30. La molestia en mi corazón.

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Shi Qing Xuan se limpió una lágrima de su rostro.
Nunca había escuchado a su hermano hacerle un halago y, aunque uno hubiera sido en público, con el simple hecho de que aquellas palabras salieran de la boca de Shi Wu Du, era más que suficiente para él.

Camino aún más aprisa con su mejor amigo pisándole los talones. Quería llegar a casa y dejar todo aquello atrás, olvidar todo lo que había sucedido en las últimas semanas y volver a ser el mismo Shi Qing Xuan de siempre pero, algo en su interior le decía que eso sería imposible de lograr.

— Espera Qing Xuan. — Pidió He Xuan pero el joven Dios apuro el paso hasta llegar a su castillo. Con un ademán de los brazos las puertas se abrieron y cerraron tan rápido que el Rey Demonio no tuvo oportunidad de entrar.

— ¡No quiero verte! — hablo desde adentro Shi Qing Xuan con voz severa.

He Xuan recargó la frente en la superficie de madera por un momento.

Pero las puertas se abrieron y Shi Qing Xuan asomó la cabeza. — Y quiero que repares el hueco en la pared.

Pum, sonó el golpe de la puerta al cerrarse nuevamente.

He Xuan se quedó confundido. Bien pudo haber entrado por la fuerza pero sabía que debía darle tiempo a Shi Qing Xuan para digerir su nueva condición. Por lo menos a él le había sucedido así en un principio.

Así que simplemente se quedó afuera haciendo guardia, esperando a que Shi Qing Xuan lo perdonará. Sí Hua Cheng había perdonado todo lo que había hecho, el Maestro del Viento también lo haría.

Pero Shi Qing Xuan no pensaba igual, sentía que no le perdonaría nunca aquello y después de haber cerrado la puerta corrió hasta su habitación y se encerró dentro de ella. Se paró frente al espejo y se observó por mucho tiempo. ¿Cuantos centímetros había crecido? ¿Diez, quince? ¿Que más había cambiado en él? ¿Seguía siendo Shi Qing Xuan?

Unas horas atrás, había despertado en una gruta. He Xuan estaba parado junto a él, con la expresión más tétrica que hubiera visto jamás.

¿Cuándo fue la primera vez que nos vimos?

El día que mi Ge' se enojó conmigo por vestir de mujer...

¿Cuanto dinero tengo en la cuenta?

X cantidad de dinero... Yo...

No digas nada más solo responde... ¿Cuál es tú contraseña de la red privada de comunicación?

Ming Xiong, te dije que la iba a cambiar, deja de burlarte de mí...

Sí, eres tú...

Después de aquel tapete de preguntas Shi Qing Xuan se puso de pie ayudado por He Xuan pero no pudo dar ni medio paso.

Una oleada de recuerdos y sentimientos lo golpeó con fuerza. Uno tras otro llegó hasta él con un sinfín de información sobre cientos de cosas. Lugares que existen en este mundo y personas de diferentes épocas, incluso se vio así mismo durante el duelo en la matriz de protección.

No, no, ¿Que hicieron?... Ming Yi, ¿Dónde está el Dios de los Vientos?...

El, tú... Lo, lo siento no quería perderte...

Shi Qing Xuan volvió a mirarse en el espejo.

— Soy yo, ¿Verdad? — Shi Qing Xuan preguntó a su reflejo pero la imagen simplemente no respondería. Observó la oscura mancha sobre sus ropas, aquello era la sangre seca que había quedado cuando la flecha quedó prendida a su pecho. Cuando el Dios de los Vientos le había prestado un poco de su aliento de vida su herida había dejado de sangrar pero, una vez que el tiempo se acabó, esta volvió a dejar que el líquido saliera. Se descubrió el pecho y ya no había nada ni siquiera una cicatriz.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora