Capítulo 10

5.4K 566 52
                                    

Salgo de mi departamento sin molestarme en mirar a mi alrededor. Necesito pensar y lo único que se me ocurre es ir al restaurante a trabajar.

Como todos los días, estaciono en el callejón y entro por la puerta del servicio directo a buscar a Kim.

— ¿Qué haces aquí? – dice cuando me detengo frente a él – Es tu día libre, deberías estar en tu casa durmiendo.

— ¿Puedo quedarme un rato? Necesito distraerme, por favor, haré lo que quieras.

Kim se gira para ver a su personal, ellos están completos. Luego señala hacia las puertas de la cocina.

— Estamos cortos con las meseras, puedes ayudar a Giny y a Rosie.

— ¡Si! Gracias Kim.

Busco un delantal, una libreta y la pluma antes de pasar las puertas. Busco con la mirada a Giny, pero el sonido del piano cambiando de ritmo me hace recordar.

Christian está ahí, sentado frente al piano y siento su mirada intensa sobre mi. Y como no puedo hacerle una seña obscena, camino hasta Giny para hablarle.

— Hola, ¿Puedo ayudarte?

— Ana – me sonríe – Claro que sí, puedes atender aquellas mesas. Rosie y yo nos encargaremos de aquellas otras.

La zona que ella señala no está tan concurrida, y lo agradezco ya que no quiero presionarme en mi primer día atendiendo mesas.

Voy de un lado a otro tomando pedidos, llevando saleros y servilletas, sirviendo los platos a los comensales, y todo ante la atenta mirada del idiota en el piano.

Lo ignoro lo más que puedo, tanto como me es posible porque sigo furiosa. Y como mi trabajo no implica interactuar con él, me tranquilizo y vuelvo a lo mío.

— Tomate un descanso – Kim palmea mi hombro cuando entro en la cocina – Aprovecha ahora que hay menos clientes.

— Si, claro, voy a comer y vuelvo.

Cuando giro hacia la salida, Christian está frente a mi con las comisuras de su boca hacia abajo, en una mueca de tristeza.

— ¿Estás ignorándome?

Intento pasar por un lado pero estira sus brazos para atraparme contra la mesa de metal.

— Las buenas novias no ignoran a sus novios – mueve su dedo indice frente a mi cara en ademán de negación.

— Las buenas novias no tienen novios idiotas – le gruño sin mirarlo.

Golpeo sus brazos para que se aparte, pero lo único que logro es que él se acerque más a mi.

— Nena, no he dicho que puedes irte.

Se inclina tanto que tengo que retroceder la poca distancia hasta que mi cadera topa con la mesa. Mierda, va a besarme.

Antes de que sus labios me toquen, le lanzan un trapo de cocina en la cabeza. Escuchamos la buya y los silbidos del resto de los cocineros, que nos miran divertidos.

— ¡Ya déjala, Christian! ¡Esta tan roja que parece un tomate! – Le grita uno de ellos.

— Pero uno muy bello, ¿verdad cariño?

Intento levantar la rodilla para patearlo en la entrepierna, pero detiene mi pierna con un rápido movimiento.

— No, no, no – me regaña – Nada de golpes hasta que me disculpe.

— ¿Te vas a disculpar? – ahora sí lo miro a los ojos – Por ahí hubieras comenzado.

— No me gustan las cosas fáciles, no son tan divertidas.

Una Vida Contigo (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora