con incredulidad. Luego suelta una risa nerviosa.

— Ana se acostaba conmigo.

— ¿Qué? – decimos Elliot y yo al unísono.

— ¡Eres un idiota, Christian! ¡Te advertí que ibas a embarazar a alguien por tu estúpida irresponsabilidad!

— ¡Ella dijo qué...! – no termina de decir cuando yo corro hacia ellos.

— No, no, ¡No! ¿El bebé es tuyo? ¡Mierda! ¿Qué hice?

— Kate, ¿De qué hablas?

— Ana dijo que el papá de su bebé no lo sabía, que después le iba a decir.

— ¿Después? – Christian ríe de nuevo, nervioso – ¡Qué considerada!

— ¿Qué habrías hecho si te lo hubiera dicho? ¿Estarías con ella?

— ¡No lo sé! ¡No lo sé! Pero en definitiva no merezco saberlo así – me señala.

— ¡Habla con ella! Deja que te explique sus motivos.

— Claro, ¿En dónde la encuentro? – dice con sarcasmo – Voy corriendo a buscarla.

— No es mala idea – Dice mi esposo – Asegúrate que el bebé es tuyo antes de cualquier otra cosa. Si tú y ella no están juntos, papá podría pelear la custodia.

— ¡Basta! ¡Nadie le va a quitar su bebé a Ana! – gruño hacia mi esposo – Eres un idiota.

— Bueno, ¡eso te enseñará a no ocultarme nada!

Elliot gira sobre sus pies para regresar a la casa, furioso seguramente. Miro de nuevo hacia mi cuñado, que aún luce confundido.

— Creo que entiendo sus razones – le digo – pero mejor habla con ella, y piensa muy bien las cosas antes de decirlas. Si ese bebé es tuyo, tu vida y la de ella estarán ligadas para siempre.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora