La mañana llego una vez más, el despertar antes de las primeras luces del amanecer se había transformado en lo habitual.
El solitario castillo le dió los buenos días a He Xuan. La cama era sumamente cómoda, con su aroma a incienso impregnando en él, estaba revestido de sábanas de algodón satinado que resultaban sumamente cómodas. Las paredes permanecían desprovistas de adornos, no los necesitaba, el muro en sí era una obra de arte.
He Xuan ya había recorrido todas las habitaciones del castillo de su maestro Ming Yi. También había estudiado el trabajo arquitectónico de la gran estructura y memorizado todos los tallados que su maestro realizó en las puertas o muros de rocas preciosas.
Ya tenia un par de semana rondado por la Capital Celestial, tratando de no hacerse notar, aunque entre más lo pensaba más le parecía incorrecto seguir con esa rutina.
El hecho de que estuviera por ahí perdiendo el tiempo, sin ocuparse de los asuntos de un Dios podría llamar más la atención que un Dios perdido por un siglo.He Xuan salió a recorrer las calles que él sabía eran las más deshabitadas. Normalmente los Dioses elementales preferían mantenerse fuera de la Capital Celestial y como si se tratara de una división racial, los castillos estaban dispuestos de manera en que que los dioses intelectuales, los marciales y los elementales tuvieran de vecino un Dios con el mismo cargo, es así que He Xuan vivía en una colonia solitaria.
Así que aprendió varias cosas: ha donde no le debían llevar sus pasos y cual era el castillo de cada uno de los tumores, pero sobre todo, donde encontrar al joven Señor del Viento. Donde podía encontrarle dependiendo del día y la hora.
En esos pensamientos ocupaba su mente cuando el joven maestro del elemento del Viento se sentó a escasos metros de él. La imagen abatida del chico causo un extraño piquete en pecho de Rey Demonio.
El joven Dios del Viento sumergío sus pequeñas manos en la frescura del agua limpia de una bella fuente de cantera.
He Xuan lo observó por un momento hasta que la curiosidad fue más grande que su deseo de permanecer observandole en el anonimato.
- ¿Estás sólo? - pregunto He Xuan aproximándose al joven. Sintiéndose estúpido por preguntar algo con una respuesta tan obvia.
- ¡He? - dijo el joven maestro, no esperaba que alguien anduviera cerca, miró desorientado a He Xuan retirando las manos del agua.
- ¡Que si no esperas a nadie? - corrigió He Xuan sonriendo tímidamente.
El joven maestro miró hacia los lados antes de siquiera pensar en responder, - ¡ha! No, - dijo con un poco de desconfianza, entrelazando los dedos, quizá en espera de ser reprendido por algo.
- ¿Puedo sentarme? - Pregunto He Xuan casi de forma inmediata.
- Cambiaré tu pregunta, - le dijo el chico inclinado levemente la cabeza, - mejor dime tú si realmente ¿Quieres sentarte justamente aquí? Donde todos te puedan ver, junto a este Dios indeseable.
He Xuan no respondió y tomó asiento antes siquiera de permitirle al Maestro del Viento moverse o salir huyendo. La carita triste del Maestro del Viento se iluminó y ,lleno de satisfacción con aquel gesto de empatía, continuó con la exploración de las transparentes aguas deslizando sus manos que parecían dos blancas carpas.
He Xuan sacó un par de manzanas y le dio una. - ¿Siempre haces eso del otro día? - pregunto mordiendo la manzana.
- ¿Qué? - pregunto el joven aceptando con agradó la colorada fruta.
- Eso, de vestir... Vestir como... - He Xuan se atoró con la manzana al ver a su acompañante terminar con la fruta. Recordó instantáneamente la advertencia de Yin Yu.
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No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)
FanfictionDespués de los hechos ocurridos en la Capital Celestial bajo el mandato de Jun Wu. He Xuan y Shi Qing Xuan tienen un encuentro fortuito que los lleva a tener un acercamiento. He Xuan, en brazos del antiguo Señor del Viento, piensa en cada aspecto d...