Capítulo 35

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— ¡Hola Ana!

— Hola Kate, lamento venir sin avisar, es solo que...

Presiono mis labios sin saber cómo terminar la frase. "Tuve un arranque de celos" no suena como la mejor justificación.

— ¿Peleaste con Christian?

— Si, algo así.

— No te preocupes. Pasa, eres bienvenida aquí siempre.

— ¿Elliot está aquí?

— Aún no, pero no debería tardar.

— Bien.

La sigo hasta la cocina, dónde está sacando contenedores con comida para calentar en el horno de microondas. Unos pedazos de filetes que sin lugar a dudas se resecarán.

— ¿Te ayudo con la cena?

— No, está bien. Puedo manejarlo — Ella sonríe divertida — Encontré un restaurante cerca de la oficina que hace comida casera y compro un poco para traer.

— ¿De verdad? — Me río de sus ocurrencias — ¿Quieres que te prepare una salsa para marinar los filetes?

— Oh, no quiero ser aprovechada, pero si no es molestia.

— No, claro que no

Voy detrás de la encimera para buscar la licuadora, tomates y especias para agregar mientras Kate va al refrigerador por una botella de vino. Saca dos copas, pero cambia una de ellas por un vaso de cristal.

— Supongo que no estás tomando vino.

— No.

— Y dime, ¿Cómo va todo con el bebé?

— Muy bien.

— ¡Me alegro! Y todos estamos muy emocionados con la noticia, ojalá Grace y Carrick lo supieran pronto.

— Bueno si, supongo que podría...

— ¿Ana? — la voz de Elliot me llama desde la puerta.

— Elliot, hola.

Sin ninguna discreción camina hasta la cocina para mirar mi vientre, que luce un poco abultado. Su vista va a su esposa, luego vuelve a mirarme inexpresivo.

— Te quedas a cenar.

Dice, pero no me suena a pregunta. Regresa a la sala a dejar una mochila y lo veo tomar su teléfono móvil.

— ¿Pasó algo? ¿Elliot está molesto conmigo?

— Mi esposo es un idiota a veces, Ana, esto no tiene que ver contigo. El asunto del bebé es sólo tuyo y de Christian.

Christian.

Presiono con fuerza el móvil dentro del bolsillo de mi suéter, pero no lo miro porque lo apagué cuando subí al taxi.

La cena transcurre en mucho silencio, la mayoría de la charla la hace Kate hablando de su trabajo, así que solo la observo. Cuando Elliot ha terminado su plato, se levanta de la mesa sin decir una palabra.

— Ignóralo — Dice Kate — ¿Ya dije que es idiota a veces? Ven, vamos a acomodar la habitación de invitados para ti.

Sigo a Kate hasta mi antigua habitación. Empiezo a sentir frío cuando me deslizo sobre las sábanas, pero estoy tan cansada que lo único que puedo hacer es cerrar los ojos.

— ¿Segura que no quieres que venga por ti?

— Si, tomaré un taxi. Te veo más tarde Kate.

Tuve que pedirle que me prestara una de sus blusas para no traer la misma ropa de ayer, aunque no es que a alguien le importe. Bajo de su auto, estacionado frente a la puerta principal del restaurante y enciendo el móvil.

36 llamadas perdidas.

— ¡Buen día Ana!

— Buen día Giny, Rosie.

Las saludo cuando paso por el salón hacia la oficina, es más temprano que de costumbre, pero tenía que aprovechar el viaje con Kate de camino a su oficina.

— Buen día chicos.

Agito mi mano hacia ellos, que me miran confundidos. Supongo que esperaban ver al odioso chico de ojos grises a mi lado como otras veces.

— ¿Desayuno?

— Si, gracias Kim.

La ventaja de que él sepa que estoy embarazada es que me prepara platillos deliciosos especiales para mí, huevo revuelto con tocino, panecillos de mantequilla, fruta y jugo de naranja.

— Aquí tienes, Ana — Pone la bandeja sobre el escritorio.

— Gracias — Digo pero él me mira fijamente.

— ¿Todo bien?

— Si, todo bien — fuerzo una sonrisa en mis labios.

— ¿Segura?

— Si. ¿Por qué lo dices?

— Bueno, porque te ves triste y porque Christian ha estado llamando desde las 6 de la mañana para saber si te he visto.

— ¿Desde las 6?

— Si. Dijo que estabas con su cuñada, así que supongo que no dormiste en su departamento.

— No, yo me quedé con mi amiga hasta tarde. No tienes nada de qué preocuparte.

Vuelvo a sonreír para que él deje de insistir en el tema, así que solo agradezco el desayuno y él se marcha.

Y justo como lo supuse, unas horas más tarde la puerta de la oficina se abre de golpe, dejándome ver a un Christian bastante desaliñado.

— ¿Noche intensa? — vuelvo a mirar las facturas en mis manos.

— ¿Qué? ¿Crees que ella se quedó?

— No lo sé, ella parecía muy segura de ser bienvenida.

— ¡Ella no es nadie para mí! Hace mucho tiempo que dejamos de vernos.

— No tienes que darme explicaciones, Christian. Después de todo es tu departamento, tu decides a quién invitas.

Intento hablar con calma, pero no puedo evitar el tono herido en mi voz. Dios, él luce terrible.

— Ana — dice cuando rodea el escritorio — Créeme, nada pasó. La eché porque prometí que no habría chicas y voy a cumplirlo.

— ¿Cuántas más como ella habrá?

— Bueno, no lo sé. Normalmente no me buscan.

— ¿Cómo supiste que estaba con Kate? — Él rueda los ojos.

— ¿A dónde más podrías ir?

— Con Luke.

Su ceño se frunce inmediatamente con la mención de su nombre. Venga, que yo también puedo jugar al juego de los celos.

— ¿Con ese imbécil? Si, claro. ¡Solo lo dices para molestarme!

— No lo sé, solo digo que aún no se dónde me quedaré está noche y me incomoda quitarle a Kate y Elliot su privacidad.

— ¡Estás loca si piensas que dejaré que te vayas con ese imbécil!

— ¡No puedes detenerme! ¡Soy una mujer adulta!

— Que lleva a mi hijo — me gruñe — Así que harás lo que yo diga.

— ¿O qué? ¿Crees que puedes manejarme y desecharme como a las chicas esas con las que sales?

— No dije eso — me advierte — Lo mejor para el bebé es que estés conmigo.

— ¿Y tus amiguitas? ¡Ella ni siquiera sé sorprendió cuando le dije que era tu novia!

— ¡Lilly es una oportunista! ¡Le dejaste el camino libre cuando saliste del departamento!

— ¿Lilly? — Chilla la voz de Mía desde la puerta de la oficina — ¿Mi mejor amiga, Lilly? ¡Te acostaste con mi mejor amiga, Christian Grey!

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora