9. El consejo del Rey Fantasma

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He Xuan observaba la presencia autoritaria de Jun Wu. El emperador le acababa de hacerle una petición extraña. Asistir en la enseñanza del Oficial Shi Qing Xuan. ¿Y por qué necesitaba que él ayudará con el Maestro de Viento?

No digas nada, se que puedo contar contigo, después de todo eres como un hijo para mí.

«¿Que significan esas palabras?»

He Xuan no sabía que clase de relación tenía el antiguo maestro de la Tierra con el Emperador de los cielos, pero dudaba que fuera una buena relación. Sobre todo por la manera tan dolorosa en la que su maestro había perdido la vida.

- Ming Yi, - dijo Jun Wu, obligando al joven Rey a presentarle atención, - si lo que te preocupa es que te has visto envuelto en rumores desaforrunados, una palabra mía y tu nombre estará fuera de toda culpa.

Las palabras del Dios sí que captaron la atención de He Xuan.

- Se que el Maestro Shi Wu Du puede ser irracional si se trata de su joven hermano y tiende a exagerar, no se preocupe por eso. Lo mantendré a raya, - agregó el Dios.

Jun Wu camino hasta donde descansaba el artefacto espiritual del Maestro de la Tierra y se lo entrego. La Calamidad tomó su arma sin despegar la vista del Dios.
Aquel hombre que mantenía una expresión amorosa y estaba lleno de amabilidad para cada uno de los Oficiales, de Alto o menor rango. ¿Por qué habría de ser diferente para Ming Yi?. He Xuan tal vez estaba siendo demasiado sensible y aún no había sido descubierto.

Una mariposa blanca cruzó por atrás de Jun Wu, si bien Hua Cheng no era rival para el monarca de la Capital Celestial tampoco era un mal amigo que se quedaría de brazos cruzados. Aquel gesto tranquilizó a He Xuan. Nunca se había sentido más feliz por ser constantemente vigilado por Hua Cheng.

- hazme este favor, y veré que nadie interfiera en tus asuntos personales. - Jun Wu sonrió, como sonríe una madre al ver a su hijo. - Las personas como nosotros tenemos que permanecer juntos.

Con esas palabras de fondo He Xuan salió del castillo de Jun Wu, con un mal sabor de boca. Sus pies tocaron los escalones del exterior y el entumecimiento se fue.

Camino apresurado para alejarse lo antes posible del palacio, seguido por la simpática mariposa. Esperaba la voz de la lluvia carmesí saliendo de aquel plateado insecto pero al parecer solamente era una extensión de los ojos de Hua Cheng y no una de su voz.

He Xuan dejo escapar un sonoro suspiro. Atrapó la mariposa y la metió dentro de su camisa. Sin nada más que hacer el joven fantasma se fue a buscar al Maestro del Viento.

Lo encontró en su jardín con los ojos algo rojos, se aproximó hasta el y se escabulló en el pequeño espacio que formaba el cuerpo de Shi Qing Xuan y un arbusto.

- Él me amenazaba con esto, - dijo Shi Qing Xuan con la voz apagada, mientras jugaba con los escombros de porcelana. - No lo creí capaz nunca, - sonrió tristemente; - Tampoco creí que él me hiciera daño. - Nuevas lágrimas reemplazaron las que se habían secado, - él es estricto, pero también muy bueno conmigo. ¿Cómo pudo?

La voz se cortó dejando al joven simplemente sollozando.

Las frías manos de He Xuan se movieron solas y sostuvieron el rostro de Shi Qing Xuan. Con ternura y gentileza le seco las lágrimas. Que indefenso le parecía ese hombre, casi niño casi adulto. Paso el pulgar por una de las largas y abundantes pestañas, sintiendo las gotitas que habían quedado atrapadas en ellas. He Xuan se inclinó hacia adelante y le depósito dos besos. Uno en cada párpado.

- No llores tontito, - le dijo en complicidad con una suave y profunda voz, - si tú hermano te ha roto dos yo te comprare cuatro y tú las escojeras más grandes y más hermosas que las anteriores. Iremos a comprarlas a cualquier ciudad del reino mortal y nadie nos dirá nada.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora