44- te invito

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"Que lindo cuerpo tienes
acostalo en mi cama.
Pide lo que tu quieres
que te empiezo a acariciar.
No mires el reloj,
olvídate del tiempo.
No dañes la ocasion
y apaga el celular"

(Ojo:  para las sensibles que no pueden leer esta escena que va a suceder entre Edgan y Paulette,  se las saltan,  las que si se quedan para descubrir lo que sucede,  pues me lo dejan saber y tengan prudencia con los comentarios) 

...

Edgan:

No sé cómo pasó todo tan rápido,  mi mente no me deja recordar nada.  Tengo en mi mano una botella de whisky que me niego a soltar y seguro he de tener mis ojos hinchados.  Estoy odiando llorar y sufrir por amor,  no quiero vivir mi vida así,  desde que salí de la cárcel no he hecho más que insistirle,  humillarme ante ella pero Zoe es cabeza dura,  es tan orgullosa que se negaría aceptarlo. 

Pero me lastimó la poca dignidad y el orgullo al escogerlo a él,  hubiese preferido que no eligiera a nadie,  pero no fue así.  Tengo que resignarme a que la perdí. 

—Amigo deja de beber —insiste Jersón y sigo aquí en el hotel tirado,  derrumbado en el piso. 

—No,  quiero,  vete de aquí —espeto yendome lejos en el pensamiento. 

—Ya sé que haré,  necesitarás ayuda —escucho que dice. 

Llevo el whisky a la boca y me río de tantas estupideces que hice por amor.  Recordando lo mucho que he llorado y he sido feliz. 

—Si,  está muy mal y necesito ir a donde mi madre,  ¿puedes cuidarlo?  —escucho que dice y uno mis cejas confundido. 

—¿Con quién ha-blas?  —inquiero sin poder levantarme. 

—Ya vienen a cuidarte,  la suerte de tener una mujer tan hermosa a tu disposición —murmura y frunzo el ceño. 

—¿Qui-én? 

—Tu amiga —dice irónico y me río viendo todo dándome vueltas. 

—Es linda —murmuro haciendo elogio  a ella. 

—Muchísimo,  si no estuviera colada por ti,  yo me atrevería a casarme con ella,  desde que la ví me pareció hermosa y perfecta,  lastimosamente se enamoró de ti,  del equivocado.  Pero te digo esto porque no vas a recordar nada —murmura riendo y me río sin saber una mierda lo que acabo de oir. 

Él me ayuda a levantar y me sienta en la cama,  poco después tocan el timbre y sigo tomando,  una chica desesperada entra y me toma del mentón. 

—Edgan,  no debes seguir tomando —me quita la botella con tanta agilidad que no insisto y me quedo calmado. 

—Ahí te lo dejo,  debo irme —murmura Jersón. 

—¿Qué fue lo que pasó?  —pregunta ella. 

—Ya sabes,  Zoe se decidió por Steven —murmura y sale de aquí,  empiezo nuevamente a sollozar.

—Edgan,  te prepararé una ducha ¿si? 

—Yo me sie-to muy mal y ella ya no me qui-ere —digo absorbiendo mi nariz. 

El malo (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora