11- 7 días

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"Cariñito una semana
es suficiente pa' mostrar
que el amor
Es veloz, es eterno
No juzgará en cuanto tiempo
Nos conocemos los dos
Dame 7 días
Intento regalarte el cielo
A una jornada amorosa
mi reina te llevo"

....

En el auto nos acompaña bolis,  el otro chico se ha ido antes con otros compañeros.  Me dijeron que se llama Henry.  Bolis no dejaba de bromear y hablar cosas sin sentidos.  Desde  mi punto de vista,  diría que está drogado y Edgan no está muy contento. 

—Cuanto me alegro que ustedes estén felices.  Quiero ir a la boda —dice riendo—. Zoe,  prometeme que yo seré el padrino de la boda,  y de los niños que tendrán,  ah y exijo que si es niño se llame Edan,  las dos primera iniciales de tu marido y las dos últimas son mía. 

No sé si reirme por su imaginación o troncharle todo lo que dice.  Pero Edgan se adelanta. 

—No seas tan mediocres,  ya cállate la puta boca bolis,  y saca tu puto culo del auto porque...

Decido intervenir—:  Edgan,  aparte de que te pedí que no peleara,  te pido que controle tu vocabulario. 

Y me sonríe con cinismo para luego mirar hacía amigo que está detrás. 

—Porque ya te he traído a casa,  querido hijo de tu sagrada madre que se para en la esquina en la madrugada a vender su cuerpo.  Gracias —dice con sarcasmo y frunzo el ceño entendiendo que le dijo "hijo de puta".

Que cruel este cabrón. 

—Gracias hermano,  yo también te amo —soltó Bolis saliendo del auto y cerrando la puerta. 

Cuando quedamos sola miro cruzada de brazos a Edgan.

—¿Por qué me miras así?  Hice lo que me pediste. 

—Claro,  le has mentado la madre de la peor forma.  Es una ofensa muy mala decirle a alguien que es hijo de una puta —reproché y se ríe con descaro. 

—Pero si es hijo de una puta,  en ningún momento le mentí. 

Oh,  eso fue peor. 

—¿En serio? 

—Sí,  su madre es una prostituta adicta a la heroína.  Le daba golpes a bolis junto con su padrastro,  y un día lo conocí,  le rompí la cara al desgraciado de su padrastro y luego me llevé a bolis conmigo.  Estás tan entretenida que no te has dado cuenta de que he dejado a bolis en mi propia casa —dice y miro al frente,  es cierto. 

No supe cómo habíamos llegado tan rápido pero estamos en casa de Edgan y eso significa que estamos muy cerca de la mía. 
Así que miró la pantalla de su carro en donde pone música y videos,  y allí dice que son las once con cuarenta tres minutos. 

Bueno,  tengo chance de llegar a casa. 

—¿Quieres comer algo en mi casa o te llevo por algún sitio de comida rápida?

Esa pregunta late en mi cabeza y no me siento preparada para pasar a su casa y menos a esta hora.  No sé que me espere detrás de esa puerta.  No me culpen de dudar,  pero la última vez me iban a violar y eran dos personas que él conoce. 

Y que no he vuelto a ver. 

—No,  está bien.  Ya luego conoceré tu casa.  Incluso ya no tengo hambre,  podemos ir a casa —dije fingiendo un bostezo y este hizo un chasquido de lengua como si no me creyera y acelero su auto. 

—He visto mujeres que saben fingir mejor.  Te dije que te llevaría a comer algo y lo haré.  Fin  —dice con autoridad y suelto un bufido.

—Tú has visto de todo en esta vida,  nada me sorprende de ti —añado aburrida. 

El malo (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora