Capítulo 43

5.1K 555 40
                                    

— ¡Ya estuve casada antes con un idiota!

Le grito, pero él sale rápido de la oficina de Mía. Dios, ¿Alguna vez dejaremos de pelear?

Estoy intentando llevarme bien con él porque me gustaría darle a mi bebé una familia, una vida con su padre y no solo custodia compartida. ¡Pero cada vez que lo veo la sangre se me calienta y me provoca extrangularlo!

¡Como ahora!

— ¡Idiota! ¡Imbécil! ¡Celoso! ¡Inmaduro! — Grito para desahogarme.

A este paso seré viuda falsa antes de que pueda casarme de verdad. Respiro hondo hasta calmarme para poder ir de nuevo al salón, pero Christian está cruzado de brazos frente a las puertas metálicas.

— ¿A dónde vas?

— A ayudar a Rosie — Yo también cruzo mis brazos sobre mi pecho.

— No irás.

— ¡Que si!

— ¡Qué no! — Las risas de los chicos se escuchan.

— Tengo que ir, es mi trabajo.

— Raúl, ve a ayudar a Rosie. Ana te cubrirá — Ordena.

— ¿Qué? ¡No puedes hacer eso!

— ¡Claro que puedo! — Sonríe con arrogancia — Soy el dueño, y eso me hace tu jefe.

— ¡Pues el jefe es un idiota! — Bufo molesta.

— Y eso no te impidió dormir con él.

— ¡Christian! — Chillo avergonzada.

— Por favor — Rueda los ojos — Eres la prueba andante de ello.

Señala mi vientre redondo y yo frunzo más el ceño. ¡Qué le importa andarlo pregonando!

— Si, ¡Pero no lo digas!

— ¿Crees que ellos no lo saben? — Se ríe — Vivimos juntos, ¿Me van a creer si digo que solo miramos películas en las noches?

— Pues... No, pero, ¡No tienes vergüenza! — Siento el calor irradiar en mi cara.

— ¿Por qué habría de tenerla? — Dice con orgullo — Ahora ve a la oficina y consigue una mesera temporal para cubrir a Giny.

Ahora yo tuerzo la boca en un gesto de molestia. ¿Qué le pasa a este idiota? ¿Por qué simpre tiene que avergonzarme?

Doy la vuelta para regresar a la oficina, pero algún gracioso le sigue el juego a Christian y escucho que me llaman Señora Tomatito.

Comienzo por mandarle un mensaje a Giny y preguntar si conoce a alguien que pueda sustituirla el resto de la semana. Al parecer su compañera de habitación de segundo año podría hacerlo.

Pero este absurdo juego de los celos me está cansando. ¿Cómo se supone que confíe en él si él no confía en mí? Y el temor de que más chicas sigan apareciendo en su departamento aún me sobresalta.

— Arreglaré esto, bebé — Acaricio mi vientre redondo — Estoy segura que tu papá será maravilloso contigo, y nada me gustaría más que formar una familia.

No tengo duda de que Christian está madurando poco a poco, pero ¿Lo logrará antes de que nazca el bebé? ¿Será eso suficiente o lo estoy arrastrando a una vida que no quiere?

— ¿Conseguiste a alguien? — Gruñe el odioso desde la puerta.

— Tiffany, la amiga de Giny y solo por esta semana.

— Bien — Se gira para salir, pero se detiene y me mira de nuevo — ¿Estás bien? Luces triste.

— Estaba pensando en mi mamá — Miento — Supongo que la extraño.

— ¿Quieres verla?

— Si, creo que debería ir a Georgia unos días antes de que no pueda viajar más.

— No creo que deberías, ¿Por qué mejor ella no viene a verte?

— Porque no va a dejar a Bob.

— ¡Pues que lo traiga! Dios, no es tan complicado.

— ¡Bien! ¡La llamaré! — Él sonríe — ¿Sabes algo? Los esposos falsos no se llevan bien con las suegras falsas.

— Tu mamá me adora, y apuesto a que Lukie no puede decir lo mismo.

— ¡Deja de mencionar a Luke! Empiezo a creer que lo extrañas.

— Solo porque hace unos meses no me meto en una buena pelea — Encoge sus hombros — Me estoy volviendo un hombre de bien.

No puedo evitar la gran carcajada divertida. Y ni siquiera sé por qué me río.

— ¡Es la verdad! — dice ofendido — El abuelo Ted me enseñó a pelear cuando era niño, para defenderme de Elliot.

— ¿Tu abuelo Ted? Nunca lo habías mencionado.

— Hace mucho no los visito — Golpea un poco el marco de la puerta — Tal vez deberíamos este fin de semana.

— Si, claro.

Ted... Theodore. Suena lindo. Y mucho mejor que Otto o Elvis.

No quiero forzar la situación, pero de algún modo la absurda conversación se ha tornado ligeramente seria.

— ¿Has pensado en algo sobre el futuro?

— ¿Cómo qué?

— Pues sobre lo que quieres hacer o lo que deberíamos hacer.

— Aún no, pensé que teníamos tiempo para decidir. ¿Por qué preguntas?

— Bueno, porque 5 meses se van muy rápido y quisiera tener un plan sobre lo que haré. Después de que nazca el bebé necesitaré estar en casa para cuidarlo y luego una guardería para él.

— ¿No piensas quedarte a cuidarlo?

— Me encantaría, pero necesito trabajar. Si estuviera en Georgia mi mamá me ayudaría a cuidarlo, pero si me quedo aquí necesitaré una persona de confianza o una guardería.

— Te quedarás aquí — Cruza los brazos.

— Bien, ¿Y el parto? Necesito un par de semanas para recuperarme, ¿Quién va a cuidar al bebé?

— ¡Pues yo! Y seguramente tú mamá podría quedarse con nosotros un tiempo, sé que Grace querrá ayudar, incluso Mía.

— ¿El bebé tendrá tu apellido?

— Por supuesto que sí.

— ¿Necesitas una prueba de paternidad o algo así?

— ¿La necesito? — Me devuelve la pregunta.

— No. El bebé es tuyo.

— Entonces no la haré. Tendrá mi apellido y no estoy muy convencido sobre tener a alguien que lo cuide, preferiría que fueras tú misma.

— ¿Tu te vas a involucrar? — Digo tratando de ocultar la inseguridad en mi voz.

— ¿En su crianza? Si. En todo lo que tenga que ver con mi hijo.

¿Solo eso?

— Oh.

— ¿Sabes que dejarás de trabajar en tres meses más?

— ¿Por qué? ¿Qué esperas que haga dos meses encerrada en tu departamento? ¿Ponerme gorda?

— No es eso lo que dije — Rueda los ojos — Podrías preparar la habitación del bebé, comprar ropa y esas cosas que necesite porque ni creas que va a dormir en nuestra cama.

— ¡Oh! ¡Eso suena divertido!

— Lo que digo es que disfrutes el embarazo, no te presiones por el trabajo, el restaurante y Mía tendrán que sobrevivir sin ti.

— Pero tú estarás para ayudar, ¿No?

— No. Voy a dejar a Mía hacerse cargo mientras atiendo otros asuntos.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora