33. Campana.

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- Ge'ge, este hermano tiene más tiempo para perder del que te imaginas, - dijo Shi Qing Xuan. La comisura de los labios se alzó en un vano intento de dibujar una sonrisa pero el gesto resultó visiblemente forzado. El Dios del viento meneó la mano haciendo bailar en el suelo un par de pelusas.

Shi Wu Du frunció el entrecejo. Las palabras de su hermano le parecieron alarmantes. ¿Por qué su hermano había cambiado tanto? Antes, era un chico enérgico y alegre pero ahora, parecía que simplemente dejaba pasar los días esperando que pasaran muy, muy rápido. El Dios del Agua abrió la boca, más sus palabras fueron detenidas por el repentino tañido de una campana, aquello lo sacó de su línea de pensamiento. Aquel instrumento metálico sonaba cada vez más con mayor fuerza.

Shi Qing Xuan levantó la cabeza lleno de sorpresas. Su cuerpo ligero se escabulló del regazo de su hermano. Paso la lengua sobre sus delicados labios, saboreando la idea de una nueva víctima para sus travesuras y corrió hacia afuera.

— Ge' alguien a llegado... Vamos, — gritó desde la calle.

— A-Xuan, espera no... — dijo Shi Wu Du corriendo tras él pero el ruido metálico provoco que sus palabras fueran imposibles de ser escuchadas.

El Maestro del Viento se elevó con una ráfaga y se alejó del lugar. Desde los aires divisó la figura del nuevo Oficial.

« ¡Un aura blanca! Debe ser una persona muy amable. »

Bajó muy cerca de la plaza mirando para todos lados, las personas corrían de un lado al otro tratando de ponerse a salvo. Shi Qing Xuan sonrió, « esta persona si sabe hacer una entrada. »

El sonido había alcanzado niveles insoportables. Pero la campana no dejaba de sonar y sus movimientos cada vez eran más y más violentos.

Shi Qing Xuan se paró junto a otro Oficial que veía la escena con horror, busco al recién llegado, apenas dió un paso hacia él cuando el sonido de quiebre lo hizo miras hacia arriba. Los soportes del campanario cedieron bajo el peso y se precipitaron hacia el suelo. El joven Dios no se movió, no iba a morir de cualquier manera, por lo menos no si el objeto no le cortaba la cabeza.
Se quedó parado en su lugar viendo aquel monumento caer sobre él. Abrió los brazos calculando el golpe y el tiempo de recuperación.

Un brazo lo tomo de la cintura.

« Idiota, ¿No pensabas moverte ni un poco?» Escucho Shi Qing Xuan a través de su línea personal.

« Ming Xiong, no voy a morir por eso. Lo sabes. »

« Eso no significa que no vas a sentir dolor.» Afirmó el Rey Demonio apretando la muñeca de Shi Qing Xuan hasta provocarle dolor suficiente para que el Dios elemental reaccionara.

— ¡AY!... «Ya entendí... ¿Ming Xiong?»

« ¿QUÉ?» Preguntó He Xuan bastante molesto.

« Gracias.»

« Idiota...»

— ¡YO TAMBIÉN TE AMÓ...! — gritó Shi Qing Xuan.

He Xuan lo miró de forma severa, — vámonos de aquí.

— Quiero ver al que ascendió. Él tiene un aura muy luminosa...

— No. Ésto es un caos, si te quedas vas a terminar siendo culpado por algo.

— Bueno ya somos culpables de algo, ¿Que Oficial estaba junto a mí?

— Eso no es importante vamonos.

— Ming Xiong, — resongó Shi Qing Xuan, — déjame ir a ver.

He Xuan levantó el delgado cuerpo de su amado como si fuera un costal y avanzó por las calles hasta llegar a casa del primero.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora