Capítulo 26

5.5K 576 80
                                    

— ¿Tengo que entrar?

— Si.

— ¿Y si te espero aquí afuera?

— No.

Christian termina de cerrar su auto convertible y se acerca para tomar mi mano para que no huya.

— Sé valiente.

Dice pero sé que quiere reír de mí pánico. Lo sigo hasta el otro lado de la calle, luego por la puerta de servicio.

— ¡Christian! ¿A dónde fuiste? — Le grita Raúl.

— ¡Pero mira lo que trajo! – Ahora escucho la voz de Kim.

No me atrevo a verlos, he regresado con la cola entre las patas y justo ahora mi dramática renuncia de hace unos días me hace sentir como una loca bipolar.

— ¡Ana! — Grita Cole.

— Hola chicos — Saludo porque Christian se aparta para que me vean.

— ¡Volviste! — Dice de nuevo Kim y se acerca para abrazarme.

Pero antes de que lo haga, Christian me aparta con su brazo y apoya su otra mano en el pecho del sous chef.

— Atrás.

— Por Dios, Christian — Se ríe él — Solo quiero darle un abrazo de bienvenida, no fugarme con ella.

El odioso chico frunce el ceño hacia su amigo y suelta su agarre en mi cadera para que salga de detrás de él.

— Te estoy vigilando.

Kim me abraza con fuerza, lo que hace que Christian suelte un pequeño gruñido.

— ¡Ana! ¡Dios mío, volviste!

La voz chillona de Mía se escucha por toda la cocina, dejando apenas que Kim se aparte para apretarme.

— ¡Gracias por volver! ¡Gracias!

— Me alegra estar de vuelta, ¿Eso significa que tengo mi empleo de vuelta?

— ¡Si! ¡Si! ¡Desde ya!

— Espera — Interrumpe Christian — Haremos algunos cambios.

— ¿Cambios? — Balbucea Mía y se aparta de mí — ¿Qué cambios?

— En primer lugar, si Ana vuelve a ser la gerente tendrás que cambiar su horario. Ella no puede estar aquí todo el día, tiene que descansar.

— Bien, estoy de acuerdo con eso. Seguro encontramos alguna forma de apoyarnos.

— Otro punto, ella debe tener el mismo horario que yo o uno similar.

— ¿Por qué?

— Vivimos... — ¿Que hace? Me apresuro a interrumpirlo.

— Dejé mi camioneta en Georgia y ahora tengo que aprovechar el viaje con Christian.

— Bueno, eso si será complicado porque me eres más útil tú — me señala — Que tú.

Señala a su hermano y Christian arquea ambas cejas.

— En todo caso, hermano, eres tú quien va a cambiar su horario. Necesito a Ana aquí desde la mañana y podrá irse a medio día, así que ese es tu nuevo horario.

— ¡Pero... Pero...!

— Pero nada, tómalo o déjalo Christian.

Él voltea a verme con una mueca de fastidio, supongo que esto no era lo que esperaba.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora