Estar en una sala de emergencia, enterarte que vas a ser madre, que en tu vientre ya no sólo habrá órganos y comidas, si no un pequeño embrión o un gusano, como diría Karen. Pero... Estoy confundida. Sólo quiero saber el momento en qué ocurrió. ¿No tomé nada?
Mierda... Ya sé, eso fue entre las primeras veces que tuve sexo con Edgan después de nuestro encuentro. Sólo tomé una pastilla de emergencia pero luego de ahí tuvimos más sexo y ya no seguí tomándola por todo los problemas que habían estado ocurriendo. También pensé que mi periodo llegaba dentro de dos semanas, pero no calculaba que me había bajado antes de estar con Edgan, y después de ahí fue que quedé embarazada.
Un hijo nuestro, un hijo... Una hija, lo que sea, pero tendremos un bebé, uno que no esperaba, uno que me va a provocar miedo tener, porque sé que ahora estaré en más peligro antes, que el anónimo va a venir detrás de mi y nos hará daño.
—¿Zoe?
Levanto la mirada y siento mis mejillas mojadas, estoy llorando de felicidad, de miedo, de terror. Estoy llorando en silencio asimilando que es real. Edgan espera una respuesta y creo que el doctor le dice que me deje asimilarlo.
—No puede ser —susurro pero creo que me ha escuchado, pues frunce su ceño.
—¿Qué pasa amor? ¿No estás feliz como yo? Tendremos un bebé, nuestro hijo. Me has hecho el hombre más feliz —susurra tomando mi mano y puedo ver la felicidad que amena en su rostro. No deja de sonreír y sus ojos se ven aguados como si estuviese a punto de llorar.
Hasta hace poco estaba bromeando con que yo estaba embarazada y resulta que la broma se hizo realidad. Ahora entiendo los dolores de pelvis, el cansancio, el asco que le he tomado a la comida y los mareos.
Sonrío asintiendo, sintiendo una chispa de emoción dentro de mi que por un momento me hace olvidar al anónimo y compartir esa felicidad con el hombre que amo.
Karen se acerca y me sonríe lentamente como si aguantara por dentro algo importante por decirme.
—Felicidades a ambos, estoy segura que serán unos buenos padres. Ya me lo sospechaba en cuanto ví tu drama, no es tan propio —dice sonriendo y tanto Edgan como yo la imitamos.
—Gracias amiga, en verdad estoy feliz —respondo intentando mostrar mi emoción más que mi miedo.
Luego se acerca mi madre y Joshua. Ella se ve sorprendida y algo feliz.
—Ay mi niña, no pensé que tan rápido me harías abuela, pero estoy feliz por ti, por Edgan, por todos. De verdad no sé cómo explicar la emoción que tengo dentro. Estoy sorprendida aún —dice mi madre y extiendo mis brazos para que ella se acerque. Me abraza y cierro mis ojos agradeciendo que haya venido. Luego Joshua me felicitó y le agradecí también.
Y miro a Edgan, pero éste se agacha besando mi mano, mientras que con la otra acaricia mi vientre. Se sonroja y suelta una pequeña risa melancolica.
—Zoe... —susurra sin mirarme a la cara, se mantiene mirando mi vientre y sus caricias en él se detienen, luego se echa a llorar sonriendo—. Gracias por darme tan hermoso regalo, gracia. Prometo hacerlos felices a ambos, darlo todo de mi, protegerlos. Gracias.
Verlo así con su rostro empapado y sobre mi vientre me llenan de ternura y tristeza. Lloro también silenciosamente y oculto mi boca un momento mirando el foco que alumbra la habitación.
Pero de mi boca no sale nada, me quedo atorada tratando de respirar y dejar de llorar un momento, pero es que no puedo. Tengo miedo y no debería dejar que esto me arruine y afecte mi embarazo. No debería...
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El malo (Finalizada)
Novela JuvenilZoe descubrió que fue un gran error besar a Edgan Harper cuando sintió el terror de un hombre perseguirla a punto de atracarla para quitarle sus pertenencias. Su única solución fue aquél chico repleto de tatuajes apoyado en una esquina, y no dudó...