penúltimo final.

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Por alargar escenas tendremos un capítulo y un epílogo para finalizar...  😊

....

Antes de que llegara el sábado yo decidí pasar momentos con Edgan, pues tenía miedo de que las cosas no fueran como lo he planeado y todo acabe mal.

El detective me había escrito diciéndome que el sábado nos veríamos para darme prepararme con lo necesario y enfrentarme a Ethan.

Estuve repasando en mi mente si había conocido a alguien con ese nombre pero no encontré nada y eso me preocupaba mucho.

Abracé a mi madre y le dije que la amaba mucho, jugué con mi hermanito en su play y luego le di un beso en su mejilla, en fin, estuve cerca de mi familia y cuando llegó Edgan cansado de trabajar  me saludó con un beso y se agachó para besar mi vientre. Después subimos al cuarto y se sorprendió cuando lo vió con muchas rosas en la cama que formaban la letra: te amamos, Edgan. 

En una esquina hay una mesita con un mantel rojo y  una cena exquisita en el centro, para él vino, para mi jugo.

—Es hermoso, amor. —me besa y me abraza.

—Te amo —susurro.

—Te también y a mi pequeño.

Tomo su mano y lo llevo hasta la mesa.
—Vamos a cenar, amor.

Se sienta conmigo y mira la pasta a la boloñesa que le he preparado. 

—Se ve delicioso.

—Gracias, espero que te guste.

Empezamos a comer pero realmente no tenía apetito, yo lo hacía para que no se diera cuenta que estoy mal, que me duele mentirle y hacer esto, pero que sé que es la única salida.

Al terminar  le pregunté sobre cómo le iba en su trabajo y me dijo que todo estaba bien, pero que ahora aumentaron los clientes y tenía más trabajo por hacer. Se sentía cansado.

—¿Quieres darte una ducha? Yo podría hacerte un masaje.

Se levanta junto conmigo y acaricia mi mejilla.

—Está bien mi reina y espérame  con tu pijamita rosa, que hoy nos toca —me guiña el ojo y me echo a reír dándole una nalgada en cuanto se marcha.

Pero borro mi sonrisa en cuando la puerta del baño se cierra. Camino lentamente a la cama y me siento mientras derramo un par de lágrimas.

—Solo quiero que esta pesadilla se acabe, ya estoy harta de sufrir —sollozo recibiendo mis gotas saladas por mis labios.

Limpio mis lagrimas y respiro profundo, nada puede arruinar esta noche. Nosotros nos amamos y seremos felices, muy pronto.

Camino al armario y me quito el vestido para luego ponerme la bata que tanto le gusta porque dice que me hace ver linda con mi vientre. Es color rosa opaco y en licra por lo cual se ajusta a mi barriga y estira según vaya creciendo.

Pongo el aceite de masaje en la mesita y un par de minutos más sale del baño con una toalla que cubre sus atributos íntimos.  Me mira y sonríe seductoramente mientras baila moviendo su cintura.

—Amo a mi mujer —Dice con voz cantarín y se detiene ante mi. Aún tiene pequeñas gotas de agua sobre su piel y admiro su cuerpo y todavía me pregunto si es real que tengo un novio tan hermoso y amoroso.

—Acomódate, te haré el masaje, amor —digo dándole espacio.

—Que rico. 

Se acuesta y me subo en su espalda baja casi entre su trasero. Dejo que el aceite se mezcle con su piel y empiezo masajear lento mientras el gime por la sensación.

El malo (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora