28: La última fiesta

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Con el pasar de las semanas la tensión pudo bajar un poco entre las clases, la mudanza permanente de Kalena y con Cathrina tras las rejas para encubrir la verdadera desaparición de su hermana.

Lo cual provocó que Aiden comenzara a tener una fijación por Amelia, la compañera presumida que todo mundo había evitado durante el semestre.

Su tez morena clara, y su melena californiana...

En ocasiones imaginaba que su cabeza tenía la forma de un pastel imposible, con la mitad oscura como el chocolate y las puntas amarillas como el flan de vainilla.

Lamentable.

Siempre envuelta en animal print, y joyería dorada que jamás parecía quitarse de encima...

Todo un personaje.

Por supuesto Kai comenzó a hablar con ella, quizá por su cuerpo voluptuoso, o porque quizá se sentía realmente solo después de perder a su mejor amiga literalmente.

Por otra parte, Elise y Aiden se habían distanciado, solo se veían para el desayuno, las clases y la hora de dormir. Su interacción era cordial pero nada parecidos como los primeros días en Manhattan.

Mientras Aiden y Wesley consolaban a Sebastian por la repentina e inminente ruptura con Cathrina, Elise mantenía su vida sexual con Harper y Dante, las únicas personas con las que podía liberar el estrés y dejar de lado la costumbre...

En ocasiones es difícil adaptarse a los cambios, pero no podía haber un mejor comienzo para todos.

Aunque para algunos fuera solo por un pequeño instante...

Sebastian Bissett estaba organizando una fiesta de despedida para Harper y Dante, quienes volverían a sus hogares tan pronto terminara el curso.

Dos de sus mejores amigos abandonaban Manhattan tan pronto como habían llegado a la ciudad que nunca duerme...

Y que al parecer sería mucho más íntima de lo usual, en el ferrie favorito de su padre, que igualmente tenía el nombre de su cadena de resorts.

Bissett comenzaba a verse más como una marca registrada...

Durante la noche Elise se puso un vestido vaporoso de shiffon turquesa con un escote a la altura de los muslos. Como si fuera más a la recepción de una boda en la playa.

—Hace tiempo que no coincidíamos en una fiesta. — Aiden mencionó al aire mientras se dirigía a la cocina para servir un vaso de agua.

—Sí, es extraño ¿No? — Suspiró Elise yendo hacia la sala para esperar a Dante y a Harper.

—Yo diría grato. — Respondió Aiden mientras se acomodaba el cuello de su camisa satinada azul eléctrico.

—Lo dices como si fuéramos allegados. — bufó Elise entre la burla y el desdén.

—Lo somos...

Aiden mencionó justo cuando tocaron la puerta y recibieron a los otros chicos.

Harper y Dante tenían estilos similares y monocromáticos. Culpa de pasar quizá mucho tiempo juntos...

—Buenas noches. —Saludó Dante con una sonrisa muy amplia, un gesto que a Aiden le desconcertó por completo sabiendo que no solía empanizar mucho con otras personas.

—Wesley y Sebastian vienen en camino, será mejor que bajemos de una vez...

Añadió Harper con una sonrisa poco más tímida.

—Andando...

Elise salió de la residencia como una it-girl con varios chicos atractivos a su espalda, escoltándola a una limosina donde Wesley y Sebastian los esperaban como si aquella noche ninguno supiese que sería su última semana juntos.

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