Capítulo 50

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8 días más de esta extraña rutina de nuevo hombre maduro a la que Christian ha estado jugando.

Hoy regresó temprano, con cara de sueño y el cabello alborotado. Además de dormir le hace falta un buen corte en esos rizos cobrizos que se forman encima de su cabeza.

— Estoy haciendo la cena — Explico aunque no me ha preguntado.

— Bien, tomaré una ducha.

— Claro, ve.

Lo veo desaparecer en el pasillo, así que vuelvo a la cocina y al cabo de unos minutos se escucha el sonido del agua cayendo.

Preparo una crema deliciosa para los vegetales al vapor y el corte de carne que preparé, con la receta que aprendí de Kim esta mañana. El sonido de la puerta siendo golpeada me distrae.

Mierda, ¿Quién será? ¿Alguna otra chica con las que ha salido? ¿O es que las chicas vienen a buscarlo y se le lanzan a los brazos solo porque si?

— No me voy — Gruño para mí misma antes de abrir.

Una chica alta, delgada y morena me mira. Las sombras rosas pálido sobre sus ojos marrones la hacen ver muy linda, resaltando sus facciones exquisitas.

— ¿Si?

— Oh, buenas noches, señora Grey — Ella sonríe — Soy Ros. El señor Grey olvidó los documentos de la cotización y aún necesito que los revise para que firme. ¿Podría dejarlos con usted?

— S... Si, si, claro — Hago un gesto con la mano para restarle importancia al asunto — Yo le daré tu mensaje.

— Gracias señora Grey, buenas noches.

La chica da media vuelta y se dirige de nuevo al ascensor. ¿Qué rayos fue eso? ¿Cotización? ¿Firmas?

¿Señora Grey?

¿Cuántas personas fuera del restaurante saben que Christian y yo estamos juntos?

— ¿Ana? ¿Quién era? — Él sale de la ducha en boxers.

— Una chica, Ros, te trajo estos papeles.

Le entrego el sobre que ella dejó en mis manos y él lo pone sobre la encimera.

— Los firmo después de la cena.

— ¿Puedo saber de qué son? — La curiosidad me brota por los poros.

Christian arquea una ceja, pero sonríe divertido. Cuelga la toalla húmeda sobre la silla de la barra y se sienta.

— ¿Te dije que hacia inversiones? — Yo asiento — Durante un tiempo solo me preocupé por recibir el dinero en mi cuenta, pero me he tomado un tiempo para revisar cada una de esas inversiones y comprobar si son rentables o no.

— ¿Qué te generen ganancias? ¿Y las que no?

— Las vendo. No puedo seguir invirtiendo en negocios sin futuro, por fortuna para Mía el restaurante deja buenas ganancias.

— ¿El restaurante? ¡Es cierto! Bueno, pues me alegro porque todos ahí necesitan el trabajo, incluyéndome.

— Y Ros es mi contadora. Ella me ayuda con algunas de esas cosas que no quería hacer.

— Es muy joven — Balbuceo — Me refiero a que ésta debe ser una gran oportunidad para ella también.

— Si, y es muy lista, que es lo más importante. Y hablando de cosas importantes, necesito que me acompañes mañana.

— ¿A dónde?

— A buscar una niñera. Falta poco para que nazca el bebé y aún necesitamos revisar la fecha y el procedimiento con la doctora Greene. La habitación del bebé y todas los cosas que necesita, además preferiría que tengas una niñera desde ahora para que tengas tiempo de conocerla.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora