El malo (Finalizada)

30- Ya me enteré

"Ya me enteré
Que hay alguien nuevo
Acariciando tu piel
Algún idiota al que
Quieres convencer
Que tú y yo somos pasado"

Edgan Harper

Mi cuerpo se tambalea encima del hierro.  Mis manos sostienen el tubo que usamos para hacer ejercicio.  Subo,  bajo,  sigo el ritmo durante diez minutos.  Me lanzo y mis pies tocan el suelo,  camino hasta las pesas y tomo la más grande,  la levanto y la bajo,  mi músculos se tensan y me detengo en cuanto veo a quién esperaba. 

—Tengo información nueva —me dice y dejo la pesa en el suelo.  Sacudo mis manos y levanto una ceja. 

—¿Que has sabido?  —inquiero intrigado. 

—La chica se ha graduado,  posiblemente tenga una beca a Harvard —dice actuando con seriedad y yo sonrío.  Me siento feliz de que ella se haya graduado y que esté siendo feliz,  aunque sea sin mi. 

—Eso me hace feliz —respondo limpiando par de gotas de sudor de mi frente. 

—Pero eso no es todo —me alerta y frunzo el ceño—. Ella tiene a alguién,  un tal Steven,  es su nuevo novio.

Trago seco,  siento el sabor de mi propia saliva amarga,  ácida bajando por mi garganta. Un dolor invade mi pecho,  era de esperarse,  era hora,  mucho se había tardado pero no esperé esta sorpresa.  Sí,  sé que le pedí que hiciera su vida,  pero quizás no estuve preparado para enterarme de esto.

—Al menos es feliz —opino agachando la mirada. 

—Sí,  lo es o al menos eso aparenta.  Ella visita mucho la tumba de tu amigo,  cada mes.  De alguna forma ella tienes recuerdos,  lo importante es dejarla seguir su vida y tú deberías resignarte a que la perdiste. 

Me río,  claro me causa mucha gracia.  Que fácil se oye decir que puedo superarlo y que puedo seguir mi vida.  Por favor,  no seamos ignorantes,  las cosas no se olvidan así de fácil y menos cuando quedan inconclusas. 

—¿Crees que yo tengo cara de renunciar a lo que quiero?  No me conoces querido polis —menciono mirando su atuendo de policía,  es obvio que este por un par de dólares hace lo que le pido.  Todos son así—. Zoe tiene mi promesa,  algún día voy a regresar y no me importa nada,  yo tengo mi propio compromiso,  ademas su nuevo novio tiene una advertencia y aún así se arriesgó. 

—¿Y sí ella te olvida?  —pregunta con un tono burlón,  sonrío de lado y le saco el encendedor de su bolsillo al lado del pecho,  tomo un cigarrillo que llevaba a un lado de su oreja y lo enciendo. 

—Si me olvida,  le haré recordar a mi manera.  Si no me ama,  haré que me ame de nuevo,  si pude una vez,  puedo hacerlo de nuevo.  Rendirse es para débiles y yo no vuelvo a perder —inhalo el humo y luego lo exhalo riendo.

Pero aunque parezco un malvado con una sonrisa maliciosa y cargada de maldad,  me siento mal.  Tengo temores,  tengo dudas,  tristezas que arrasan mi alma.

Me siento en la cama y miro sus fotos en la pared,  mi querido confidente me ha traído fotos nuevas,  ella está hermosa en su graduación,  pero la foto que más me duele,  es en donde ella sale bailando con Steven.  No necesito esta prueba,  no necesito ver esto. 

La rompo en miles de pedazos. 

—Eres mía —susurro—. Te vas a aburrir en sus brazos,  vas a descubrir que con él no te sientes plena,  feliz.  Vas a recordarme cuando le beses,  cuando llegue el momento de hacer el a...

Por Dios,  hasta decirlo me cuesta.  No puedo hacerme esta imagen que hasta ahora se ha metido en mi mente.  Te imagino debajo de él,  haciendo el amor y tú entregada. No,  no quiero pensarlo,  no quiero ni siquiera pensar que te vas a entregar a él en cualquier momento.