34: El inicio de una venganza

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Moscú, Rusia

La plaza roja era el sitio ideal para Florence Volkov, en compañía de su única y hermosa hija, Irina, con quien solía ir de compras ocasionalmente a la galería Gum, un maravilloso sitio de arquitectura medieval rusa.

Ahí era donde ambas se tomaban la tarde para comprar ropa, joyas y las entradas para el ballet en Bolshói.

Sin embargo, durante el invierno instalaban la pista de patinaje, donde Irina nunca había podido deslizarse...

— ¿A qué hora crees que papá llegue a casa hoy? — la chica preguntaba como una niña curiosa a su madre.

—No creo que lo veamos en casa esta noche, por eso conseguí entradas para el lago de los cisnes. — Florence miró a su hija con cariño esbozando una sutil sonrisa que apenas se asomaba en la comisura de sus labios, aunque le costaba expresar sus sentimientos, disfrutaba aquellos instantes en los que solo eran ellas dos.

—Vaya, será mi primer cumpleaños sin su presencia. — Irina frunció ligeramente el ceño pensativa, aquel año no podía haber empeorado, su primo le había arrebatado a su novio, había lidiado con el dolor que aquello significaba y ahora su padre no estaría presente para celebrar su cumpleaños veintitrés.

Cualquiera pensaría que la idea de no sentirte feliz comprando maravillosos vestidos, joyas invaluables y los mejores asientos para su obra favorita era estúpido, pero lo cierto es que para Irina, todo aquello era casi monótono, menos la presencia de su padre, y aunque entendía a la perfección los motivos por los cuales su trabajo era demandante, ese mismo año no pudo evitar sentirse incompleta.

—Al menos nosotras la pasaremos bien. — Florence respondió mirando a su alrededor. — Necesito usar el tocador, te veré en la fuente ¿De acuerdo?

Irina hizo un ligero asentimiento de cabeza antes de que su madre comenzara a alejarse y ella se tomase un momento para observar a las personas ir y venir en la pista, girar como bailarines en el hielo.

Hasta que su teléfono sonó...

Sebastian Bisette le había enviado un mensaje por instragam...

No solía hablar mucho con él, y suponía que era correcto evadir una conversación con el mejor amigo de Wesley.

Solo le tomó un instante darse cuenta de que ella también deseaba conversar, así que abrió el mensaje retomando el camino a la fuente de Gum.

Sebastian:

"Me estuve acordando de ti anoche".

Irina esbozo una pequeña mueca, Sebastian era inteligente y atractivo pero no dejaba de ser un chico mimado de Manhattan con tantos escándalos arrastrando de sus pies.

Irina:

"Mentiroso..."

No pasó más de un minuto cuando recibió una respuesta.

Sebastian:

"Es tu cumpleaños, tenía que felicitarte temprano".

Irina bufó al leer el mensaje, entre ellos había una diferencia de siete horas, ella tenía las 5:00 p.m. en su reloj.

Irina:

"Gracias Bastian, es un gesto muy tierno".

Después de aquello, volvió a guardar el teléfono para tomar asiento frente a la fuente donde quedo de verse con su madre.

Sin embargo no pasó mucho tiempo antes de recibir otro mensaje...

Sebastian:

"En realidad quería saber cómo estabas después de saber que Aiden está saliendo con Wesley".

Después de haber leído aquellas palabras, la chica no pudo evitar sentir que se le revolvía el estómago, y comenzó a textear como si sus dedos fueran a atravesar el teclado del teléfono.

Irina:

"No me interesa lo que hagan, ambos pueden verse como una par de arrcadas, pero jamás serán una pareja".

La respuesta no tardó en llegar, y tiempo después una corta discusión...

Sebastian:

"haha,no tienes por qué hacer comentarios homofóbicos para sacar el enojo que tienes contra ellos."

Irina:

"La homofobia no existe, la fobia es pánico, y yo no siento miedo hacia ellos, siento repulsión."

Sebastian:

"Cuando te refieres a ellos ¿Quieres decir a Aiden y a Wesley? Porque de ser así creo que tenemos algo en común.

Irina:

"No".

Sebastian:

"Es una pena, porque se dé algo que podría terminar con todo el daño que han hecho".

Irina:

"¿A qué te refieres con eso?"

La chica volteó alrededor como si temiese que su madre o cualquier otra persona la sorprendieran de pronto.

Luego de unos instantes, solo fijó la vista a la pantalla.

Sebastian:

"Mentiras, complicidad y encubrimiento de asesinato".

Cualquier persona a lo largo de su vida puede cruzarse con dieciséis asesinos ¿Cuántos pueden decir que uno de ellos ha tenido uno en su familia?

Pensar en Aiden y Wesley como criminales era algo que Irina nunca se había atrevido siquiera a imaginar

¿Y si lo que decía Sebastian no eran más que falacias?

No era correcto, pero el deseo de dar un escarmiento a las personas que le habían lastimado le daba un sentimiento profundo de satisfacción...

Uno que no podría conseguir con todos los vestidos o todas las joyas del mundo.

Irina:

"De acuerdo, hazme saber los detalles y me pondré en contacto contigo"

Al enviar pudo observar a su madre aproximarse a su encuentro como habían quedado momentos atrás...

—Tengo una excelente noticia, tú padre acaba de cancelar el resto de su agenda esta tarde, iremos juntos al ballet.

Dicen que algunas personas están hechas para escribir la historia, y aunque cada quien sea autor de su destino, siempre habrá alguien que pueda intervenir él.

Vistan sus mejores galas, tomen asiento y disfruten el primer acto...

El desenlace será cardiaco.

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