"Solo le pido al señor que se logre este amor, por favor
Y que tus padres me den la razon
Lo importante es que nunca te dejare de amar
Lo sabrás, mi muñequita este amor se va a lograr"....
Regreso a la mesa y me sostengo de ella con un pesar en mi pecho, es como si una enorme roca haya caído encima de mi, aplastando mis ganas de seguir luchando por mi felicidad. Aplastando el deseo de creer y darme una oportunidad.
Pero... No quiero y no puedo alterarme. Tengo que pensar las cosas, no puedo dejarme llevar de mis impulsos. Aquí no dice si es hija o alguna sobrina de él. Está bien, entiendo que Edgan me ha dicho que no tiene hijos, que no tiene hermanos, ¿y si en verdad es así? ¿Y si existe algún hermano por parte de su padre?
Debo pensar bien, debo calmarme, me estoy alterando y sacando conclusiones.
Este maldito anónimo me quiere enloquecer, quiere sacar lo peor de mi.
—No entiendo nada —susurro mirando la foto más de cerca, es una niña hermosa, es pequeña, o al menos en esa foto se ve así, carita redondita, ojos avellanas, nariz pequeña y de labios delgados. sus facciones me recuerdan a alguien pero no sé a quien en exactitud. ¿Quién es la madre?
Me siento observada y levanto la vista encontrándolo, bosteza estirando los brazos y sonriendo. Su camisa está desabotonada mostrando parte de su pecho y abdomen. Viene hacía a mi y esta vez todo la calma que había pedido para mi, se ha esfumado. Lo veo borroso producto a las ganas de llorar que tengo. ¿Por qué carajo estoy tan débil? Bien podría enfrentar esto como toda una mujer con los panties bien puesto.
Pero no, aqui estoy a punto de llorar sin saber que está sucediendo, toda una imbécil dramática.
—Dime la verdad —es lo primero que sale de mi boca dejándolo confundido.
—Este... Primero se dice "Buenos días, luego se desayuna y después se reclama, ¿en que te he mentido ahora?
Tomo la foto y la puta lágrima me sale de la nada. ¿Qué me está pasando? Deja de llorar, idiota. No es tan grave, ¿o si?
—¡No me importa! —chillo y se acerca más preocupado a mi pero me alejo—. Edgan, sé sincero conmigo —suplico.
—Zoe, hoy si amaneciste dramática, ¿en que te he mentido? —inquiere y absorbo mi nariz—. Ah ya sé, si es sobre eso nunca te mentí porque nunca me lo preguntaste, sólo pasó y ya —dice y frunzo el ceño.
—¿De qué diablos hablas?
Eleva sus cejas y lleva su dedo pulgar hasta su mandíbula, se tensa un poco buscando en su mente qué responder.
—¿De qué es que tú hablas? —me hace una pregunta mientras yo sigo esperando una respuesta.
Y sé a lo que se refiere.
—No, no hablo de que hayas tenido sexo con Paulette, yo lo sé, sé que se acostaron montones de veces y no me importa ¿sabes? No me importa en absoluto que le hayas hecho el amor y que ambos tuvieran esa conexión sexual, ni me interesa —bufo molesta.
—Menos mal que no te interesa, parece lo contrario —dice y quisiera golpearlo.
—Ya Edgan, de esto hablo. — le paso la foto después de mirarla, él la toma sin fijarse en ella —. ¿Tienes una hija?
Enseguida mira la foto y se pone pálido, todo el color rojizo de sus mejillas y labios desaparecieron. Se apoyó de la silla e hizo una mueca como si algo le doliera. Negaba varias veces y esta vez me mira confundido y enojado.
ESTÁS LEYENDO
El malo (Finalizada)
Novela JuvenilZoe descubrió que fue un gran error besar a Edgan Harper cuando sintió el terror de un hombre perseguirla a punto de atracarla para quitarle sus pertenencias. Su única solución fue aquél chico repleto de tatuajes apoyado en una esquina, y no dudó...