Capítulo 40

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POV Christian.

— ¡Ana! — Grito cuando reacciono y bajo corriendo por las escaleras.

¡Mierda! ¿Le dije a Gail lo de Ana? ¿Dije algo coherente mientras salía como demente del departamento? Toco los bolsillos de mi pantalón y afortunadamente cargo las llaves, el móvil y la billetera.

Cuando salgo del edificio, comienzo a correr calle abajo por lo menos cuatro cuadras hasta que distingo un gran alboroto en una intersección.

Mierda, ¡Mi auto!

Mi descapotable está montado en la acera y una mini van a varios metros de distancia.

— ¡Hey! ¡No se acerque! — me grita un oficial.

— ¡Es mi auto! ¡Los papeles están en la guantera! — Rodeo el auto para ver el gran impacto del lado del copiloto — ¿Qué pasó?

— Al parecer la mini van se pasó el semáforo en rojo y se impactó con el auto, una mujer conducía.

— Mi esposa — Me apresuro a decir — El auto está asegurado, ¡Pero quiero que el maldito responsable pague por lo que hizo! ¡Mi esposa está embarazada!

Me paso las manos por el cabello, tratando de respirar y no arrancarle la jodida cabeza al hombre que están atendiendo en una ambulancia a varios pasos de mi.

— Será mejor que llame a su seguro y vaya con su esposa — Dice el oficial — Nos encargaremos de su auto.

Asiento hacia él y voy de nuevo hacia la acera. Si me quedo aquí un minuto más voy a partirle la jodida cabeza al anciano imprudente.

Corro de nuevo por la acera, pero realmente no sé qué estoy haciendo hasta que me canso de andar como loco.

— ¡Serás idiota, Grey! — Me regaño a mi mismo.

Le hago señas a un taxi que viene por la acera de enfrente y se da la vuelta en el retorno. Cuando subo, le pido que me lleve al hospital lo más rápido que pueda.

— ¿Papá? — Lo llamo desde el taxi — Un imbécil chocó mi auto y Ana está en el hospital, ¿Podrías llamar a mi seguro?

— Claro que sí hijo, ¿Ana está bien? ¿En dónde están?

— Voy camino al hospital, ella iba sola en el auto y no sabré nada hasta que esté ahí.

— Bien, envíame la dirección y el nombre de la aseguradora para llamarlos.

Cuelgo la llamada para enviarle los datos y la ubicación de la póliza de mi seguro. Luego busco el número de mi madre, que probablemente está terminando su turno.

— ¡Hola Christian! ¿Cómo estás, cariño?

— Mamá — Digo y se me corta la voz — ¿Estás en el hospital? Ana tuvo un accidente y la llevaron ahí para atenderla.

Grace no habla, así que continuo explicando.

— ¿Podrías ver cómo está? Voy en camino.

— Por supuesto, cariño, voy a preguntar por ella.

— Una cosa más — Digo antes de que cuelgue — Ana está embarazada.

Escucho como ella contiene el aire a través de la línea.

— ¡Por Dios, Christian! ¿Por qué no lo dijiste antes? Te llamaré tan pronto como sepa algo.

Cuelga la llamada sin darme tiempo a agradecerle, pero no puedo quedarme  inmóvil sin hacer nada. ¿Qué debería hacer? ¿Llamar a su madre?

No, lo mejor será verla primero y después llamar a Carla. Y tal vez a Kate, aunque debería decirle a Mía y a Elliot. ¡Agh! ¿Qué se supone que haga?

Cuando el taxi para en la zona de urgencias le lanzo al conductor un billete y bajo corriendo hasta la recepción. Un hombre en uniforme de guardia me mira.

— Mi esposa tuvo un accidente, acaban de traerla.

— ¿Su nombre?

— Ana Grey.

— Si — Revisa el diario que tiene en sus manos — La señora Grey está en la sala 1.

— ¡Christian! — Escucho el grito de Grace.

— Mamá — me alejo del guardia para ir hacia ella — ¿Qué dijeron?

— Está en la sala de ultrasonido, están revisando al bebé y el ginecólogo ya está ahí con ella. Ven, vamos a esperarla.

Ella pasa su brazo por mis hombros y me lleva a una pequeña sala junto a la estación de enfermeras.

— ¡Es mi culpa, mamá! No debí dejarla ir sola, debí insistir en acompañarla... ¡Si tan solo no fueran tan necia!

— Cariño — Grace acaricia mi cabello — Sabes que ésto no es tu culpa, tú no tienes control sobre las acciones de los demás. Además, escuché que el impacto fue precisamente en el lado del copiloto, si tú hubieras manejado ella habría recibido más golpes.

— Es que no debí dejarla ir, debí insistir en que se quedara en casa, conmigo.

— Entonces, ¿Voy a ser abuela? — Ella sonríe.

— Si — Levanto la cabeza para mirarla, pero mis ojos se llenan de lágrimas — Y yo seré el padre de alguien.

— Déjame llamar a tus hermanos, en estos momentos lo que necesitamos es estar unidos, como familia.

— Como sea — gruño y me limpio los ojos con la mano.

— ¿Por qué no me lo habías dicho?

— ¿Qué? ¿Lo del bebé? — Ella asiente.

— ¿Esperabas avisarme cuando estuviera de parto? — Se ríe un poco.

— No, es solo que apenas estamos iniciando nuestra relación, estamos resolviendo cosas. Ana estaba preocupada por cómo lo fueran a tomar ustedes.

— ¿Por qué? No tendríamos por qué enfadarnos.

— Yo lo sé, pero ella... — respiro hondo cuando la imagino discutiendo conmigo por cualquier tontería — Tal vez piensa que no podríamos estar juntos.

— ¿Y por qué pensaría eso?

— Haces demasiadas preguntas, mamá. Justo como ella — Me quejo.

— Cielo — Grace vuelve a acariciar mi cabello — Ana es una gran chica y estoy seguro que la amas. No estarías aquí llorando si no lo hicieras.

— No estoy llorando — Me limpio la nariz con el dorso de la mano — Estoy preocupado por el bebé, por mi bebé.

— ¿Y por ella no?

— Si, claro que por ella también. Pero no estoy seguro de si siente lo mismo que yo.

— ¿Y por qué no le preguntas?

— ¿Ahora eres psicóloga? — Ruedo los ojos.

— Se llama sentido común, cariño — golpea suavemente mi mano — Y no entiendo a qué le tienes miedo, ¿A ser padre tan joven?

— No, eso no. Ella... Estaba casada antes de venir a Seattle. Tenía un esposo, un trabajo estable, alguien seguro a su lado. ¿Qué puedo ofrecerle yo?

— Seguramente algo hiciste bien, Christian. Ella está contigo, viven juntos y tendrán un bebé. Creo que vas por buen camino.

— Yo espero que no sea demasiado tarde.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora