11. Búsqueda. (1ª parte)

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Indudablemente aquello había sido una gran sorpresa. Perder el tesoro espiritual de su maestro estaba fuera de todo orden.

Ahora He Xuan miraba el techo de la habitación del castillo del Maestro de la Tierra en la Ciudad Celestial. Cuanto no se había enojado con aquel niño descuidado. Estaba tan furioso cuando lo dejo parado en la orilla de la Ciudad flotante que Shi Qing Xuan lo había dejado ir primero sin decir una sola palabra o intentar ir tras él.

Y ni pensar en la insensatez de aquel Dios, que estuvo a punto de lanzarse tras la pala de oro y plata. Simplemente por qué logro pescarlo en el aire, el juvenil cuerpo del joven Xuan no se convirtió en una estampilla postal adherida en la superficie de sabrá que lugar del reino mortal.

He Xuan jalo aire y lo dejo salir con un sonoro sonido. Ahora tendría que bajar y movilizar a sus subordinados para que buscarán el arma espiritual de Ming Yi.

Puso los pies en movimiento, se aproximó a la puerta de la habitación y tomando un gis color blanco dibujo una matriz perfecta. Esta vez sin errores, lo que dejó satisfecho al joven fantasma.

- Ming Xiong.

El grito provenía de la sala principal de su castillo.

«No tengo ganas de verlo,» pensó y activó la puerta hacia el bosque de los tormentos.

Él apareció justo afuera de su choza.

- Sabia que vendrías.

La voz de Hua Cheng no mostró ningún indicio de sarcasmo o burla. Era pausada y armoniosa.

- Perdí el instrumento espiritual de mi maestro. Tengo que recuperarlo.

- Bien no hagas estragos y no muevas tantas bestias que te hagan perder mucho de tu poder espiritual.

- No, - respondió He Xuan.

Ambos se alejaron de la choza algunos metros, solo lo suficiente para que los hechizos de los pergaminos no fueran a interferir.

El Rey Demonio puso la palma de su mano sobre la tierra. Su expresión era la de una persona concentrada, tenía que quemar una gran cantidad de energía espiritual.
El fuego infernal se encendió a través de esa palma y una onda azul cobalto se desprendió de su mano creciendo a su alrededor y viajando a través del suelo.

- Está echo, - afirmó el joven fantasma.

- Bien. Vamos a...

- ¡Ming Xiong!

Gritaron a sus espaldas. Aquella voz interrumpió la plática de los dos Supremos. He Xuan se puso de pie y giró sobre sí mismo. ¡Pop! El cuerpo de Shi Qing Xuan se estrelló contra el suyo. El joven fantasma miró hacia la puerta de su choza.

No era posible que ese Oficial estuviera en aquel lugar. La matriz solo funcionaba una vez. Cuando se cerraba la puerta tras de sí, el encantamiento perdía fuerza. ¿O es que Shi Qing Xuan la había activado con su propia energía sin siquiera saber?

Con la firmeza de quién sostiene un delicado plato de porcelana He Xuan sostuvo al Maestro de la Tierra y miró de soslayo a La lluvia carmesí que protege la flor.

Temía haber sido descubierto, - ¿Que es lo que estás haciendo aquí? - pregunto He Xuan en voz baja.

- No lo sé Ming Xiong, estaba buscándote. Entre a una habitación y cuando menos lo pensé estaba dentro de ese cuarto. -Shi Qing Xuan señaló la cabaña del Rey Demonio. - Nunca había estado en tu palacio, pensé que era un estudio. Cuando salí de él estaba en este lugar.

- ¿Quién es tu amigo A Yi ?

Al fin la cabeza del joven Shi Qing Xuan se asomó por un lado de He Xuan con cara de asombro.

No es tan fácil ser amigo de Shi Qing Xuan 🤷 (Tian Guan CI Fu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora