2. El precio de un favor.

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— Ayúdame a entrar a la Corte Celestial, — pido He Xuan con seriedad, sus palabras nunca habían tenido tanta urgencia.

— No, — respondió Hua Cheng.

El joven He Xuan se puso de pie y desapareció en medio de la noche.

Camino por entre los puestos de la ciudad fantasma, hasta llegar a uno donde el precio del incienso era razonable.

— Deme un poco de incienso, — dijo dejando una medida de plata.

El tendedero lo miró y tomó el dinero, — ¿no prefiere sumarlo a la cuenta del amo? — preguntó dejando una bolsa en el mostrador conteniendo el incienso.

El joven Xuan levantó los hombros negando con la cabeza, — prefiero pagar.

Tomó la bolsa y caminó en dirección al bosque.

En aquel lugar había una vieja cabaña, en algún momento había sido su casa, solo tenían una mesa y un banco, alrededor de los cuales habían cientos de libros, documentos y pergaminos. Algunos habían sido obsequiados por Hua Cheng y otros los había conseguido él mismo.
Los conocía de pies a cabeza.
Todo el contenido de aquellos textos estaban grabados en la memoria de He Xuan. Sacó una pequeña caja de madera, tomó una tiza de color blanco del interior y dibujo sobre la puerta un puñado de signos y figuras geométricas.

Al terminar admiro su trabajo,  realizó algunas correcciones y asintió satisfecho.

« Listo. »

Abrió la puerta y entró a través de ella.
Una extensa playa de arenas blancas se extendía de derecha a izquierda y en medio del paisaje un monumental castillo se erguía majestuoso.

La arena se adhería a su calzado y el calor habría resultado insoportable si He Xuan aún continuará con vida. Pronto alcanzó el atrio del castillo y cruzó rápidamente haciendo eco con sus pisadas. La puerta abierta de par en par era de madera fina, por lo que el paso de los años apenas si se notaba en la superficie.
He Xuan saco el incienso de su bolso y lo acomodo en un incensario. Se tomó su tiempo, como si estuviera realizando un elaborado ritual de adoración. Encendió la mecha y colocó el artefacto frente de un trono. Un cuerpo inmóvil recibió aquel gesto, una blanca sonrisa se dibujaba en la cara del hombre sentado en el trono. Pero era difícil saber si era una sonrisa de agradecimiento o desagradó, porque aquél rostro ya no tenía piel.

— Maestro Ming Yi, quiero pedirle un favor. Quiero usar su nombre y subir a la Corte Celestial. Por fin tengo una pista y quiero averiguar más. Mi destino fue robado. Tengo que saber que pasó.

He Xuan, que había permanecido arrodillado ante el esqueleto se puso de pie, arreglando las ropas del difunto mientras continuaba con su perorata, — una mujer leyó mi fortuna, me dijo que mi destino y mi fortuna había sido manipulados. Tal vez tenga conección con lo último que recuerdo de mi vida, las palabras del Reverendo de las palabras vacías.

El joven sabia que no obtendría respuesta, pero había conocido al hombre en vida y sabía que lo apoyaría hasta que diera con la verdad.

— Maestro de la tierra, perdóneme por lo que voy a hacer. — y diciendo esas palabras soltó de entre las manos del esqueleto una pala de oro y plata, con una media luna como asa.

He Xuan se inclinó en una profunda reverencia y retrocediendo algunos pasos dio vuelta. Chasqueó los dedos y cientos de velas se encendieron en la sala del trono. Creando la ilusión de un santuario basto y majestuoso.

He Xuan regreso a la cabaña del bosque. Se quedó de pie mirando una de las montañas de libros, saco uno de entre ellos y buscando entre las páginas encontró una hoja marcada por un dobles. En ella se podía apreciar la pala que había traído consigo, ese dispositivo Celestial tenía muchos usos. Podías cavar una mina con ella y las paredes no colapsarían por más inclinado que se excavara con ella, también hacer un hoyo en cualquier superficie. La media luna servía para infringir un terrible daño en el cuerpo de un oponente, prácticamente podía decapitarle de un solo golpe. Si la pala era deslizara por la tierra, crearía formas tan caprichosas como tú imaginación te lo permitiera, muros, posos, estalagmitas, etc.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora