17. Visita inesperada (2ª parte).

500 79 23
                                    

Un imponente buey se había detenido a escasos metros de los dos Dioses. Mirando hacia un lado y otro, observando con sus enormes y redondos ojos la devastación provocada por el Dios del Viento.

Dejó salir un poco de vaho a través de sus fosas nasales, rasco la tierra con su pezuña derecha y se lamió la nariz con su azulada lengua.

- Mi Señora saluda a los dos Oficiales y les invita a pasar por su santuario, - dijo el bovino.

El Dios del Viento que había avanzado un poco, guardaba la intención de acariciar el pelaje del viejo toro, pero tras escuchar que era capaz de hablar se contuvo.

- Agradecemos la cortesía de tu Señora y aceptamos con gusto, - dijo He Xuan sujetando a Shi Qing Xuan por los hombros obligándole a apartarse del mensajero.

El buey dio la vuelta y los condujo hasta el santuario.

- ¿Qing Xuan no dijiste que era hombre? - le pregunto el maestro de la Tierra al oído.

- Yo también lo creía, - respondió él.

Ambos caminaron en silencio por el resto del sendero.

El santuario no era otra cosa más que una humilde casa de campo. Con sus tejas grises y sus paredes de madera y barro era una diminuta construcción. Dentro de ella una hermosa señorita llamada Yu Shi Huang los estaba esperando. Miró a He Xuan y después a Shi Qing Xuan con una apacible sonrisa.

- Sean bienvenidos, - les dijo ella al mismo tiempo que inclinaba la cabeza.

De inmediato He Xuan se inclinó haciendo una reverencia para pagar aquella cortesía, - No merecemos...

- Fue mi culpa, - soltó de golpe Shi Qing Xuan postrándose a los pies de el Maestro de la Lluvia.

Yu Shi Huang y He Xuan lo miraron con sorpresa.

- Yo incendie sus campos y los árboles y...

- Su Señoría no se preocupe, la pérdida fue mínima, por favor póngase de pie, - dijo la amable señorita.

Las ropas del Dios del Viento hicieron un sonido extraño al ser levantado por su amigo, estaban completamente empapadas.

- ¿Que los trajo hasta esta apartada provincia? - pregunto la dama.

- En realidad yo quiero pedirle un favor, eh, yo... - Titubeó Shi Qing Xuan.

- Las nubes de tormenta de el Mausoleo de fango fueron barridas de alguna manera por nuestra causa y...— He Xuan fue interrumpido por la pausada voz de Yu Shi Huang.

- Pensaban pedirme que envíe nubes de tormenta a ese lugar.

- Sí su señoría, sí no es mucha molestia, - completo el Dios del Viento.

- Voy a ser sincera con ustedes, yo no puedo hacer eso. Mi poder es limitado y solo puedo hacer lluvia con las nubes que ya existen en algún punto. Ayer sofoque el fuego gracias a que había nubes de tormenta sobre ustedes, de lo contrario tendríamos que molestar a los aldeanos para que acarrearán agua para apagar el incendio.

- Yo... gracias, lo lamento mucho, - dijo apenado Shi Qing Xuan.

- Quiere decir que si encontramos la manera de transportar la nubes de tormenta ¿Usted nos puede ayudar? - Pregunto el Rey Demonio.

- Si ese fuera el caso, yo podría ayudar, ¿Pero de dónde tomaran las nubes? No pueden simplemente tomarlas de un lugar y llevarlas a otro sin causar un desequilibrio. Tendrían que fabricar nubes de tormenta nuevas.

Un velo de amargura cubrió el rostro de Shi Qing Xuan. Sí hubiera nubes de tormenta el podría transportarlas, pero llevarlas de otro lado sería afectar ese lugar. Estaba perdido, sería exiliado y se volvería un ser vengativo.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora