Capítulo 25

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— ¿Estás lista para verlos?

— ¡No! ¡Me van a odiar cuando lo sepan!

— Claro que no, ¿Por qué habrían de odiarte?

Christian abre la puerta del taxi para que yo baje, solo subimos las mochilas en la cajuela de su auto para ir a Bellevue donde viven sus padres.

— ¿Tenemos que ir ahora? ¿No podemos esperar? Tal vez un par de semanas... O meses...

— No, no seas miedosa y sube al auto.

Abre la puerta y me señala el asiento para que suba. Mientras él conduce, le envío un texto a mamá para avisar que estamos en casa.

*¡Por fin! Estamos en Seattle, gracias por todo*.

*Me alegro, cariño. Adivina quien acaba de venir a preguntar por ti*.

Dios.

*¿Luke?*

*Si. Bob le dijo que no sabía nada. Tal vez vuelvas a verlo por allá*.

— ¡No! ¿Por qué? – gruño para mí.

*Gracias mamá*.

— ¿Sabes qué dirás? – pregunta él sonriendo.

— Eh, no. Pensé en algo así como: Hola, soy Ana, la chica que Christian embarazó. Mucho gusto.

Christian suelta una carcajada.

— Eso sin duda causará una impresión.

— Espera... ¿Mía vive con ellos? ¿Todos van a enterarse ahora?

— Bueno, no todos. Le pedí a Elliot que no dijera nada hasta que yo pudiera hablar con ellos.

— ¿Y estuvo de acuerdo?

— Más bien lo amenacé para que no abriera la jodida boca y le pedí que se metiera en sus asuntos.

— Gracias, ahora además podría ser la culpable de que pelees con tus hermanos.

— Todo estará bien, confía en mí.

Palmea mi pierna y vuelve a sujetar el volante del auto. Unos minutos más y entramos a una zona residencial con hermosas casas y enormes patios.

— ¿Tus papás son ricos? – Christian sonríe.

— No, pero les va muy bien en sus trabajos. Papá es el mejor abogado de la ciudad y mi Madre es pediatra.

El convertible gira en un caminillo de piedra hasta la puerta principal de la casa. Me hace una seña para que me baje, pero antes de que camine toma mi mano.

— No les diremos nada aún. Esperaremos un par de semanas pero quiero que te conozcan ahora.

— Claro.

Christian toma mi mano y me da un fuerte apretón. Presiona el timbre, la puerta se abre dejándonos ver a una señora con uniforme.

— ¡Joven Christian!

— Hola, Tina. ¿Mis papás ya están aquí?

— Si, joven, en el comedor.

No suelta mi mano cuando me lleva por un pasillo y luego a la derecha. Una pareja está sentada en el extremo de la mesa.

— ¡Christian!

— Madre.

La mujer corre a abrazarlo y besarlo mientras el hombre se acerca riendo.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora