Hay días que uno desearía nunca recordar. Dias que parecen abrir puertas a cosas positivas y terminan atrapándote en un infierno personal.
Aun sentado en la estancia principal de su casa, Weasley Hemmings pasó varios minutos recordando los días que pasó en Paris.
La primera vez que diviso a Aiden Le Clair, fue una mañana fría, justo después de cruzar la puerta de cristal que invitaba a entrar al instituto de moda Marangoni.
Aiden llevaba un suéter de punto color blanco bajo una chaqueta de demin, pantalones negros y botines. Nada que llamara la atención o lo hiciera resaltar, salvo sus brillantes ojos turquesa bajo las gafas.
Mismos que vio cuando aquel joven de cabello castaño y rizado se giró para acomodar las cosas que llevaba consigo. Un portafolio, el porta trajes y algunos libros.
Sin embargo, las innumerables reglas resbalaron del portafolio, y Weasley vio la oportunidad para acercarse.
Aiden puso la mirada en blanco antes de agacharse y guardar todo, hasta que sus ojos se encontraron con los de Wes, de un gris luminoso y penetrante que lo cautivaron desde el primer segundo.
-—Pardon.— fue lo único que salió entre los labios de Aiden, que volvió a bajar la vista mientras guardaba cada una de sus cosas.
—No te preocupes.— Weasley le dedico una media sonrisa capaz de erizar la piel de cualquiera.
—Eres nuevo ¿Cierto?— Aiden se acomodó las gafas y sonrió tímidamente, pero lo suficiente para que el chico de cabello negro y ojos grises pudiera notar los hoyuelos que se formaban en sus mejillas al hacerlo.
—En realidad ya he estado en Paris.— respondió Weasley con cierto orgullo. —vine para ofrecer un programa de intercambio en Manhattan con Parsons, y de paso, a probar suerte en alguna agencia de modelaje.
Aiden asintió tímidamente. —¿Te llamaron de una agencia, o estás buscando una?
Weasley esbozo una ligera mueca. - ¿Conoces alguna?
Aiden bufo y asintió una vez más antes de buscar entre sus cosas y ofrecerle una tarjeta que por suerte había encontrado al fondo de los bolsillos de su chaqueta. —Saint-Clare es una agencia importante en la ciudad, llama al número y pregunta por Stephano Lombardo.
Weasley se dio un momento para admirar la tarjeta con los datos y arqueo ambas cejas escuchando las palabras del castaño. —¿Quién es?
—El hombre que puede abrirte las puertas a muchas oportunidades.— respondió Aiden antes de marcharse.
Después de eso, nunca se imaginó que caería en manos de personas que lo llevarían a ocultar un crimen, o que podría sentir tanta atracción por un chico que apenas conocía y que por azares del destino resultaba ser el primo de su novia.
Otra conveniente coincidencia...
—Cariño ¿Ya sabes lo que usaras mañana?— la voz de irrumpió en la estancia y saco a Weasley de sus pensamientos.
—Sí, de hecho papá me ayudo a elegir algo adecuado.— Weasley le respondió con una sonrisa de vuelta. —espero que no desentonar con Aiden en todo caso...
—¿Quién es Aiden?— pregunto tajante mientras sus brazos se cruzaban. —creí que invitarías a Irina.
—Aiden es un amigo, de hecho, es primo de Irina.— Weasley respondió abandonando el sofá en el que estaba para hablar con su madre frente a frente.
—¿Y porque no lo ha mencionado antes?— insistió únicamente para saber si Weasley estaría mintiendo acerca de su nuevo amigo.
—Los Volkov son personas muy devotas, no aceptan que el padre de Aiden consienta su homosexualidad.— Weasley se encogio de hombros. — pero él es un buen chico, vino de intercambio a estudiar.
— ¿Es lo único que vas a decirme? — frunció ligeramente el ceño.
Weasley asikntió antes de darle a su madre un beso en la mejilla. —Ya lo conocerás, estoy seguro que te amara.
sonrió con un ligero rubor en sus mejillas.
El teléfono de Weasley comenzó a sonar repentinamente, y al mirar de quien se trataba se vio obligado a marcharse a su habitación para responder.
—Gen ¿Qué pasa?
—Todo, estoy nerviosa por lo que pueda suceder, Aiden no responde mis llamadas o mis mensajes, Gia pretende que no existo últimamente y Franco ha estado amenazando con contar todo gracias a que Aiden saco a la luz nuestra relación.
La voz de la chica sonaba algo desesperada.
—No puede hacerlo, él estuvo involucrado en lo que sucedió aquella noche, hay que esperar más tiempo, y no llamarnos a menos que sea importante. —Weasley respondió cauteloso ante el tono de su voz.
—No puedo tomarlo tan a la ligera, la chica que asesinamos era una modelo prometedora para Stephano, su nombre era Virginia Pierce, ya están buscándola, parece que las modelos con las que compartía departamento han intentado localizarla desde anoche. - Genevieve insistió con un tono más hostil del habitual.
—Lo menos que podemos hacer es aparentar.— Weasley suspiro sin más. —hablare con Aiden al respecto, y en caso de que el cadáver llegue a encontrarse debemos planear una buena historia para que salgamos impunes.
—De acuerdo, por favor cuídalo.— Genevieve suavizo sus palabras.
—¿A qué te refieres con eso?— Weasley respondió confundido.
—Solo asegúrate de que este comiendo adecuadamente.— finalizo Genevieve antes de despedirse y terminar la llamada.
Weasley mantuvo un semblante pensativo. <<Loca>>. Cerró los ojos y con un respiro profundo tomó la decisión de darse un baño de agua caliente y meditar sobre cualquier cosa.
Estaba convencido de que Aiden no podría estar más seguro. Estaba lejos de las personas que consideraba sus amigos, lejos de querer embriagarse con botellas de vino y champagne, lejos de verse involucrado en el incidente que lo atormentaría hasta que decidiera enterrarlo en el subconsciente.
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Fashion Diaries
Teen Fictionprecuela oficial de "fashion killer". Todo comenzó con un sueño, un boleto de salida y un secreto de muerte...